Ayuda

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El mejor amigo de Yeonjun, quién casualmente llevaba casi seis meses sin contactarlo está de pie frente a su puerta cubierto de sangre, pidiéndole su ayuda para cometer un crimen. Está temblando, completamente empapado y escurriendo, su rostro pálido como la cera. Un cigarrillo está aprisionado entre sus labios, aún sin encender y al igual que él, empapado.

— Me parece bastante justo — explica Soobin mientras gesticula violentamente con sus manos. Hay sangre en ellas y Yeonjun procura no prestarle atención a ese pequeño detalle. — Ya sé que no hemos hablado en... bueno, mucho tiempo, pero aún así me parece justo venir para cobrarte un favor, aunque sea para ayudarme a esconder un cadáver. Ya sabes, por lo viejos tiempos.

— Sera mejor que entres — murmura Yeonjun, porque no tiene idea de lo que Soobin está diciendo. Con un movimiento rápido le arrebata el cigarrillo de la boca y lo lanza al cesto de basura junto a la puerta.

Soobin se adentra en su apartamento e inmediatamente se desploma en el sillón. Se acomoda contra los cojines ignorando la forma en la que la sangre en su ropa comienza a mancharlos irreparablemente.

Yeonjun no pude quitarle los ojos de encima. Su cabello es negro ahora, un estilo que ha usado esporádicamente durante el transcurso de los años. La última vez que lo vio todavía era rubio, el mismo rubio sucio que tenía cuando se conocieron. Luce más joven de algún modo; quizá solo es la vulnerabilidad del momento que aferra a él. Si alguien más pudiera verlo, pensaría que era Soobin era quién había sido herido. La víctima.

Yeonjun piensa en algo apropiado que decir, pero es incapaz de encontrar las palabras correctas, ajeno por completo a la situación frente a él. Siente sus pies inestables, como si el mundo a su alrededor estuviera moviéndose.

— ¿Quieres un vaso con agua?

— No quiero un estúpido vaso con agua, Jun — exclama Soobin poniéndose otra vez de pie.

Al menos eso no ha cambiado. Soobin nunca ha sido capaz de quedarse quieto durante mucho tiempo. Comienza a ir y venir frente a él, frotando sus manos nerviosamente. De los dos, Soobin siempre fue el más ligero de pies, por lo que aún al borde del pánico, sus pasos son silenciosos.

— ¿A quién mataste? — pregunta entre dientes. — No fue alguien que me agradara, ¿cierto?

— ¡¿Cómo puedes bromear en una situación así?! — chilló, elevando las manos al aire. Su voz es cruda, su rostro pálido y maniático. — ¡Por dios Yeonjun, despierta! Es momento de que decidas si vas a ayudarme o no.

Yeonjun simplemente lo mira, abrumado por la presencia del chico luego de tantos meses sin saber de él — Te extrañe — confiesa de pronto.

Soobin no da señales de haberlo escuchado. — Fue algo espontaneo — dice, pasando una mano por su cabello. Una mancha de sangre aparece en su frente. — Acabó en menos de un segundo.

— Estas mintiendo.

Soobin lo mira incrédulo  — ¿Qué?

Yeonjun suspira, señalando su ropa — Si hubiese sido algo rápido no estarías cubierto de sangre.

Ninguno dice nada por unos segundos.

— Siempre has sido un observador selectivo, ¿no es así? — ríe Soobin por lo bajo, negado con la cabeza. — En verdad no cambias.

— Te fuiste — dice de pronto. Es mejor sacarlo a colación ahora que tiene la atención de Soobin. — ¿A dónde carajos fuiste Soo?

Había pasado tanto desde que habían tenido una conversación coherente. Nunca estaban en la misma página, no del todo, pero Yeonjun siempre trataba de alcanzarlo, mientras que Soobin intentaba ralentizar sus ideas. Ahora está muy por delante de él y Yeonjun no sabe como alcanzarlo.

Yeonbin One shots (Pedidos Abiertos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora