Debido a ciertas razones de su pasado, Heesook, cree que el amor no existe y que tan solo es para personas idiotas, débiles e dependientes, por lo que ahora sólo se preocupa por sus libros y estudios.
Pero todo dará un drástico giro en su vida y en...
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Dejo la carta dentro del casillero y me dirijo a los vestidores para cambiarme el uniforme por el de deporte.
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Hola, idiota.
Odio como me hablas y también tu dulce aspecto. Odio que sonrías y que me mires así. Te odio hasta vomitar. Odio que alegres mi corazón, pero aún más que me hagas dudar. Odio tenerte cerca, pero también odio no tenerte. Pero sobre todo odio no poder odiarte, porque no te odio ni siquiera un poco, nada en absoluto.
Att: La chica que más te detesta.
...
¿Qué, que sucedió ayer? Pues el doctor dijo que solo era un esguince leve, para mi suerte hoy ya estoy mejor. Después de salir del hospital, el idiota me acompaño a comprarle la medicina a mi mamá y me llevo a mi casa. Recordarlo es simplemente irritante... Ahora que lo recuerdo, ¿Qué coños llevaría en esa bolsa? ¿Acaso...? ¡¿Eran condenes?!
— No, no, Heesook, eso no es tu problema. — Murmuro, negando con la cabeza y guardando el uniforme en el locker, mientras salgo apresurada, corriendo hacia el patio.
De nuevo llegue tarde solo que esta vez a deporte. A lo lejos veo al castaño riendo con su grupo de amigos y no puedo evitar hacer una mueca, idiota.
— Como les había dicho en la clase anterior hoy toca correr durante treinta minutos, así que vamos — Explica el profesor y suena el silbato.
Mierda... Hoy me sentía fatal y no por el tobillo, sino porque tenía la menstruación. Me acerco al profesor para explicarle sobre mi situación... Quizás si le contaba entendería y me dejaría correr para la próxima clase.
— Profesor Choi, ¿Podría correr la otra semana? — Pregunto.
— ¿Por qué, Kan? — Cuestiona con una sonrisa burlona.
— Me siento mal y ayer tuve un esguince — Explico y me levanto un poco el pantalón para mostrarle la venda de mi tobillo.
— Si no hace la prueba, perderá puntos en la materia. No es mi problema si tiene el tobillo roto o si se siente mal, su deber es cumplir con sus exámenes. — Habla molesto con su ceño fruncido y se da la vuelta.
— Ojala se le rompa una pierna, viejo calvo. — Murmuro irritada y le saco mi dedo del medio. Esta vez no quería ir a la dirección.
No podría hacer más nada que correr, no perdería la nota. Suspiro resignada y me acerco al grupo para empezar con el examen. Veo al idiota acercarse a donde estoy, pero solo lo ignoro.
— Heesook, ¿Estas segura de correr? Ayer tuviste un esguince, aun debes estar lastimada — Habla a mi lado, sorprendiéndome un poco.
