☀Capítulo 42: Mi futuro marido y padre de mis hijos☀

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Ayer quede con Jimin en volver a vernos hoy en la noche, pero quiero llevarle un regalo y después de pensarlo decidí comprarle algunos de sus postres preferidos, pero gracias a eso tuve que mentirle con mil excusas para que no me acompañara después de clases.

Entro a la cafetería preferida del idiota y rápidamente me acerco al mostrador para ver los postres... Pero hay muchos y lo peor es que todos se ven extremadamente ricos, pero debo contenerme y solo pedir los favoritos de mi chico.

— Buenas tardes, ¿Desea alguno? — Pregunta amablemente, causando que quitara mi vista del mostrador y la mirara.

— Sí. Por favor, dame dos de estos, estos, estos y estos otros. — Comento sonriendo alegremente, señalándole cada uno de los postres que quiero.

— ¿Quiere comer aquí o prefiere llevarlos? — Cuestiona nuevamente.

— Es para llevar — Contesto y me dirijo a pagar.

Giro levemente la cabeza y sobre mi hombro veo a un chico muy parecido a Nam, sin dudarlo me volteo y lo miro sin disimular para nada... Tengo que confirmar si es él o no. Para mi suerte era él. Una sonrisa se dibuja en mi rostro y una pequeña risa se escapa de mis labios al verlo con su especie de diario, seguramente escribiendo su día para verlo al síguete y ver que puede hacer para mejorar o hacer en el futuro... O quizás está buscando inspiración en las personas que encuentra aquí. Es algo que siempre acostumbra a hacer.

Pago rápidamente y me acerco hasta donde él se encuentra, al parecer aún no se ha dado cuenta de mi presencia en el lugar.

— Hey. — Golpeo su mesa con mi mano, causando que se asuste y de un pequeño respingón.

— Mierda. — Murmura llevando una de sus manos hasta su corazón — Que alegría verte — Comenta con sarcasmo y seguido cierra su diario.

— Digo lo mismo — Comento sonriendo por su comentario.

— ¿Qué tienes atrás? — Cuestiona repentinamente al ver como oculto mis manos tras mi espalda.

— El culo — Respondo jocosa.

— No te soporto. — Espeta molesto y gira los ojos.

— No eres el único que no me soporta. Tampoco eres el único con cara de imbécil — Contraataco sacándole la lengua a lo último.

— Ash... Que voy a hacer contigo — Musita cansado, masajeando sus cienes.

— No es mi culpa que no puedas responder a mis geniales insultos — Hago pose de diva fabulosa.

A veces dudo de tu salud mental, pero rápidamente recuerdo que eres una adolescente con mente de niña pequeña — Habla mirándome decepcionado.

Le hago una mueca y me siento en la mesa junto a él, dejando sobre esta la caja con los postres.

— Esta niña puede patearte el trasero cuando menos lo pienses — Le muestro mi puño y pongo cara de matona.

Nam al verme solo ríe y me pierdo en él por unos segundos, recordando miles de momentos que vivimos juntos... Momentos que quizás no volverán, pero a pesar de todo nuestra confianza sigue siendo la misma y eso me reconforta.

— Cuéntame... ¿Cómo vas con tu trabajo? — Le pregunto con notoria emoción, apoyando mis brazos sobre la mesa para acercarme de esta manera más a él y poderlo escuchar mejor.

— Mm... Estoy días me he sentido sin inspiración y algo bloqueado, pero creo que después de hoy tendré algo que escribir... — Comenta en un tono tranquilo y sonríe levemente, causando que se marquen sus hoyuelos.

💌Cartas para un idiota💌 » PJM ️© «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora