Pedido

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Ser amigo de Beomgyu implicaba tener que soportar su carácter testarudo y su manía por conseguir todo lo que se propone. A Yeonjun, quien llevaba al menos una década de conocerlo, no le importaba mucho, pues usualmente su insistencia era dirigida a otras personas — Taehyun — o era usada dentro de un contexto que podría considerarse mucho más útil — como que el profesor Na le permitiera ir al viaje de estudios, aun cuando sus padres habían olvidado firmar su permiso y el hombre les había recalcado fervientemente que sin firma no podían subir al autobús —, pero últimamente estaba empeñado en una misión absurda: conseguirle pareja.

— Vamos, ¿enserio me estás diciendo que rechazarías una cita con Ji Sung?

Están sentados en una mesa al fondo de la cafetería, esperando al resto de sus amigos. Beomgyu lleva al menos quince minutos intentando convencerlo de que Ji Sung es el candidato perfecto para él aun cuando en ese preciso momento está muy cómodo sobre las piernas de Minho.

— Me gustaría llegar a la graduación, así que sí. Todos saben que Han Ji Sung está de novio con el mayor de los Lee.

— Bueno, algo he oído sobre eso, pero creí que eran solo rumores. — exclamó Beomgyu — ¿Qué me dices entonces de Sunoo?

— Está envuelto en un triángulo amoroso con el capitán del equipo de hockey y el hijo del director. Mientras más lejos esté de todo ese drama, mejor.

Beomgyu lo mira con exasperación — Para alguien que dice estar tan concentrado en sus estudios, estás muy pendiente de todo lo que ocurre en la escuela.

— A Kai le gusta revisar ese blog de chisme administrado por el club de medios. Eventualmente termina contándome. — El almuerzo que compró en la cafetería ya está frío y de verdad no tiene ganas de comer. Esa conversación lo está drenando.

— Bueno entonces que tal... — sigue Beomgyu.

— ¿Acaso vas a nombrar a todos tus conocidos que estén solteros?

Beomgyu tiene la decencia de sonrojarse — Dicen que la perseverancia es la clave ¿no? — dice antes de tomar un bocado de su sándwich de tocino.

Yeonjun reprime una risilla que con toda seguridad molestaría más a su amigo.

— ¿Por qué estás tan recio a la idea de una cita? — pregunta Beomgyu luego de masticar concienzudamente su bocado.

Había una sola razón por la que Yeonjun no estaba interesado en el mundo de las citas; esa razón se llamaba Choi Soobin.

Yeonjun vio a Soobin tres veces antes de que hablaran: primero en un cubículo de estudio de la biblioteca escolar, escribiendo algo en una libreta forrada en cuero negro; después en la cafetería escolar, de pie en la fila para comprar un café de precio exorbitante y sabor mediocre, pero que era el combustible necesario para sobrevivir la jornada escolar. Lo vio una vez más casi un mes después, recostado sobre el césped recién cortado del campo de fútbol, aparentemente dormido, pero no fue hasta el inicio de su segundo semestre cuando comenzaron a hablar.

Yeonjun estaba recargado sobre la pared de casilleros que se encontraba frente a la sala de música, esperando a Kai. La mayoría de los estudiantes ya se habían ido a casa, pero su amigo había tenido práctica de piano esa tarde y le había hecho prometer que lo esperaría para ir a comer algo juntos; los pasillos lucían fantasmagóricos sin el usual ajetreo del ir y venir de los estudiantes y Yeonjun estaba tentado a marcharse.

— Disculpa, estás sobre mi casillero.

Se estremeció cuando reconoció al joven que estaba a su lado, pero hizo su mejor esfuerzo por ocultarlo. — Ah, sí. Disculpa. — dijo cuando entendió lo que quería decirle, haciéndose a un lado.

Yeonbin One shots (Pedidos Abiertos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora