-Suecia-
¿En donde podía dejar a Biel y a la pequeña?.
Lo pensé mucho mientras La Niña me hacía trenzas mal echas.
Podría regresar a casa de Estados Unidos, pero tardaría en ir a la torre de ONU después.
Bueno ya que, giré el caballo para ir a su casa.- ¿Donde está mi papá? - la pequeña me pregunto viendo a todos lados.
- Esta trabajando - sonreí nerviosa.
- ¿De que trabaja mi papá? - se mordió el dedo.
- Eh... militar.
- ¿Que es un militar?.
Suspire cansada, se me olvida que los niños son muy preguntones.
- Un hombre que protege a la gente - asentí.
- Pensé que eso era un súper héroe como Spiderman - miro alrededor - Amo a Spiderman.
- ¿Ah si? - sonreí - A mi me gusta más los X-men.
- No se que es eso.
- Luego te enseño - llegamos a la casa, baje primero a La Niña y luego cargue a Biel.
Verla sin color hacia que mi estómago se volteara, quería vomitar pero si lo hacía no pararía.
Las llevé adentro, a La Niña la senté en el sofá y a Biel la subí al laboratorio.La acoste en el suelo, escarbando en la tierra para meterla.
Después de hacerlo la cubrí como me enseñó Estados Unidos, luego tome una jeringa con el elixir, inyectándoselo en la frente.
Cubrí la herida con tierra, por fin estaba listo.
Baje las escaleras, tomando a la nena y subiéndola al laboratorio, le prendí la tele poniéndole spider man, la senté en el suelo enfrente de ella.
Poco a poco se abobo, viendo la tele con intensidad.- Listo - me estire - Okay, Sofi, hay comida y agua en el esa caja.
Apunte al refri, ella asintió sin verme. Salí del laboratorio, cerrándolo con seguro y corriendo para llegar a la torre de ONU.
- URSS -
Caminamos por un buen rato para subir, había un camino inclinado que nos llevaba a donde estábamos.
Escuche a Imperio caer detrás mío, me giré viéndola de rodillas contra la nieve abrazándose a sí misma, se veía pálida y temblaba de frío.- Ya no puedo - tartamudeo.
- ¿Como que no? - me acerqué - Levántate.
Me miro con la nariz y ojos rojos, quizás le estaba dando hipotermia.
- Demasiado - bufó - Frío.
- ¿Puedes caminar? - me hinqué enfrente de ella.
Con la cabeza me dijo que no, seguro sus músculos se habían contraído para no morir de frío.
Me quite mi chamarra calientita, envolviéndola con ella y levantándola en mis brazos, la acomode para que su nariz me tocara mi cuello, esa es una manera de transmitir calor
- ¿Que? - tartamudeo cerrando los ojos - ¿Qué haces?.
- Ayudándote con el frío - la pegue más a mi mientras caminaba.
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Si nos volvemos a encontrar
FantasyDespués de su exilio a un pequeño pueblo en Islandia, México tendrá que aprender a controlar sus impulsos violentos para poder regresar a su país y entender sus sentimientos hacia Rusia, que constantemente está ahí para ayudarlo. Mientras tanto, un...