Capítulo 33

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- Un mes después -

-Rusia-

Después de tanto tiempo sin señales de México, mis esperanzas eran casi nulas. Imperio me acompaño a cuidar a la pequeña Sofi ya que no sabía ni cómo tratar a una niña tan pequeña.
Nos quedamos en Iraq por que Venezuela quería venir a visitarlo y yo tenía una casa por las afueras.

Nos dijo Sofi que hoy era su cumpleaños de la manera más absurda posible, gritando que tenía ocho, su número favorito.
Me lance a comprarle un pastel y unos globos por que... no se que regalarle a un niña.

- Vamos Pequeña, pide un deseo - Imperio se apartó de la cámara para poder tomarle la foto.

- Pero no lo grites o no se cumple - agregue sonriendo.

Ella cerró sus ojitos, soplando la velita roja primero y luego las demás.

- Feliz cumpleaños - me hinqué enfrente de ella.

- Gracias Ivanov - se giró a ver a Imperio sonriendo - Gracias Quetzali.

- Denada morra - se alejo a la cocina.

- Hoy tendrás un invito especial - le tome las manos.

- ¡PAPÁ! - gritó.

- No... - mire el suelo y de regreso - Es tu abuelo.

- ¿Oh entonces URSS viene? - Imperio me miró - Que agradable.

- No... tampoco - me levante nervioso - Solo por favor no hagas un escándalo.

- ¿Por que haría eso? - inclino su cabeza de lado.

La puerta se abrió de golpe con España cargando cajas de regalo y globos

- ¡¿RUSIA COMO NO ME DIJISTE ANTES QUE TENÍAS UNA HIJA CON MÉXICO!? - puso las cajas en el suelo - Siempre quise una nieta, me gustaría conocerla.

Se levantó mirando a Imperio, su cara pasó de una de emoción a una de terror congelándose en su sitio.
Imperio empezó a gruñir con sus ojos tornándose rojos

- ¡TU! - tomo un cuchillo de la cocina - DESGRACIADO.

- AY MADRE SANTA PURÍSIMA DE LA CONCEPCIÓN - gritó despavorido.

- EH NO - tome ambas manos quitándole el cuchillo - Te dije que no te alterarás, estamos enfrente de La Niña.

Sofi ni se había dado cuenta del incidente, estaba feliz comiéndose el pastel con los dedos.

- Guárdate el odio por un momento - le susurre.

Sus ojos regresaron a su color original, caminando a otro lado.

- Es que no puedo creer lo que mis ojos ven - España se acercó a mi asustado.

- Larga historia tienes mucho que hablar con ella pero - apunte a Sofi - Primero conoce a tu nieta y por favor ponte un nombre humano.

- Vale tío - la miró comiéndose el pastel - Pero que mona.

Lo empuje para que se acercara, se tambaleó un poco, se limpió su traje y se hincó enfrente de Sofi

Si nos volvemos a encontrar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora