☀Capítulo 04: ¿Que estás causando en mí?☀

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Con algo de dificultad abro mis ojos lentamente y observo todo a mi alrededor tratando de identificar en qué lugar me encuentro, mi mirada se detiene en mi amigo, el cual está a mi lado sentado en una silla moviendo su pierna con impaciencia, pero...

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Con algo de dificultad abro mis ojos lentamente y observo todo a mi alrededor tratando de identificar en qué lugar me encuentro, mi mirada se detiene en mi amigo, el cual está a mi lado sentado en una silla moviendo su pierna con impaciencia, pero la detiene al darse cuenta que estoy despierta y sin dudarlo se levanta para abrazarme.

— ¡Al fin despiertas...! — Sin aún soltarme grita, Nam con emoción — Tonta, todo esto te pasa por distraída... Casi muero del susto al saber que te desmayaste — Habla tratando de regañarme, pero es obvio que está feliz.

Aun me siento aturdida y con un dolor de cabeza de los mil demonios. No recuerdo claramente cómo llegué a la enfermería, lo que recuerdo es que me golpearon la cabeza con el balón, por estar mirando como boba los abdominales de aquel chico y luego me caí al suelo... Después alguien me cargo y... No... No.

— ¿Cómo llegue aquí? — Pregunto, mientras me separo de Nam y rasco mi cabeza.

— Un chico te trajo, creo que es nuevo porque no lo había visto antes... — Responde en un tono neutro — Ah... casi lo olvido, el chico antes de irse dejo aquí tu celular. — Comenta, mientras busca en su bolsillo el teléfono.

No recuerdo haberme llevado mi celular a deporte y mucho menos haberlo tirado en el momento que caí al suelo. Nam me entrega el aparato y yo lo tomo confundida, lo reviso un par de veces para ver su estado y saber si lo había tirado, pero me llevo una sorpresa al ver que en el forro hay una pequeña nota de color amarillo...

"Disculpa por no buscarte antes y regresarte tu celular"

— ¿Por qué te pusiste roja de repente? — Cuestiona alarmado y con una de sus manos toca mi frente.

— No estoy roja. — Quito molesta sus manos de mi frente.

Giro mi rostro enfadada, pero lo giró nuevamente al escuchar carcajadas por parte de mi amigo, el cual baja su rostro tratando de ocultar su risa.

— ¿De qué te ríes, ridículo? — Cuestionó alzando una ceja sin entender el motivo de su risa.

Él señala mi frente, sin aun entender nada lo miro con mis cejas fruncidas y llevo una de mis manos hasta donde este señala y siento un bulto en la parte derecha de mi frente.

— Auch... — Musitó sintiendo un poco de dolor al tocar el chichón.

¡Espectacular...! Ahora tengo tremendo chichón en mi frente.

— ¿Me dejarías dibujarle una carita a tu nuevo amigo? — Me mira con burla, mordiendo su mejilla para no reír.

Respiró hondo unas cuantas veces para no levantarme, y golpearlo, cierro mis ojos con fuerza para luego abrirlos y encontrarme de nuevo con su mirada burlona.

— No porque dibujas del asco. — Respondo en un tono neutro sonriendo con malicia. 

...

Al salir de la enfermería, Nam me acompañó hasta la puerta de mi salón y se fue a su clase. Giré el pomo de la puerta del salón y entré, un suspiro salió de mis labios al mirar que el profesor no estaba. La mirada de todos mis compañeros está sobre mí, no les presté atención, la verdad no me interesa si me miran o no, pero de manera involuntaria me quedo estática y sin poder hacer mi próximo movimiento cuando mis ojos se topan con la mirada de alguien en particular, no disimulaba para nada su mirada hacia mí, de repente algo dentro de mí se removió... No me gusto para nada esa sensación. Desvíe de inmediato mi mirada y sin darle mucha importancia me dirijo hasta mi asiento... ¿Quizás sea por mi nueva cabeza?

Las clases pasaban lentamente y mi dolor de cabeza aun no desaparecía... ¿Tal vez debí irme a casa?

— Aish... — Bufo sosteniendo con la palma de mi mano mi mentón y por inercia miró de reojo al chico nuevo.

¿Cómo diablos tomaste mi celular? Con los ojos entrecerrados lo miró, haciéndome una y otra vez la misma pregunta, tratando de encontrar una respuesta lógica...

Ahora que lo recuerdo mejor no solo a mí se me cayó mi teléfono cuando chocamos, eso quiere decir que... ¡Ambos intercambiamos de teléfonos! Todo comienza a tener más sentido, por eso mi celular nunca sonó de manera insistente anoche... ¿Contestaría él las llamadas de mi hermana? O aún peor... ¿Revisaría mi teléfono? Aunque de que me preocupo, no tengo nada importante ahí... ¿Entonces yo tendré su celular? ¡Claro que lo tengo...! ¿Pero de que me emociono? 

Todos se levantaron para comenzar a salir uno tras otros, solo quedamos dos personas en el aula, pero me limité a mirar quien era, quería terminar de guardar mis libros de manera ordenada para irme de una buena vez a mi casa y quizás poder revisar el teléfono del chico. No pienso quedarme con el celular, se lo entregaré mañana, pero primero lo revisare... Debo aceptarlo me está matando la curiosidad. Escucho los pasos de una persona acercarse a mí, así que levanto mi rostro y lo veo. Con sus manos dentro de los bolsillos del pantalón de su uniforme y su mirada puesta en mí, se acerca cada vez más. Baje mi rostro de nuevo a mi bolso y lo ignore, pero me sorprendo al ver como una mano se mueve frente a mi cara, para llamar mi atención. 

— ¿Qué quieres? — Inquiero tajante.

— ¿Quería saber si estás bien? — Preguntó con una sonrisa dulce y amable.

Niego para luego señalar con mi dedo a mi nuevo amigo, al escuchar una risa por parte de él, lo miró de la manera más seria posible ¿Acaso tengo cara de payasa? Él se queda mirándome en silencio por algunos segundos, haciendo que me sienta incómoda y que mis manos comenzaran a sudar ¿Qué mierda es esto que siento? Acaso... ¿Estoy nerviosa?

— Si eso era todo — Hablo en un tono neutro, mientras tomo mi mochila y la acomodo sobre mis hombros.

— ¿Quería saber si...? — Sin dejarlo terminar lo interrumpo.

— No, no puedes acompañarme. — Respondo rápidamente en un tono tajante y paso a un lado de él para ir en dirección a la puerta.

— Solo quería que me devolvieras mi celular... — Comenta tratando de ocultar su risa.

Siento como mi corazón se detiene y me doy una bofetada mental... ¡Ay, pero qué vergüenza! ¡¿Por qué hable sin pensar?! Estúpida, soy una estúpida. Entumecida y sin saber qué hacer, cierro mis ojos con fuerza y trato de pensar.

Opción uno, hacerme la muerta.

Opción dos, salir corriendo.

Opción tres, entregarle su celular como una persona normal.

Creo que lo mejor en este momento es la número uno, pero como soy una persona "NORMAL" creo que debería elegir la tres... ¡¿Qué hago?! ¡Vamos, Heesook, piensa rápido maldita lenta!... Cierto yo no pienso rápido, ya estoy frita.

Abro mis ojos y me llevo el susto de mi vida al verlo frente a mí con una mano tapando su boca ¿Acaso se estaba riendo de mí? Siento como un fuerte calor sube a mis mejillas y mis manos vuelven a sudar ¿Que me está haciendo este idiota?... Heesook, solo ignóralo. En un acto rápido abro mi bolso, busco entre mis cosas su celular, al encontrarlo se lo entrego y acomodo de nuevo mi bolso en mis hombros, para pasar a un lado de él e irme.

 — Mmm... Gracias por lo de antes — Finalizó sin girar a verlo antes de salir del aula.

Apoyándome en la pared tomó algo de aire hasta tranquilizarme un poco más, llevo una de mis manos a mi pecho para calmar mi respiración y siento a mi corazón golpear contra la palma de mi mano. ¿Qué demonios está causando ese chico en mí?

¿Por qué lates de esa manera? Nunca te habías acelerado tanto... Dime qué solo estás enfermo. No sigas así por favor.


💌Cartas para un idiota💌 » PJM ️© «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora