Todo estaba hecho un completo desastre. En el pasillo de la entrada colgaban largas tiras de papel higiénico, una extensa capa de confeti enterraba el parqué y el sofá estaba cubierto de hojas y papeles de periódico. Anna dejó caer su bolso al suelo, justo al lado de su boca. Haley se llevó las manos a la cara intentando no gritar de nuevo. Beth y Emma recorrieron toda la planta contemplando aquel desastre mientras los tres chicos buscaban por los alrededores a los culpables de aquella novatada. Rápidamente, Sophia salió de su habitación y bajó las escaleras saltándose varias de ellas. Cuando vio lo sucedido se quedó petrificada. No lo podía creer.
- De vuestros nuevos amigos de Sigma Alpha. Feliz inicio de curso. – leyó en voz alta Eleanor sosteniendo la nota de la mesa principal del salón.
- ¿Se puede saber cómo has dejado que pase esto? – inquirió Anna dirigiéndose hacia Sophia con la cara roja de ira. Haley y Eleanor siguieron sus pasos del mismo modo.
- Yo... No oí nada... No entiendo cómo... - las palabras de Sophia se sobreponían unas sobre otras. Ahora todo cobraba sentido. Alex tan solo había sido la distracción y ella había caído sin ni siquiera haberse dado cuenta. Aquel desastre era su culpa.
- ¿En serio? ¿Nos vas a decir que una piña de tíos se ha colado en nuestra casa y tú no has oído absolutamente nada? – Haley estaba al borde de los nervios. Todas miraban a su amiga incrédulas.
- ¿Crees que si hubiera oído algo habría dejado que esto pasase? – la excusa de Sophia apenas podía sostenerse.
- ¿Y qué estabas haciendo para no darte cuenta de este desastre? – Eleanor apretaba los puños contra sus muslos. Todas estaban realmente enfadadas.
- Yo ...veía una película...y... - la chica no sabía si era mejor confesar o callar. Optó por lo primero, la mentira no la llevaba a ninguna parte – Alex... estuvo en mi cuarto...
- ¿Quién es Alex? ¿Tienes nuevo novio y no nos has dicho nada? ¿Por eso no querías venir con nosotros a cenar? ¿Querías la casa para tirártelo y no contárnoslo? – las preguntas de sus amigas salían disparadas unas tras otras, cada cual con más furia que la anterior.
- Eh...No...Es de Sigma Alpha...
El silencio fue absoluto tras sus palabras. Las chicas más que mirar a Sophia la abrasaban entre el fuego de sus ojos.
- ¿Te estás liando con un niñato de Sigma Alpha? – susurró Anna con un hilo de voz intentando no saltar a la yugular de su amiga.
- ¿Qué? ¡No! Él se presentó aquí de repente. Se coló por mi balcón y me aseguró que lo estaban persiguiendo. ¡Parecía en peligro!
- ¿Y tú le creíste? ¡Sabías quién era! ¿Qué pensabas? ¿Que iban a darte una medalla de heroína o algo? ¡Sophia, por Dios! – Haley no podía reprimir su tono. Toda la casa estaba hecha un completo desastre y la culpa era de ella.
- Ya sé que esto es cosa mía. ¡No me lo digáis más veces! Soy consciente de ello. – las lágrimas asomaron en los castaños ojos de Sophia. Aquella situación la aplastaba por momentos, todo el mundo estaba más que enfadado con ella y con razón. Movió uno de sus pies levantando algunos de los papeles de confeti, tras revolotear ligeramente, volvieron a caer al suelo.
- ¡No te pongas a llorar! La casa esta así porque tú has dejado que esto ocurra. – Anna no paraba de acusarla con el dedo. De la ira pasaba a la decepción. El día no podía haber ido peor. Los sollozos de la joven sonaban cada vez más fuertes, eran inevitables, la culpabilidad se aferraba a sus hombros cada vez con más fuerza.
- ¡Venga, dejadla! Tampoco es para tanto. – Eleanor se había ablandado al ver a Sophia de ese modo.
- ¿Encima la vas a defender? ¡Mira cómo está todo! – Haley señaló a su alrededor arrancando un trozo de papel higiénico de uno de los cuadros. Lo sostuvo entre sus manos mientras lo agitaba con fuerza.
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Alfa
RomanceLos clichés siempre funcionan por algo... Bienvenidxs a su giro de 180º. Cuatro chicas líderes de la fraternidad más importante de toda la Universidad de Chicago. Alpha Roar. Conocida en todo el campus. Exitosa en todo Chicago. Todo se desmorona cua...