☀Capítulo 49: No es un sueño ☀

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Sin ganas abro mis ojos lentamente al escuchar los insistentes golpes en mi puerta por parte de mi madre, pero los ignoro... Después de unos minutos se cansara de tocar, lo sé porque ha sido así por seis atormentantes meses. Enrollada entre mis sabanas me giro, hasta quedar de medio lado para encontrar a un lado todas las cartas y objetos que me dejo Jimin en aquella caja.

Todos los días releía las cartas y el diario que me dejo, sabiéndome ya de memoria lo que decían ya...

Prométeme que no olvidarás nuestras risas, nuestras bromas, nuestras conversaciones, nuestros planes, nuestras lágrimas, nuestros recuerdos, nuestras experiencias. Prométeme que no me olvidarás.

Porque la muerte no existe, las personas solo mueren cuando son olvidadas... Si puedes recordarme, siempre estaré contigo, Hee...

— Por favor... Vuelve... — Sollozo, abrazando todas las cartas y haciéndome bolita.

Solo me quedaba refugiarme en nuestros recuerdos, porque cada día de mi vida vivo contigo y con todas las cosas que jamás haremos.

...

Los meses seguían pasaban lentamente y todos trataban de sacarme de mi pozo de dolor. Nada daba resultados. Si tal vez salía a algún lugar y estaba rodeado de personas era la chica extraña que se sentaba sola en un rincón con las fotografías de su novio muerto. Mi dolor por su perdida me atormentaba cada día.

Aproximadamente nueve meses después el dolor por la muerte de Jimin ya no era tan agudo ni constante. Ahora ha sido remplazado por una sensación de vacío y tristeza que imagino que perdurara para siempre, acompañada de ocasionales gritos silencios de desesperación cuando algo me recordaba al nivel que habíamos llegado los dos.

¡Y carajo! Que no daría para poder recorrer mis dedos por tu rostro, tocar tus suaves labios, acariciar tu cabello, poder tomar tu mano, abrazarte y nunca soltarte... O por lo menos de tenerte cerca.

— ¡Heesook, debes seguir viviendo! — Exclamo con desesperación mi hermana, tomándome de los hombros y causando que saliera de mis pensamientos.

— ¿Y por qué debería seguir viviendo si él no pudo hacerlo? — Murmuro, mirándola con mi rostro inexpresivo y vuelvo a clavar mi mirada al frente.

...

De nuevo me encontraba encerrada en mi oscuro cuarto, escribiendo los momentos que pase con mi idiota, recordándolo con una sonrisa triste y una que otra lagrima, porque de esa forma fue que me refugiaba en mis noches de agonía.

Deje a un lado el lápiz y me gire sobre mi cama, hasta quedar boca arriba mirando el techo blanco de mi cuarto, deteniéndome a pensar un poco... Y sin darme cuenta me fui quedando dormida entre lágrimas, rezando por verlo en mis sueños.

Porque mentiría si digo que no deseo que llegue la noche para solo soñar contigo, que cada noche me duermo anhelando que estés a mi lado. 

Escucho como mi teléfono suena, avisándome que me había llegado un mensaje, así que lo tomo y reviso de quien es.

God of Destruction (Nam)

Le has dicho a todo el mundo que quieres estar sola, pero sabes que es mentira. El problema es que solo... Quieres estar con una persona, y no está contigo. ¿De nuevo volverás a cerrar tus sentimientos, volverás a ser quien eras? 

...

— ¿Qué debo hacer? Te fuiste sin mí... Aunque te llame no puedes oírme porque solo estoy gritando dentro de mi corazón. — Comento, mirando su foto y muerdo mi labio para no llorar — Todo el día, trato de borrarte de mi mente pero sigo pensando en ti. Todo el día, te digo adiós, pero pienso en ti de nuevo. Estas en a un lugar donde no puedo alcanzarte, soy incapaz de encontrarte y solo me quedo aquí llorando. — Continúo y acomodo las flores que traje al lado de su foto — Quiero verte, pero no a través de una pantalla... Quiero abrazarte, pero no en mis sueños. — Agrego sintiéndome irritada y frustrada — ¡Pediste que no te olvidara, pero eso solo me está destruyendo! — Exclamo al borde de las lágrimas — Pero tu sonrisa quedo tatuado en mi corazón, te convertiste en mi oxígeno y sin oxígeno no puedo vivir — Acaricio su nombre grabado en la lápida — Yo solo quiero repetir los días en que fuimos felices, esos momentos en que reíamos tan fuerte que olvidábamos todo lo malo, esos instantes en que solo existíamos tú y yo — Confieso soltando un suspiro — Sea donde sea que estés iré por ti, porque te amo, Park Jimin... volveremos a encontrarnos eso te lo prometo. — Aseguro con determinación y me dispongo a irme.

Me doy la vuelta y encuentro a Jihoon, el cual tenía una expresión de miedo en su rostro y me miraba con su boca abierta... ¿Acaso abra escuchado?

— Hol... — No termino de hablar al ser interrumpida por un abrazo del menor.

— Hee... por favor deja ir ya a mi hermano — Pide entre sollozos, sin aun soltarme.

No soy capaz de articular algún tipo de palabra y como si nada la lluvia empieza a caer, empapándome en recuerdos y dolor otra vez.

...

Sentada en la arena, veo detenidamente el mar y te recuerdo de nuevo. Hoy había decidido venir aquí y terminar por una vez con este tormento. Me pongo de pie y empiezo a despojarme de todo lo que traía conmigo, para así poder entrar cómodamente al mar.

Con pasos lentos, pero decididos empiezo a caminar en dirección al mar. Sin apartar mi mirada, me siento atraída por las enormes olas y empiezo a sentir como mis pies se hunden por la arena húmeda.

— Hoy por fin nos reuniremos de nuevo, mi amado idiota... — Musito con una sonrisa, sintiendo como una lagrima corre por mi mejilla fría.

El mar se siente frio y solo al igual que yo. Faltan solo pocos pasos para ser totalmente sumergida por este enorme océano.

— 1... — Comience a contar al sentir el mar por mi cuello — 2... — Seguí al sentir el agua por mi mentón — Y... 3... — Finalice y cerré mis ojos, hundiéndome en el mar.

Empiezo a sentir como el agua entra por mis pulmones y el oxígeno empieza a acabarse, cuando de repente siento como unos brazos me toman con fuerzan y me jalan, sacándome del mar.

— ¡Oh, mi Dios...! — Exclama, Nam entre lágrimas — Heesook... Menos mal vine, sino es porque Jihoon te ve en ese estado en el cementerio no llego a salvarte — Habla aliviado y me abraza, colocando su mentón sobre mi cabeza y escondiendo mi rostro en su pecho.

— ¿Por qué? — Cuestiono en un hilo de voz — ¡¿Por qué lo hiciste?! — Repito furiosa, empujándolo.

— ¿Cómo que por qué? ¡Te has vuelto loca! — Vocifera lo último — ¿Acaso no te detuviste a pensar por un momento en los que te aman? — Inquiere molesto.

— ¡La persona que me amaba ya no está aquí! — Grito con desesperación y cierro mis puños con rabia.

— ¿Y qué hay de tu mama o de tu hermana? — Cuestiona con incredulidad en su mirada por mis palabras — ¿Y yo? ¿Yo no valgo nada para ti? — Inquiere y sonríe sin creer mi silencio — Heesook, es hora de que aceptes que tu destino era aprender a amar con Park Jimin. — Aclara luego de unos segundos y suelta un suspiro, mientras coloca sus manos en sus manos en su cintura y baja la vista al suelo.

Si hubiese sabido que dolía tanto... lo habría amado igual, pero este era un dolor tan fuerte...

— Yo... Yo... — Musito entre llanto — Solo deseo que esto sea un sueño y poder despertar... — Explico y paso mi mano por mi cara para limpiar mis lágrimas.

— Entiende, que no te puedes despertar esto no es un sueño. Es hora de que asumas tu realidad — Habla en un tono tan crudo que parece golpearme.

💌Cartas para un idiota💌 » PJM ️© «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora