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🌞Capítulo especial🌞

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Nota: Este es un capítulo especial en donde se contara de forma breve la historia de Yangmi y nuestro precioso Jin.

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Yo desde pequeña fui una chica muy débil, siempre con problemas y miles de dudas en mi cabeza. Siempre trate de ser muy fuerte y segura de mi misma para ser un buen ejemplo de hermana mayor para Heesook, pero ni eso podía hacerlo bien. Entre las dos siempre fui la más blanda, la más miedosa, la más introvertida, la que tenía que darle mil vueltas al asunto antes de responder o hacer algo, incluso era muy indecisa de mis propias ideas. Asociare todo esto a dos cosas que me hicieron mucho daño en mi vida, pero los cuales harían ser tan fuerte y segura de mi misma. Nunca pensé que esos defectos que veía en mí se convertirían en mis mejores virtudes y esas son, ser gorda y no creer en el amor.

Desde pequeña siempre se burlaban de mí por mi peso, por mi madre ser una mujer soltera y por mi falta de seguridad... Eso sin contar sobre mis pensamientos de lo que era para mí el amor.

Crecí encerrada en un burbuja que yo misma cree para no sufrir más, mi única amiga era mi hermana, la cual aunque no lo aceptara era aún más débil que yo, solo que con un gran carácter, el cual yo no poseía.

Mi sueño siempre fue ser una chef, pero quienes escuchaban eso solo se burlaban de mí y decían comentarios como, "Ya entiendo el porqué de tu aspecto" "Por eso es tan gorda" "No sabes hacer o pensar otra cosa que en comer" Y aunque esos comentarios me afectaban, el único lugar que me hacía escapar de mis problemas era la cocina, era lo que me distraía y me hacía sentir mejor, pues luego de horas de esfuerzo me podía disgustar con mis platos, ellos eran mis fieles amigos.

Cuando crecí y me toco ir a la universidad tenía miedo sobre que elegir, pues nunca fui buena con los estudios y tampoco me veía sentada en una oficina por horas, realmente eso no era lo mío.

Pero todos mis problemas y dificultades se arreglarían al ir una noche aquel restaurante famoso en donde lo vi por primera vez. La cocina en el lugar era abierta así que pude verlo cocinar por horas... Era tan dedicado y apasionado en lo que hacía que me capturo de inmediato. El chico me enamoro solamente por su actitud, ambos compartíamos ese mismo amor y si hablaba de su físico era perfecto, parecía sacado de una revista famosa y cara. Alto, espalda ancha, cuerpo definido, rostro largo y delgado, labios gruesos, en pocas palabras todo lo opuesto a mí.

Pero había algo que nos unía y era nuestro amor por la cocina. 

Poco a poco comencé a ir todos los días a verlo cocinar, investigue todo sobre él y el chico era hijo de uno de los mejores chef de corea y dueño de varios conglomerados de comidas. Y sin dudas estaba siguiendo los pasos de su padre.

Verlo me motivo para seguir mis sueños como cocinera y... Quizás llegar algún día a ser una chef muy reconocida y respetada.

Pero de nuevo nacieron miles de inseguridades sobre mí y mi aspecto, pero mi sueño era mucho mayor que mi miedo y después de ir tanto a verlo, me arme de valor para hablar con él y mi sorpresa fue mayor cuando conocí lo amable y gentil que era, así que no dude en contarle sobre mis planes. Me motivo y me aconsejo a no rendirme, incluso me invito para enseñarme a cocinar en su restaurant. Al probar mi comida quede contratada, el chico pensaba que tenía potencial y quería ayudarme a mejorar mi experiencia.

Jin, me confeso que en mis ojos había un brillo, pero que se convertía en miles de estrellas al hablar de mis sueños y eso era para él algo increíble, nunca lo había visto y por eso creció su interés en mí.

Un día le conté sobre mis inseguridades por mi peso y le dije...

— Hay chicas que bajan mi autoestima con sus hermosos cuerpos — Confesé, jugando con los hilos de mi delantal.

Él solo me escaneo y su ceño se frunció.

— No entiendo porque. Tienes un buen cuerpo, solo algunos kilos demás... Pero, ¿Por qué no vas al gimnasio y les bajas tú la autoestima a ellas? — Comento, mirándome directamente a los ojos con un semblante lleno de confianza.

El chico poco a poco me enseñó a ser más segura y no dejarme pisotear... Quien diría que ese chico tan seguro de sí mismo ayudaría a una chica tan insegura como yo, debo aceptar que siempre admiré a ese tipo de personas como Jin, seguras, fuertes y con un gran amor así mismos... Ese chico era perfecto. 

De tanto reír con él, hablar por horas y contarnos sobre nuestro incontrolable amor por la comida, sueños y gustos, ya había olvidado por completo el miedo que creció conmigo sobre el amor, ya me había contagiado hasta los huesos de él y no me molestaba, en absoluto... Me encantaba esa sensación. 

Poco a poco me fui enamorando y por suerte mis sentimientos fueron recíprocos. No tenía miedo a enamórame como mi hermana, estaba feliz de sentir esas nuevas experiencias a pesar de todos los traumas que tenía hacia aquel sentimiento, el cual mi mama y hermana lo pintaban con una sola palabra que era asco.

Ahora debía lidiar ante mi única familia y aunque mi madre se negó a aceptarlo rotundamente, mi hermana lo termino aceptando. Parecía que todo estaba bien, mi hermana comenzó a aceptar el amor, conoció a un increíble chico con el cual estaba tan agradecida que lo invite a comer para conocerlo y darme cuenta que realmente la amaba, todo era fantástico. 

— ¿Que tanto piensas, bizcochito? — Pregunta abrazándome por la espalda y dejando de lado unas galletas que metería al horno.

— En todo, en como todo comenzó entre nosotros, en nuestro amor, en mi hermana y su chico... En como mi vida cambio cuando deje entrar a mi vida el amor y comencé a amar cada parte de mí y de mis inseguridades — Contesto con sinceridad, girándome para mirarlo de frente y paso mis manos por su cuello, para acariciar su cabello con dulzura.

Jin, se me queda viendo con un brillo en los ojos indescriptible... Parece admirarme.

— Estoy seguro que ya puedo decir que te amo — Dice, mirándome con una expresión llena de felicidad y sin dudarlo me abraza con fuerza.

Mis ojos comienzan a picar, pero de felicidad. Me siento tan feliz de tenerlo en mi vida, realmente amo a Seokjin, es él indicado para mi vida.

— ¡Deja de decir cosas así o vas a causar que te cocine! — Exclamo de forma seria, asustándolo y causando que me mire sorprendido por unos segundos, pero rápidamente sonríe y comienza a repartir besos por todas partes de mi cara.