Yeonbin One shots (Pedidos Abiertos)

I'll try anything once

Advertencia: este capítulo tiene menciones explicitas de consumo de drogas. Si te incomoda, siéntete libre de saltarlo.

Soobin no sabía de quién era la fiesta a la cual Kai los había invitado. De hecho, tampoco sabía donde estaba Kai. Su amigo los había abandonado tan pronto como entraron al lugar, ansioso por encontrar algún ligue que lo entretuviera durante el resto de la noche. Beomgyu también había desaparecido poco después, luego de toparse por casualidad con el chico lindo de su clase de economía, el mismo con el cual llevaba semanas obsesionado y el cual aseguraba que definitivamente estaba interesado en él.

Así que Soobin, quién en realidad ni siquiera quería ir a esa fiesta en primer lugar, había decidido refugiarse en el balcón, para entonces el sitio menos concurrido de la casa, y beber el alcohol barato que los anfitriones misteriosos le ofrecían a sus invitados.

Llevaba un buen rato simplemente mirando el cielo nocturno, examinando las pocas estrellas que se lograban vislumbrar a pesar de la contaminación lumínica, y bebiendo lo que creía era vodka ligeramente diluido. A su lado, una pareja de chicas lo miraba con interés mal disimulado, pero Soobin las ignoraba lo mejor que podía.

— ¿Soo? — escuchó a alguien preguntar a su lado, demasiado cerca para su gusto. Al girar, Soobin se encontró con un par de ojos familiares.

— Yeonjun — dijo, procurando que la sorpresa no se filtrara en su voz. De todas las personas que creyó encontrarse en esa fiesta, su compañero de cuarto no encabezaba la lista. — ¿Qué haces aquí?

Una sonrisa algo torcida apreció en el rostro de Yeonjun. — Mi amigo Changbin es el novio de uno de los anfitriones de la fiesta — dijo. — La verdadera pregunta sería que haces tú aquí. Hasta donde recuerdo, no eres amigo de nadie en la facultad de artes.

Soobin sintió sus mejillas enrojecerse.

— Bueno, yo... Mi amigo Kai nos invitó — respondió, nervioso.

— ¿Nos? — preguntó Yeonjun con los ojos entornados.

— A Beomgyu y a mi — dijo. — Conoces a Beomgyu, ¿no?

Yeonjun asintió.

— Es el chico que encontré una vez durmiendo en la bañera, ¿verdad? - dijo.

Soobin suspiró, recordando el incidente.

Beomgyu había llegado a su dormitorio a las tres de la mañana, borracho y en llanto porque había olvidado sus llaves y no tenía manera de entrar a su propio dormitorio. Soobin, débil y todavía medio dormido, lo había dejado pasar. Le ofreció dormir en su cama, pero Beomgyu era terco cuando estaba ebrio y como creía que Soobin intentaría sobrepasarse con él mientras dormía tomó una de las almohadas extra que tenía Soobin y se acomodó en la bañera.

Y ahí fue donde lo encontró Yeonjun la mañana siguiente.

Había sido mortificante, pero aunque sonaba mal, Soobin estaba tan acostumbrado a las extrañas conductas de su mejor amigo que ya ni siquiera le importaba mucho. — Sí, ese mismo — respondió.

— Entonces, si dices que viniste con tus amigos, ¿qué haces aquí solo? — preguntó. No había malicia en su pregunta, lo cual tranquilizó un poco a Soobin.

— Los malditos me abandonaron por un par de vergas — exclamó, molesto. Yeonjun soltó una risilla al escucharlo. — ¡Es la verdad!

— Nunca dije que no lo fuera — dijo con una sonrisa. — Aunque me parece estúpido que alguien quiera dejarte solo.