Hostil (Arreglado)

308 13 3
                                    


La vida de Yeonjun había experimentado un cambio radical en el último año, todo gracias a la inusual petición del príncipe imperial, Choi Soobin. Yeonjun, un joven guardia del palacio sin rastro alguno de sangre noble en sus venas, se encontró inesperadamente dentro de la familia imperial, nada más y nada menos que como el Emperador Consorte de Lunaris.

Todo comenzó en el baile de celebración de mayoría de edad del príncipe. Esa noche y contra todo pronóstico, Soobin eligió a Yeonjun como su prometido, despreciando a muchos otros mejores prospectos y además, desafiando a su madre, la emperatriz viuda.

La elección de Soobin provocó un revuelo en la corte. Durante meses muchos consejeros y nobles expresaron su desaprobación ante la inusual decisión del príncipe y también por el ritual de sangre que habían realizado, un acto considerado para ellos como un sacrilegio, un insulto a la tradiciones de Lunaris.

A pesar de las adversidades, Soobin se mantuvo firme en su decisión.

Por fin, luego de meses de preparación, se casaron en una ceremonia tradicional a la luz de la luna azul que fue bendecida por la misma diosa madre de Lunaris. Muchos — incluido Yeonjun — creyeron que debido a su falta de linaje noble la diosa no se haría presente, pero para alivio de Soobin, ese no había sido el caso.

Yeonjun, a pesar de ser un joven sin linaje noble, demostró ser un emperador consorte excepcional en el corto tiempo que llevaba en la corte. Se sumergió en los deberes reales con dedicación, demostrando que el valor de un líder no siempre residía en su ascendencia. Su habilidad para mediar en conflictos y su compasión ganaron gradualmente el respeto de muchos en la corte e incluso su suegra, la emperatriz viuda, a regañadientes, empezó a ver la sabiduría detrás de la elección de su hijo.

Parecía que sus problemas se habían acabado, pero al parecer, los nobles de Lunaris tenían otra opinión al respecto.

— Su Alteza, ¿me está escuchando?

El hombre rechoncho y calvo sentado frente a él lo miraba fijamente. Junto a él, sentados en una larga mesa de piedra, otras cinco personas también lo observaban, expectantes.

Era el Consejo de Lunaris. Después de Soobin, su madre y él, eran ellos las personas más influyentes en la corte. Solo había estado en audiencia con ellos una vez, la noche después de que Soobin le hiciera beber su sangre en el ritual.

Yeonjun asintió, manteniendo la compostura a pesar de la tensión en el aire. Su papel como Emperador Consorte era aún novedoso, y la mirada crítica del consejo le recordaba que su presencia en la corte no era del todo aceptada por todos.

— Sí, estoy escuchando, miembros del Consejo —respondió con voz firme, consciente de que todos los presentes lo escrutaban implacablemente.

El consejero rechoncho carraspeó antes de hablar nuevamente. — Su Alteza, entendemos que la relación entre usted y el príncipe Soobin es... peculiar en la historia de nuestro imperio. Sin embargo, no podemos ignorar las tradiciones y normas que han guiado a nuestra corte durante generaciones.

Yeonjun asintió de nuevo, expresando su respeto por las tradiciones incluso cuando sabía que estaba desafiándolas. La elección de Soobin había desafiado las expectativas, pero Yeonjun estaba decidido a demostrar su valía.

— Comprendo la importancia de las tradiciones, miembros del Consejo. Mi intención es honrarlas en la medida de lo posible y contribuir al bienestar de Lunaris —afirmó con serenidad.

La tensión persistió en la sala mientras el Consejo continuaba planteando sus preocupaciones y expectativas. Fue entonces cuando el consejero principal Lord Min, un hombre de cabello plateado y expresión severa, intervino con una mirada inquisitiva.

Yeonbin One shots (Pedidos Abiertos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora