Capítulo 55

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Antes de empezar el capítulo, me veo en la necesidad de dar las siguientes aclaraciones.

¿Qué es el servicio militar y por qué Joon debe cumplirlo? Bueno, como ya sabemos Joon es coreano y si en parte canadiense, pero él no nació en Canadá, nació en Corea del Sur y todo hombre de nacionalidad coreana, su deber es cumplir un servicio militar de dos años. Este servicio se debe cumplir entre los 18 y 35 años (sobre esto sabremos en este capítulo). Pero para aclarar, Joon debe tomar su servicio militar dejando a su familia, amigos, carrera e incluso a Dakota por dos años, esto es su deber y por más que él seguramente no querrá ir, es una obligación que debe cumplir.

Intentaré hacer el tema lo más claro posible para que todos logremos entenderlo, ya que es un tema complicado de abordar.

Si tienes más dudas al respecto. Pueden dejarlas por aquí y con gusto las responderé.

Ahora sí, continuemos.

El primer adiós.

Joon.

Me adentro en el estacionamiento de la mansión. Apago el motor del auto, pero no salgo. Pienso por un tiempo lo que diré al subir. Mis manos se aferran al volante, cierro los ojos intentando creer que es una vil mentira. Que como dicen, solo fue un sueño, que nada es real, pero al abrir de nuevo mis párpados, compruebo que es una horrible realidad.

Quiero creer todavía que no.

El miedo se apodera de mí y comienzo a creer que no seré capaz de salir del auto. Saco la cajetilla de la guantera, tomó el encendedor y comienzo a fumarme el cigarrillo. Abro la ventana de mi lado y saco el humo por ahí para no inundar mi auto del olor que expulsa el rollo.

Tomo mi móvil y veo más llamadas perdidas de las mismas personas. Me decido y le mandó un mensaje a mi hermano; "Estoy en casa, ahora subo"

Mando el mensaje de texto y arrojó el móvil de nuevo a su lugar. Abro la puerta con las manos temblando de la agonía que siente mi alma al no saber qué hacer o que decir, simplemente intentaré articular las palabras necesarias frente a mis padres, frente a mi familia.

Y ahora que lo recuerdo, mi abuela. Dejaré a mi abuela también, en esta situación, maldita sea. Lo más seguro, por mucho que me duela aceptar, sé que cuando regrese ella ya no estará.

Salgo de mi auto, cierro la puerta de un portazo y arrojó el rollo blanco al suelo, donde lo piso para apagarlo, luego lo tomó y lo dejó en el cesto de basura más cercano.

Me acerco al ascensor y con solo entrar. Me vienen recuerdos de ella, conmigo, aquí adentro. Donde ella con una sonrisa nerviosa demostraba a la vez la emoción que sentía al conocer a mi familia.

Presiono el botón del segundo piso y le echó una mirada al reloj de mi muñeca. Justo la hora en la que seguramente están charlando de temas triviales mientras terminan de cenar.

Las puertas se abren frente a mí y desde donde me encuentro, escuchó las sonoras risas de mis padres mientras conversan con Young-jin.

Salgo del ascensor, y trato de pensar otra vez. Pero simplemente no puedo cuando tengo nada más que una horrible sensación en el estómago.

Me acomodo el traje, expulsó el pesar de mi pecho con ejercicios de respiración (algo que descubrí en internet mientras investigaba un poco sobre lo que ha vivido Dakota a lo largo de los años), cuando estoy a un metro de distancia de la cocina, pasa a mi lado una de las cocineras y reverencia ante mí. Lo que provoca que aquellas risas en la cocina comienzan a desvanecerse, saben que hay alguien más en casa, pero no saben quién.

Ojos de Miel © [Completo ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora