☀Capítulo 41: Me amenaza un minion☀

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— Jimin, mi hermana se casara dentro de unos pocos días y... ¿Quería saber si quieres acompañarme? — Pregunto lo último girando a verlo, esperando ansiosa su respuesta.

— Mm... No lo sé — Duda por un momento y gira su rostro mirando a un lugar inespecífico.

Siento un nudo en mi estómago al ver su reacción, espero sea una broma o juro que lo matare.

— Obviamente si, Hee — Asegura entre risas al ver mi notoria expresión de desilusión y enfado.

— Idiota. — Lo empujo del hombro y me uno a su risa.

De repente entrelaza nuestras manos y de inmediato siento como me invaden una mezcla de emociones... Aun no sé cuándo será el día que deje de sentirme de esta forma cada vez que estoy cerca de él.

— Hee... ¿Hoy después de clases no tienes nada que hacer? — Cuestiona.

Miro el techo del autobús pensando en si tenía algo que hacer, pero rápidamente niego al recordar que últimamente no hago nada más que pasar mi tiempo con Jimin... Y pues la verdad no me quejo.

— Perfecto, porque quiero salir contigo después de clases — Confiesa sonriendo tiernamente.

En todo el camino hablamos temas triviales, riéndonos de todo y nada, contándonos una que otra cosa que no sabíamos sobre el otro y aunque parecían ser cosas simples, para mí eran realmente importantes y especiales.

...

Entro junto a Jimin al salón y nos sentamos en nuestros respectivos puestos, mientras esperamos por la llegada de nuestro increíblemente maravilloso profesor cara de burro... Ups, así no era. Nada más saber que hoy de nuevo me tocaría ver al imbécil del profesor de castellano me irrita totalmente. Definitivamente no hay algo que odie más que verle la cara a ese viejo inútil.

— Buenos días, clase. — Habla anunciando su llegada con su típico tono de voz hostil.

No puede ser, como que lo invoque. Giro los ojos molesta y recuesto mi cabeza sobre la mesa de mi asiento y de forma automática mis oídos se ensordecen al escucharlo empezar hablar.

— Señorita Kan, por favor pase adelante para comenzar con los trabajos. — Comenta, mirándome con su cara inexpresiva.

Me levanto de mi asiento sin rechistar, entre mas rápido acabe menos tiempo tendré que soportar la presencia de esa pasa humana. 

Veo a Jimin entregarle el trabajo y como al hacerlo se coloca a mi lado, me percato de como empieza a mover sus hombros y no puedo evitar sonreír. Este era otro de los hábitos del idiota y este en especial lo hace cuando se encuentra muy nervioso o algo le da pena... Mueve sus hombros, pero lo hace de una forma bastante discreta de arriba hacia abajo.

— Que lindo— Susurro, pero disimulo rápidamente al encontrarme con la mirada del profesor.

De forma disimulada rozo la mano de Jimin con la mía y con discreción tomo uno de sus dedos, entrelazándolo con uno de los míos... Quiero hacerlo sentir más tranquilo de uno u otra manera, demostrarle que allí me encuentro yo, justo a su lado.

— Ambos llevaban un dolor, uno muy profundo que los atormentaban y con el cual tuvieron que aprender a crecer, ocultándose tras mascaras para poder mostrarse fuertes al mundo y que este no les hiciera más daño del que ya traían. — Empieza a contar la historia y no puedo evitar sonreír al sentir como aprieta mi mano, ya más tranquilo — Vivian con el miedo de que algún día alguien llegara y descubriera que había tras esa mascara, tan solo pensarlo les aterraba... Pero la vida les quiso demostrar que sus miedos podían convertirse en una hermosa parte de las nuevas historias que comenzarían a escribir — Continúo.

💌Cartas para un idiota💌 » PJM ️© «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora