El hilo de tequila resbaló por su cuello al tiempo que apartaba el chupito derramado por su boca con una mano. Haley pasó su brazo para quitar el líquido que caía por todas partes olvidándose de tomar el limón. A esas alturas el tequila sabía igual de todas formas. Tenía alcohol en su cuerpo suficiente como para que su estómago ya lo aceptase de cualquier manera.
Sophia y Eleanor reían al unísono perjudicadas del mismo modo. Los minutos habían pasado a medirse por los granos de sal que habían quedado pegados en el dorso de sus manos. El juego inventado por Alex había terminado hacía un tiempo. Aunque varios de ellos se habían quedado alrededor de la botella de tequila para acabarla por completo. Eleanor era la que peor había salido de aquella idea. No podía dar dos pasos seguidos sin torcerse a la izquierda. Su lengua, a su vez, parecía adormecida y costaba entenderla hablar entre sus continuos ceceos.
Junto a Haley, Chris brindaba con unos desconocidos para tomar cuanto más alcohol posible. Habían hecho como una especie de apuesta para ver quién era capaz de tumbar a quién y Haley había querido entrar en el juego proclamando que no había conocido a nadie capaz de volcarla bebiendo tequila.
- ¡Llevaba muchísimo tiempo sin pasármelo así! – gritó alzando ambas manos y haciendo que su camiseta se levantara ligeramente mostrando su ombligo. Dejó el vaso sobre la mesa y pegó un pequeño salto sobre sí misma. Estaba más hiperactiva que de costumbre.
- Está claro por qué es. – dijo Chris llenando su chupito hasta arriba.
Haley lo contempló con cara extrañada, sin saber a qué se refería. Era el único miembro de Sigma Alpha que quedaba junto a la mesa. El resto de su grupo se había dispersado hacía tiempo. Sin embargo, él había decidido permanecer a su lado para incordiarla con cualquier oportunidad que se le presentase.
- Ya sabes. – continuó hablando. – Estás así por dejarte a tu lapa en casa.
- Jason no es ninguna lapa. Yo puedo hacer lo que quiera siempre. – odiaba que pensase así de ella. Jason no significaba nada. Era su novio, sí. Pero su relación se basaba en lo físico. Por mucho tiempo que llevasen saliendo, no iba a estar con ese chico el resto de su vida. Ella era muy independiente, tomaba lo que quería sin pedir ningún permiso y no le quedaban remordimientos.
- Mírate, eres otra sin él. No te pega. Tú necesitas a alguien que te tire de la cuerda de vuelta, no que se deje llevar por ti. – Chris se plantó frente a Haley y bebió su chupito muy cerca de su cara. Su aliento apestaba a tequila y, aun así, la chica notó como se le hizo una bola en el estómago.
Antes de pasar la botella al desconocido que esperaba su turno en aquel concurso sin sentido, Haley dio un paso atrás para volver a marcar una cortante distancia entre ellos.
- No eres quién para opinar sobre mí y mi relación.
- Haley, ¡estás aburrida! Es evidente. Te agobia tanto que solo te ha hecho falta una noche conmigo, que ni siquiera te caigo bien, y estar sin ese pardillo para darte cuenta.
- ¡Pero si no eres nadie para mí! Déjame beber tranquila, joder. – su charla le estaba dando dolor de cabeza. La euforia que le había producido el alcohol galopaba hacia los problemas de su cabeza a un ritmo ensordecedor. No era el momento para dejarse embaucar por las palabras de alguien que lo único que hacía era juzgarla sin saber nada de su vida.
- ¿Has visto? Ni siquiera te molestas en negarlo. – Chris esbozó una leve sonrisa y alzó una ceja al mismo tiempo. – Te digo esto porque estoy lo bastante borracho como para que mañana se me olvide. Ese imbécil no tiene ni idea de lo que tiene entre manos. Yo...
El chico que participaba en la competición cayó de bruces contra el suelo tras tomar el último trago. Un corro se creó a su alrededor en apenas segundo viendo cómo no era capaz de moverse. Chris se apartó de Haley y corrió hacia él para levantarlo del suelo. Su expresión estaba nublada e ida, aunque tenía los ojos abiertos. Un ligero hilo de sangre bajaba por su nariz debido al golpe, pero el joven no parecía sentirlo, puesto que seguía igual de sonriente que antes. Haley se agachó a su lado e intentó sujetarle la cabeza ya que él no era capaz de alzarla por sus propios medios.
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Alfa
RomanceLos clichés siempre funcionan por algo... Bienvenidxs a su giro de 180º. Cuatro chicas líderes de la fraternidad más importante de toda la Universidad de Chicago. Alpha Roar. Conocida en todo el campus. Exitosa en todo Chicago. Todo se desmorona cua...