Yeonbin One shots (Pedidos Abiertos)

Hermanastro

Lo labios de su hermanastro estaban succionando ese punto sensible en su cuello que lo hacía jadear desesperado mientras él pasaba sus manos por su bien trabajado abdomen. Estaba mal lo que estaban haciendo, pero... ¿Cómo habían llegado a ese momento?

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Lo que menos deseaba hacer Soobin era mudarse...de nuevo. A la edad de 19 años había pasado por más de 10 casas y 8 escuelas. Por eso mismo, casi no tenía amigos. Después de su tercera escuela en menos de un año dejo de intentar hacer conexiones con la gente que lo rodeaba.

Eso fue hasta que conoció a su hermanastro.

 Soobin estaba consiente de que su futuro hermanastro sería atractivo (el nuevo marido de su madre era bastante guapo), pero no esperaba que el chico fuera prácticamente un semi-dios. Tenía el rostro más bello que hubiese visto en su vida, con una mandíbula afilada y esos  carnosos labios que deseo morder en el mismo momento en el que los vio. Y aunque su rostro fuera deslumbrante, ciertamente no era lo único impresionante en el chico. Tenía el cuerpo más sexy que Soobin hubiese visto .

Su trabajado abdomen se veía atreves de su camiseta y sus brazos eran gruesos y tonificados. Era un delicioso delirio ver como Yeonjun levantaba las pesadas cajas con facilidad. Moría por poder pasar sus dedos por cada uno de los músculos del mayor. Por que sí, su hermanastro era un año mayor que él. 

Su intención nunca fue enamorarse de él: al final estaban emparentados y por más vueltas que le diera al asunto seguiría siendo incorrecto seducir al mayor. Lo último que Soobin esperaba era que fuese su hermanastro, Yeonjun, quién diera el primer paso.

Después de un agotador día de mudanza, la recién instalada familia se sentó a disfrutar de la comida que habían pedido a domicilio. Cuando terminaron, sus padres se fueron a dormir y ellos se quedaron a ordenar la cocina. Soobin se ofreció a lavar los platos y así lo hizo, dandole la espalda al mayor. Podía sentir la mirada de Yeonjun sobre su cuerpo, casi como si estuviera evaluandolo.

Soobin se golpeo mentalmente por no tener la habilidad social suficiente como para iniciar una conversación con su hermanastro, pero no tuvo que siquiera intentarlo, ya que Yeonjun fue quien hablo primero:

-Creo que será interesante vivir contigo. Mis roomies nunca eran tan atractivos como tú.

Soobin por un momento pensó que estaba soñando. No dijo nada, así que el mayor continuo:

-Eres muy guapo, ¿sabes? Tienes un cuerpo increíble.- Tras decir esto se acerco a el menor y llevó una de sus manos a la espalda baja del contrario para después comenzar a subirla lentamente, acariciando su espalda, causándole un escalofrío. Soobin no pudo contener el jadeo que salió de sus labios y el mayor solo sonrió.

- Haría cualquier cosa por hacerte mío, solo mío.

Con un rápido movimiento, volteo a Soobin, dejándolos frente a frente. Yeonjun tenía las pupilas dilatadas y los labios entreabiertos, prácticamente invitando al menor a besarlo, y él  no iba a desaprovechar la oportunidad. 

Tomó su rostro entre sus manos y con un poco de brusquedad juntó sus labios comenzando a besarlo con ansiedad.  Sus labios sabían exquisito. Cuando Yeonjun mordió ligeramente su labio inferior, Soobin no pudo más que jadear, dándole acceso a la lengua de su hermanastro quién comenzó a explorar la cavidad del menor.  Yeonjun bajo sus manos hasta la cintura del menor, comenzando a acariciarla. Ese simple toque hizo que el menor dejara escapar un gemido, que quedó ahogado en el beso. 

Yeonjun levantó a su hermanastro, llevándolo a la habitación que compartían. Suavemente lo recostó sobre su cama y dejó sus labios para iniciar un camino de besos bajando por su cuello, donde succionó hasta hacer jadear a Soobin. Claro que además de ser guapo, Yeonjun tenía que ser un experto en este tipo de situaciones, pues encontró el punto exacto en el cuello contrario que hizo que Soobin soltará un excitante gemido.