Capítulo 13

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El cuerpo es de quien eriza la piel.

Dakota.

Estaba despierta, pero a diferencia de mi cuerpo no quería ni abrir los parpados de lo cómoda que estaban las almohadas. Sobre el rosto tenia los rayos del sol que colaban por las grandes ventanas.

Me decido y lentamente comienzo abrir mis ojos para encontrarme con la habitación completamente iluminada por el sol de la mañana.

Me estiro sobre la cama y froto mis parpados para animarlos a sostener la mirada y no cerrarse de nuevo, es cuando observo el resto de mi cuerpo y entiendo que nada de lo que paso anoche algún tipo de sueño. Elevo mi cuerpo sosteniendo mi peso con mis brazos, me recuesto sobre el cabezal de la cama aun cubriendo mi cuerpo con las sabanas y entonces miro el lado de la cama y está vacío.

«¿Dónde está?»

Un vacío me invade en el pecho. Recuerdo que en la madrugada desperté y tenía sus brazos rodeando mi cintura, compartiendo su calor en mi espalda junto con su respiración en mi nuca estremeciéndome por completo el cuerpo.

Él no durmió hasta que cayera rendida y en el momento en que sus caricias comenzaron fueron la principal razón por la que logré conciliar el sueño. Su calor logro que pudiera sentirme en paz para lograr dormir.

Aquí es donde caigo en cuenta que todo ha pasado algo rápido o bueno, eso supongo yo. Las cosas entre él y yo siento que avanzaron a paso apresurado o el tiempo ha pasado rápido desde que él llego por ha pasado más de dos meses desde su llegada y he terminado en su cama, y según yo esto no pasaría.

Lo que me gustaría saber es en qué momento lo empecé a ver de otra manera, solo sé que hubo un momento en que lo miraba y me sudaban las manos o me ponía nerviosa con su simple presencia.

Empezó con una mirada, la confusión de lo que sentíamos, las provocaciones que subían de tono, cuando por el bien de ambos pedí dejar de cruzarnos y cuando regresé a sus brazos como si Joon se tratara de un imán que se ha apoderado de mí.

Necesitaba más de él y como olvidar que pude saboree sus labios por primera vez. Tengo el vivo recuerdo de esa noche en mi mente y no podre superar la perfección y sincronización de nuestros labios que comandaban el momento mientras nos permitían conocernos un poco más al compás de un beso.

Me pongo de pie con la sabana enrollada en mi cuerpo y camino por la enorme habitación echándole un vistazo a mi alrededor. Noto que es un poco más grande que la mía.

La habitación está cubierta de mármol gris marengo mientras los ventanales son decorados por cortinas azules marino que llegan hasta al suelo y que fácilmente dejaban a la vista la hermosa cuidad de Seúl, como también el infinito cielo celeste decorado con espesas nubes blancas y los rayos del sol tocando las calles.

Ojeo toda la habitación, nuestra ropa esta esparcida por el suelo que está cubierto por un tapiz del mismo color del mármol. La puerta de la habitación esta entre abierta y capta mi atención en el momento que escucho a lo lejos una canción que para mí era conocida.

Me encamino al gran closet que está en la misma habitación, tomo del perchero una de sus tantas camisas de Joon. Hay tres colores que más se repiten; azul, negro, gris y blanco. Entonces, tomo una azul marino, la rodeo por mi espalda y me la coloco abotonándola. Busco entre las prendas regadas de la habitación mis bragas y cuando logro encontrarlas están mojadas. ¿Suerte? Si y la mía.

No puedo ponerme mis bragas así, además de ser demasiado incomodo puedo contraer un resfriado, una infección o algo por el estilo.

Regreso al closet en donde retiro uno de los bóxeres de Joon. Después de todo solo es uno, además es justificable gracias a que mis bragas están mojadas y tienen un pésimo olor a húmedo. Prefiero prevenir que después lamentar.

Ojos de Miel © [Completo ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora