Capítulo 3

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-México-

- Carajo hija de tú puta madre pendeja funciona - le grite a la estufa - Ni para calentar unos pinches frijoles sirves.

Llevaba dos semanas aquí y todavía no sabía cómo pinches funciona la estufa. Se supone que es eléctrica pero no calienta la estupida.
Me la vivo comiendo patitas fritas y refresco para matar el hambre de que no me puedo cocinar algo bien.
Podía salir de vez en cuando pero en el momento que me alejaba tantito más de lo que debía, llegaba el pinché mini dron de la rubia oxigenada a electrocutarme el culo hasta que regresara a la casa.
Si, el wey le armo un taser al dron, es un genio ese hijo de puta.

Imposible que mi estufa estuviera rota, bueno, hay una probabilidad de que si.
Quizás si voy con alguien del pueblo a preguntar me pueda ayudar.
Me acerqué a la cámara donde se seguro me observaban

- VOY A BUSCAR A ALGUIEN QUE ME AYUDE - le grite - MI ESTUFA ES UNA PORQUERÍA.

Me puse un abrigo bien calientito por que el frío esta cabron aquí y me salí felizmente a pasear.
Cuando llegue a donde el perímetro termina, el dron todavía no había aparecido, eso es una señal de que continué con mi aventura.
Camine por las calles vacías, había gente pero parecían ocupados.

Me acerqué a una señora con su bebe en brazos lentamente

- ¿Disculpa? - le hable, ella se giró a verme confundida - Mi estufa no sirve, ¿sabes arreglarla?.

La mujer abrió los ojos de par en par, alejándose de mi poco a poco

- Oye no te vayas, no te haré daño - quise tranquilizarla pero se había ido corriendo dejando la carriola atrás - E-Espera.... tengo hambre....

Mire a mi alrededor, buscando a alguien más.
A lo lejos vi una parejita agarrados de la mano, se acercaban poco a poco a mi mientras platicaban

- Hola disculpa - detuve al chico, que se apartó rápidamente tomando a su novia y cruzándose a la otra calle.

Suspire decepcionado, ¿por que nadie me ayuda?.
Quizás el señor que esta cortando pescado a lado de un restaurante no me tenga miedo y me ayude, se ve más fuerte que yo así que si me quiere matar es capaz.

- Hola umm - hable, él se detuvo viéndome confundido - Mi estufa no sirve... ¿será que me puedas ayudar? No he comido comida decente en semanas.

El hombre masticó su chicle ruidosamente analizándome con la mirada. Se apartó de la mesa donde cortaba y se metió al restaurante. Después de unos segundos salió con una caja donde guardas la comida para llevar

- Come - me la entrego.

- Ah, muchas gracias - la abrí viendo carnes frías, delicioso, no necesitan cocinarse y es carne, me hacía falta - ¿No puedes venir a mi casa a reparar mi estufa?.

- No - tomo otra vez el cuchillo sin mirarme.

El tono en el que me contestó me pareció descortés. Sentía como mi sangre se hervía, en unos momentos tendría los ojos rojos nuevamente

- Okay - me contuve lo más que pude - Gracias por la carne.

- Un consejo - el hombre me hablo - No salgas de tu perímetro.

El comentario me dejo perplejo.
De la nada sentí un aire encima mío, mire arriba encontrándome con el dron, que de una de sus patitas salió un gancho lo suficientemente grande para sujetar mi muñeca, tomándola y avanzando hacia la casa.
Camine detrás de el.

- Que bueno que esta vez no me electrocutaste las nalgas - me queje.

El pinché dron solo seguía avanzando.

Si nos volvemos a encontrar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora