-Imperio Azteca-
Me escondí en los manglares, observando a mi siguiente presa.
Un grupo de hombres con grandes maquinarias destruyendo árboles, excavando el subsuelo y atrapando animales.
Como se atrevían a destruir mi territorio, encarcelando a mis jaguares en el proceso.Me subí a los árboles, tomando mi arco y flecha para darle a uno de los hombres en las excavadoras.
Le di en la cabeza, cayendo de lado; baje en un tronco caído, disparando a los que tuviera más cerca en el pecho.
Los demás huyeron sin preocuparse por sus compañeros, me acerqué al menos herido, tomándolo de la camiseta y levantándolo- Dile a tu líder, que se largue de estas tierras o personalmente me haré cargo de tener una confrontación cara a cara - lo tire al suelo - Y no tendré piedad.
Todos abandonaron la zona corriendo, se veía satisfactorio verlos huir aterrorizados.
Me acerqué a las jaulas, abriéndolas para sacar a los animales que huyeron de regreso a los manglares.
- Bienvenida a la vida Imperio Azteca - una voz me hablo detrás mío.
Me giré viendo a una mujer anciana, con una túnica blanca que le llegaban a los pies y larga cabellera negra hasta los tobillos.
- ¿Te conozco? - hable más grave para que sepa que yo mando.
- Claro que si, quizás la vejez no me favoreció - se estiró la cara.
Me quede viendo sus facciones por unos momentos, hasta que me quedó claro quien era
- Maya.
- Muy bien - me aplaudió poniendo su bastón en su brazo.
- ¿Que te pasó? - me hinqué enfrente de ella.
- El tiempo, pasó volando - me dio un golpe en la cabeza con su bastón - A ti no te afectó tanto.
Me sobe la cabeza sonriendo, pero la sonrisa de maya no duró mucho
- Ahuyentaste a esos trabajadores - me habló en un tono más serio.
- Por supuesto que si - le hable como si fuera una niña pequeña que no entendí la gravedad del asunto - Mira como dejaron el lugar.
- Si, yo lo permití - me hablo pegándome otra vez con su bastón.
- ¿Como? - me levante - Maya perdiste la cabeza.
- Tu la perdiste antes que yo - me levantó la barbilla digna.
- Estás son mis tierras Maya no podía dejar que le hicieran esto - apunte al desastre a nuestro alrededor.
- No, Imperio Azteca, estas equivocada - dio un golpe en el suelo con el bastón - Estás dejaron de ser tus tierras hace mucho tiempo, ahora son mías, y yo estoy permitiendo que hagan esto para sacar recursos naturales y que los puedan vender.
- No entiendo - la mire sin creer sus palabras.
- Para resumírtelo, tu ya no puedes estar aquí.
- No me vas a expulsar de mi territorio Maya - saque mi daga de jade.
La miro sin interés para luego verme a los ojos desafiante
- Hace mucho tiempo, me hubiera dado pavor el hecho de batallar contigo, pero ahora me da pena - Se giró dándome la espalda.
- ¿Como puedes hacer esto? - me acerqué.
- No me queda otra opción - apuntó a los árboles.
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Si nos volvemos a encontrar
FantasiaDespués de su exilio a un pequeño pueblo en Islandia, México tendrá que aprender a controlar sus impulsos violentos para poder regresar a su país y entender sus sentimientos hacia Rusia, que constantemente está ahí para ayudarlo. Mientras tanto, un...