Debido a ciertas razones de su pasado, Heesook, cree que el amor no existe y que tan solo es para personas idiotas, débiles e dependientes, por lo que ahora sólo se preocupa por sus libros y estudios.
Pero todo dará un drástico giro en su vida y en...
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Cambio la canción que suena a través de mis auriculares y apago la pantalla de mi celular, pero esta se enciende avisando que un mensaje nuevo me ha llegado.
God of Destruction (Nam)
Entonces... ¿Estas segura que el enano no reconoció tu letra?
¿Crees que no tengo cerebro? Obviamente escribí de forma diferente a como escribo en las cartas, duh. ✓✓
Me coloco de pie al ver el autobús llegar y rápidamente subo junto a las otras personas que también esperaban, mientras guardo mi celular en el bolsillo de mi falda. Veo que hay dos asientos desocupados y aprovecho de sentarme junto a la ventana, para así mirar el camino atreves de esta. Apoyo mi frente en el vidrio de la ventana y subo todo el volumen de mi teléfono al escuchar que se reproduce, love is a bitch de two Feet. Apenas comienza a sonar la melodía, sonrió ya que realmente amo esa canción.
— No, no, no... Salte ya de mi cabeza — Hago una mueca de disgusto y golpeo mi cabeza.
Ahora odio la canción, no puedo entender porque, pero esa increíble canción me hace recordarlo... ¡Idiota, te odio! Ahora cagaste mi canción favorita. Anoche me acompaño, aunque me negara a que lo hiciera, simplemente no me escuchaba y cuando subimos al autobús no cruzamos más palabras, yo solo lo ignoraba.
El autobús se detiene en una de las paradas y suben más personas, rezo para que nadie se siente a mi lado, pero mis clamores al parecer no logran ser escuchados. Por curiosidad giro mi cabeza, y miro quien se ha sentado a mi lado y... Mierda, mierda, mieeeeerda y M I E R D A.
— ¡Buenos días! — Sonriendo de forma radiante y alegre, habla, el idiota en un tono cantarín.
Me le quedo mirando como si fuese un fantasma por algunos segundos, pero rápidamente reacciono y me quito uno de mis auriculares para poder insultarlo. Ni el café me amarga tanto como él.
— Nada de buenos, ya me lo amargaste. — Espeto irritada, dándole una mirada hostil.
— ¿Por...? — Cuestiona ladeando su cabeza.
Inhala amor, exhala paz, inhala amor, exhala paz... No digas groserías, ni insultes.... Maldito, idiota que me descontrolas y me haces cuestionarme miles de veces al día que porquería me sucede.
— Solo... Cállate. — Respondo pausadamente, cerrando mis ojos con fuerza intentando controlarme.
— ¿Estas en tus días? — Pregunta en un tono bajo, mirándome preocupado. ¿Acaso esto es una broma?
Lo miro con mis ojos bien abiertos y me atraganto con mi propia saliva sin creer lo que acaba de decir. Heesook, recuerda que eres una persona civilizada y no puedes partirle la cara frente a todas las hermosas personas que van en el bus.
— ¿Por qué estás aquí? ¿No se supone que te vas caminando a la escuela? — Cuestiono enseguida ignorando su ridícula pregunta y me acomodo mejor en el asiento para poder verlo bien a la cara.
