Capítulo 26

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Par de buenas noticias.

Dakota.

Sueño...

Camino por el instituto acompañada de Alejandra, quien está algo nerviosa, las manos no le han parado de temblar desde que entramos a la primera clase, fue difícil sacarla de su casa, pero logre que cediera y regresara a estudiar.

Llego la hora de receso y nos dirigimos a la cafetería. Nos esparcimos entre los compañeros para llegar al sitio de bandejas y tomar nuestro almuerzo.

Pasamos y nos dan un jugo de naranja con filete mal cocido y un puré de papas que debería ser amarillo, pero esta entre verde y negro.

—Ni drogada me como eso—tiro la bandeja sobre la mesa para sentarme.

—Somos dos—dice desanimada, deja la bandeja de lado y solo toma el jugo de naranja, toma un sorbo, la observo con cautela para saber si estará bien—, oh dios que mierda es esto—regresa el jugo a la botella—que asquerosidad por dios.

—Bueno ahora me declaro una persona que no almorzara.

—Traigo unos muffins de chocolate, ¿quieres?

—More la pregunta ofende—ella medio sonríe y me hace entrega de uno de los muffins.

Comemos tranquilas con una botella de agua pura que fue a comprar Alejandra porque no pensaba atragantarse con un muffin.

Hemos asistido juntas al psicólogo para la ayuda de Alejandra sobre lo que paso. La psicóloga insistió a Alejandra para que demandara, pero ella se negó y la psicóloga dejo de intentar, sabemos y estamos conscientes que ella merece justicia, pero también somos conscientes de nuestro sistema judicial y la mierda que es así que entendemos en cierta parte.

No habla del tema una vez que salimos de la cita con la psicóloga y es entendible, tengo empatía con ella y respeto sus decisiones y acciones.

No hemos conversado respecto a Evan, ella tampoco me ha preguntado por él desde lo que paso en el hospital. Medio trato de tocar el tema, pero le dije que no tenía caso y que no quería hablar de ello, lo respeto y no hemos hablado de Evan.

Sospecha que nos peleamos, que es lo obvio, pero no sabe el porqué de nuestra pelea. Si supiera lo mierda que me hizo sentir esa tarde por usarme de tal manera y tirarme como cualquier desecho de basura.

Evito esos pensamientos y evito recordar lo que me hizo, por muy estúpido que parezca, de alguna manera empecé a sentir cosas por él, lo que para mí es enfermizo, me uso, me trato mal, prácticamente me echo de su casa y yo de idiota siento cosas por él.

Espero y sea solo una confusión lo que siento, no pienso volver a caer como una idiota. Caer una vez en sus brazos, fue una equivocación, caer más de una es idiotez humana.

—¿Cómo está la herida?—cuestiona Alejandra fijando la mirada en el vendaje que está en mi muñeca.

—Normal—digo sin mucha importancia—cicatrizando como cualquier otra.

Alejandra hace una mueca con el rostro. Me toma de la mano y la entrelaza con la mía.

—Deja de ser así Kata—transmite delicadeza en su mirada—, tú no eres así, tú no eres de carácter fuerte, eres pacífica y tranquila, no altanera y veraz.

Ojos de Miel © [Completo ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora