Capítulo 26

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-URSS-

Imperio Azteca fue golpeada en el proceso de intentar detener a ONU. No quise acercarme mucho para evitar que me toque, pero fue demasiado tarde para mi, lo había hecho.

Mis vista se tornó azul, para luego aparecer en un cuarto.

- ¡URSS! - una voz me llamo detrás mío.

Me giré, viendo a Nicolás II, con toda su familia detrás de él, Olga, María, Alejandra abrazaban al pequeño Alekséi, mientras Anastasia se quedaba a lado de su hermana Tatiana.

- Que bueno que has llegado - Nicolás me tomo de los hombros - Siento que algo muy malo va a pasar.

Incline mi cabeza de lado

- ¿Zar Nicolás? - mire alrededor - ¿Me podrías decir la fecha?.

- Bueno, es el diecisiete de julio - junto las cejas confundido.

- No - mire la puerta - NO NO NO.

Puse toda mi fuerza en ella, sintiendo golpes en el otro lado. Nicolás abrazo a toda su familia con valentía para lo que se venía.
No pude contener mas, por un poquito que afloje, la puerta me empujo, abriéndose y estrellándome contra la pared.
Los disparos y los gritos fueron devastadores, pero no quería verlo hasta que hubiera terminado. Cuando el silencio llegó, mi padre, el imperio ruso, me tomo del cuello, jalándome fuera del cuarto.
Lo último que vi fue como mutilaban al Zar y a toda su familia.

Mi vista volvió a la normalidad, viendo a Imperio aturdida.

-Alemania-

ONU me tocó la frente, me quite para comprobar mi teoría de sus poderes se transferían, y tenía razón. Mi vista se nublo, tornándose gris.

Me encontraba tumbado en la tierra, me levante poco a poco, viendo alrededor, estaba de regreso a los campos de concentración.

Mire mis manos, completamente lastimadas, me toque la cabeza, me habían rapado.

Voltee a ver arriba, a un policía nazi

- Señor Alemania, no debería de estar aquí - me llamo la atención.

- Yo... estoy perdido - susurre.

- No se preocupe - me levantó - Yo lo llevaré de regreso a su casa.

Asentí, cuando mire abajo vi el cuerpo de una mujer embarazada muerta. Salte del susto, cayendo al suelo.

- Señor Alemania - el policía me gritó.

- SACALOS DE AQUÍ - lo tome de la camiseta alterado - SACA A LOS QUE QUEDAN DE AQUÍ HAZLO POR FAVOR.

Me levante, corriendo a los edificios, abrí la puerta, viendo todo vacío

- ¿Donde están?.

- Muertos señor... ya no queda nadie más aquí - el policía me susurro.

- No... - me giré a verlo - Por favor, detengan esto, deténganlo ya.

Si nos volvemos a encontrar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora