Domingo. Las cuatro chicas se encontraban sentadas en su cafetería favorita, "Soho". Cada una sostenía entre sus manos una bebida caliente, ya fuera té o café, y en la mesa se distinguían varios papeles de dulces ya devorados. Ninguna podía evitar pasar por alto lo ocurrido en la anterior noche. Aquellos creídos habían entrado para intentar quitarles lo que habían tardado tres años en construir. Ellas, que habían llegado el primer año cada una de un lugar diferente, cada una con un pasado a sus espaldas dispuestas a empezar una nueva etapa. Todo el mundo lo sabía. La universidad era un comienzo distinto. El inicio de una vida propia.
Se habían conocido en una aburrida fiesta de novatos. Se suponía que era para introducir a los nuevos alumnos, pero tan solo unos veinte estudiantes se dieron por aludidos. Para su sorpresa, aunque la fiesta fue un auténtico desastre, ellas conectaron. Desde ese día decidieron crear su propia diversión. Fue así como nació Alpha Roar, de la amistad de cuatro completas desconocidas que resultaron ser inseparables. Anna no tardó en invertir en una fraternidad con la ayuda posible del resto de sus nuevas amigas y Alpha Roar pasó de ser un sueño a una realidad en un breve periodo de tiempo. Poco a poco sus fiestas empezaron a obtener su propia fama, y fue así como se convirtieron en la fraternidad más solicitada del campus.
Y allí se encontraban. Discutiendo sobre cómo aquellos idiotas querían quitarles todo lo que ellas habían conseguido. Sin más.
- ¿Pero se puede saber desde cuando existe una fraternidad llamada Sigma Alpha? Creía que éramos las únicas Alphas de todo el campus. – preguntó Anna realmente enfadada.
- Es la primera vez que escucho ese nombre – respondió Eleanor.
- No me puedo creer que hayan creado una nueva fraternidad. Y encima usando una de nuestras letras. – Sophia dio un nuevo sorbo a su té.
- Además, aquellos chicos parecían mayores. Estoy segura de que no eran novatos. Pero es la primera vez que los veo por aquí. – Haley no paraba de buscar en su móvil cualquier tipo de información que sirviese. Pero nada. Ni rastro de Chris, ni de Damon y, por supuesto, nada de Sigma Alpha. – Ni siquiera tienen un Instagram de la fraternidad. ¿A qué están jugando? Y encima nos dicen que vayamos a su fiesta. Ni loca.
- Yo no pienso ir a una fiesta a soportar niñatos y borrachos – dijo Eleanor con total seguridad. No era una chica de salidas y, si encima pretendían reírse de ella y sus amigas tenía el doble de razones para quedarse en casa.
- Pero, ¿qué estáis diciendo? ¿No veis que eso es lo que quieren? "Oh, mirad, ya hemos asustado a nuestros nuevos cuatro títeres". – exclamó Anna intentando imitar la ronca voz de Damon – Tenemos que ir y devolverles la humillación de ayer. Se creen que pueden venir y quitarnos algo que nos pertenece.
- Tienes razón.
Sophia levantó la vista del té y posó su mirada en Anna.
- No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras ellos creen que nos tienen bajo control. ¿Desde cuándo a nosotras nos ha dicho alguien qué hacer? Sabéis que siempre hemos sido nosotras mismas y por eso todo el mundo quiere formar parte de nuestra fraternidad. Si ellos pretenden llegar y conseguir eso tan fácilmente lo llevan claro. Aun así, estaremos ahí para recordarles quién estaba aquí primero.
El discurso de Sophia había convencido a Anna y a Haley, Eleanor seguía con sus dudas. No quería meterse en un estúpido tira y afloja por ver quién tenía la mejor fiesta, la mejor fraternidad o más popularidad. Era una pelea demasiado infantil.
- Tenemos que ir todas. Es más, hay que decírselo a los demás. Alpha Roar tiene que estar unido en esto. – Anna intentaba animar a Eleanor para que viese lo importante que era mantenerse juntos ante esta situación.
- Seguro que Jason y Peter se animan a venir – dijo Haley a sabiendas de que Jason seguiría sus pasos sin dudarlo ni un segundo. El tener a su chico en su propia fraternidad le daba muchas ventajas sobre él.
- Ellie, sabes que tienes que venir. Nuestra misión es protegernos entre nosotros, y, además, en el fondo te mueres por ver la cara que van a poner cuando descubran que su fiesta se viene abajo como un castillo de cartas – Sophia contuvo una sonrisa esperando la confirmación de su amiga.
Eleanor, finalmente puso los ojos en blanco y asintió con la cabeza. Las otras tres dieron un grito de alegría y se lanzaron a abrazarla.
En ese momento, un chico entró en la cafetería y se puso en la cola para pedir un café para llevar. A Eleanor se le fueron los ojos de manera exagerada. Era un chico moreno de ojos castaños. Llevaba una camisa blanca arremangada que dejaba ver sus musculosos brazos, y unos pantalones camel. Mientras esperaba la cola leía un libro a través de sus gafas. Parecía un hombre bastante interesante.
- Eleanor, creo que vas a encharcar el suelo como sigas así. – rio Anna mientras le zarandeaba suavemente el brazo izquierdo.
- ¡Quieres callarte! Si mira hacia aquí me da algo, ¿habéis visto que guapo? ¿Estudiará en la universidad?
- Tiene toda la pinta, me encantaría que fuese a clase conmigo – comentó Haley apoyando la cabeza sobre su mano.
- Lo siento, pero voy a usar mi "me lo pido". Lo he visto primero, chicas – Eleanor no estaba dispuesta a compartir aquel nuevo interés. Era increíblemente guapo. Parecía muy maduro, lo cual le atraía diez veces más de lo normal.
El chico llegó a la barra, pidió un latte y, tras intercambiar unas monedas por el café, colocó su libro bajo el brazo y se marchó del establecimiento. Eleanor lo siguió durante todo el trayecto hasta que desapareció por la vitrina transparente. Tan rápido como había llegado a la imaginación idealizada de Eleanor, se había desvanecido frente a ella, rogando volver a cruzárselo algún día.
Las chicas terminaron de beberse lo que cada una había elegido y pidieron la cuenta antes de salir al exterior. Una suave brisa recorrió sus cuerpos anunciando la pronta venida del otoño. Las calles estaban bastante transitadas debido al bonito día de domingo que se había presentado.
Ellas empezaron a andar hacia el coche de Sophia para poder así volver al campus. De camino hablaban sobre el comienzo de las clases al día siguiente. Todas cursaban el tercer año en la universidad y estaban bastante entusiasmadas ante el nuevo trimestre. Sophia no paraba de repetir las ganas que tenía de dar la optativa sobre Cine y teatro americano, le encantaba el cine y el hecho de que en su carrera de Literaturas Comparadas existiera esa opción le parecía fascinante. Haley se quejaba sobre la cantidad de asignaturas que daba relacionadas con el Paleolítico en su grado de Historia. Anna empezaba aquel año las prácticas en Audiovisuales en el canal de la universidad, lo que le hacía especial ilusión. Eleanor, por otro lado, había escogido aquel año una rama para especializarse en la Enseñanza del Inglés como Lengua Extranjera y también estaba muy satisfecha con su decisión.
El trimestre, de momento, se mostraba bastante entretenido. Entre las nuevas clases y los nuevos alumnos que habían tenido la desgracia de conocer, parecía que se prestaba todo a un año más interesante de lo habitual. Las jóvenes subieron al coche aparcado en la acera y volvieron al campus, deseosas de ver lo que deparaba el comienzo de las clases.
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¡Feliz Domingo de Soho!
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Alfa
RomansaLos clichés siempre funcionan por algo... Bienvenidxs a su giro de 180º. Cuatro chicas líderes de la fraternidad más importante de toda la Universidad de Chicago. Alpha Roar. Conocida en todo el campus. Exitosa en todo Chicago. Todo se desmorona cua...