Capítulo 5

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-México-
2000

- Vamos chicos ya estamos cerca - los llame, adentrándome en la selva.

- Señor México, Ya no puedo más - Biel se quejó - Me duelen los pies.

- Yo te cargo - Ucrania de acercó a su hermana, cargándola y caminando - Casi ni pesas.

- ¿Estás seguro que es aquí Señor? - Georgia pregunto temerosa.

- Conozco este lugar como la palma de mi mano - con un machete corte las plantas - Ya estamos cerquita, se siente más fresco el ambiente.

- ¿Fresco de donde? - Kazajistán miró alrededor - Creó que estas alucinando.

- Ya aquí es - anuncié levantando los brazos.

Por fin habíamos llegado al dichoso cenote al que les prometí ir. Estaba súper cristalino, hasta el suelo podía ver.

Me quite la camiseta, girándome a ver a los chicos que ya estaban listos con sus trajes de baño.

- ¿Quien se avienta primero? - apunte al cenote.

Los niños se acercaron a ver, apartándose temerosos

- Esta demasiado alto - Biel me miro - Imposible que tú te puedas tirar.

- Si tú te tiras, yo igual - Georgia se acercó a mi - Al mismo tiempo.

- ¡Bien! - tome la mano de Georgia - Vamos chicos sin miedo, no se van a morir.

- Yo me quedare leyendo - Ucrania se apartó sacando un libro de su mochila - Diviértanse sin mi.

Tome la mano de Georgia y la aventé, cayó en picada y cuando salió me la mentó toda. Reí como un loquito hasta que Kazajistán me empujó, aventándose igual.

- Oye se supone que yo los aventaría a todos - me queje.

- No podía evitarlo - Kazajistán sonrió.

Mire a la boca del cenote, viendo a Biel asomándose

- Vamos Biel tírate - grite.

- No puedo México está muy alto - me gritó de regreso mientras escalaba la cuerda hacia ella.

- Vamos niña - me incline enfrente de ella - Tu puedes.

- No la verdad no puedo - se cruzó de brazos.

- Okay esta bien - me levante, alejándome hacia atrás para tirarme.

Tome impulso, corriendo hacia el cenote, tomando a Biel y cargándola, ambos nos tiramos, ella gritándome en el oído cubriéndose los ojos.
Cuando caímos la dejé ir, rápidamente nado hacia la superficie

- ¡México que te sucede! - me gritó aventándome agua.

- Je je je - me reí - Pero pudiste hacerlo ¿si o no?.

- S-supongo que si - miro hacia arriba.

- Y no te moriste así que si puedes - le aventé agua.

Si nos volvemos a encontrar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora