Capítulo 11

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-México-

- ¿Entonces no eres el Charro Negro? - Sofi me miro mientras conducía.

- No, me llamo a México y soy el representante de un país - di vuelta en una esquina.

- Que chafa - Sofi me jalo del poncho, cubriéndose del frío con él.

- Debería conseguirte ropa nueva, quizás en el
Siguiente pueblo te la pueda conseguir.

- ¿Puedo escogerla yo?.

- Pues... pues si al final de cuentas tú la vas a utilizar - sonreí - No se mucho de moda.

- Yo tampoco se, solo se que mi color favorito es sangre - asintió orgullosa.

- ¿Te refieres al rojo?.

- No se que es eso pero suena bonito.

- Rojo es el color de la sangre - apunte al cielo - El cielo es de color azul.

- Oooh - miro alrededor - ¿Y el jardín?.

- Verde.

- Bonito - sonrió - No sabía que los colores tenían otros nombres.

- Conmigo aprenderás muchas cosas.

Note la entrada a un pueblo, entre sin pensarlo dos veces, necesitaba pomada, vendas, ropa y comida.
Me detuve en una farmacia a comprar otro.

- Okay niña - salí con la bolsa llena - Necesito que me muestres tu pie.

Sofi me mostró el que estaba bien, le hice cosquillas en la planta del pie hasta que lo quito y puso el lastimado

- Muy bien, vamos a darle la vuelta al sol - le puse la pomada - Le damos doce vueltas por los doce meses del año, o hasta que se acabe la venda.

Sofi río, pateándome la cara por el brinco que dio.
Me sobe la nariz, dándole una última vuelta y le puse el ganchito.

- Como nueva - me levante viendo alrededor - Comida, comida, comida, ropa, ropa, ropa.

Sofi levantó mi poncho, rodeándose con él.

- Ropa primero - la cargue - Debe de haber una tienda por aquí.

- Ahi - apuntó a una tienda de chucherías.

- Dudo que vendan ropa en esa tienda - incline la cabeza de lado confundido - Ugh no puedo con el hambre, pelear abre mi apetito.

Le puse mi poncho que le quedaba gigante, envolviéndoselo para que quedara ajustado

- Ahora eres La Niña poncho - la sacudí.

- Si, soy un héroe - puso sus manos en el cielo - Puedo volar.

La levante sonriendo, acercándome a una cantina.
El lugar estaba demasiado oscuro para mi gusto, pero bueno es un bar, no es un lugar para niños exactamente.

Puse a Sofi en una silla de la barra, mirando alrededor por algún empleado

- ¿Hay alguien? - llame - Tengo hambre.

Una chica salió sin ganas, tenía el cabello negro lacio hasta los hombros y maquillaje oscuro en la cara

- Bienvenido a Fishspike - nos habló con la voz más sin ganas de vivir posible, se limpió el uniforme con la mano, mirando a Sofi - los pequeños no pueden ir en la barra.

- Te pago un extra si la dejas quedarse ahí - sonreí.

- No me pagan lo suficiente para insistir - levantó una botella - ¿Cocktail?.

Si nos volvemos a encontrar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora