☀Capítulo 30: Te admiro☀

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— El amor es basura. — Susurra en mi oído en un tono áspero y frío.

Aquel tono de voz, junto a esas palabras me sorprenden de tal manera que salgo inmediato de mis pensamientos y giro a verlo confundida.

— ¿Qué? — Cuestiono sin entender, frunciendo mis cejas.

Nam parece querer decir muchas cosas, su sola mirada lo dice, pero parece pensar bien en qué dirá y se contiene.

— Eso era lo que siempre decías, ahora mírate suspirando por él. — Responde con simpleza, formando una línea con sus labios.

Ciertamente desde que lo empecé a conocer me he permitido sentir cosas que antes ni en un millón de años hubiera permitido.

— Y dime, ¿Qué sientes tú por él, Heesook? — Pregunta inexpresivo, volviendo al tema — Necesito que me respondas, aunque ya sé la respuesta... Quiero que seas tú la que lo digas — Añade, sin apartar su mirada de la mía, mirándome de una forma que no podía descifrar.

— Yo... Yo... — Murmuró buscando una respuesta coherente a su pregunta, moviendo mi pierna nerviosa.

Es irónica la situación en la que me encuentro, pues no puedo negarme. Lo más gracioso es que tan solo unas semanas atrás no hubiera pensando tanto en mi respuesta.

— Sí. Sí me gusta y mucho. — Acepto de forma segura y en voz alta, más que todo para mí misma.

Nam parece no sorprenderle ni un poco mi respuesta y a mí tampoco me sorprende que la sepa, pues ese chico me conoce a la perfección.

— Ya era hora. — Me muestra una sonrisa de labios cerrados y se levanta de la silla, tomando su mochila y recogiendo sus cosas — Me alegra saber que tu percepción sobre el amor por fin ha cambiado, Hee. — Comenta detrás de mí, acariciando mi cabello, mientras suelta un suspiro.

Nunca pensé que amaría, pero de lo que más nos resignamos es de lo que morimos. Increíble.

Aunque trate de odiarlo con todo mi ser, no pude. Para mí era normal ser dura y fuerte con las demás personas, pero con él no pude ser así, en absoluto. Ahora gracias a ese idiota me importa una mierda lo que pensaba antes.

Recuerdo todas esas locuras que ha dicho, todos esos momentos que hicieron agitar mi corazón y que aún corren por mi cabeza sin descansar. Porque siempre está ahí... Siempre está en todas partes. Maldición, maldición, maldición, ¡Me encanta su forma de ser!

— Nam... — Lo llamo al verlo irse. Qué bueno que no está muy lejos, sino la bibliotecaria ya me hubiera tirado un libro en la cabeza.

El chico se gira, sosteniendo una de las tiras de su bolso, esperando a que hable.

— ¿Qué harás hoy? Al salir de la escuela podríamos ir a... — Comento animadamente, pero rápidamente soy interrumpida por mi amigo.

— Estaré ocupado, tengo que terminar de escribir una canción para la compañía, así que no podré salir contigo. — Contesta de forma neutra.

Me preocupa no pasar tanto tiempo con Nam. Antes éramos uña y mugre, siempre estábamos juntos. Pero me alegra que pueda estar cumpliendo su sueño, eso me hace sentir tranquila.

— Ohh... ¿Y cuándo podrás? — Pregunto en un tono suave.

— Mm... No lo sé. Cuando tenga tiempo tal vez te aviso — Concluye chasqueando su lengua, para luego girarse e irse.

¿Por qué siento que mi amistad con Nam no es la misma? ¿Por qué siento que hay una pared que nos divide? Ambos sabemos que ya nada es igual. Suelto un suspiro desanimada y me levanto para salir de la biblioteca.

💌Cartas para un idiota💌 » PJM ️© «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora