Capítulo 23

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Segunda Parte; Promesas.

Dakota.

No cierro los ojos, pero admito que sus labios son suaves al momento de probarlos. Su forma de besar es, tranquila por ahora, pero eso no quita el hecho que se permite saborear mis labios.

Con una mano toma mi cintura y con la otra sostiene mi rostro, es más alto que yo así que tengo que ponerme de puntillas para alcanzar un poco su altura. Mis ojos exigen cerrarse y cedo, lo hago lentamente mientras sigo saboreando el dulce sabor a menta impregnado en sus carnosos labios.

Por falta de aire me separo de él, lo vuelvo a mirar confundida arqueando ambas cejas. El no muestra ninguna expresión en el rostro.

—¿Pero qué mier...?

—Solo quería besarte.

—¿Esas siempre serán tus respuestas para todo? ¿Simplemente querías? No te otorgue mi permiso para hacerlo—me enfurezco.

—No tenía por qué pedirlo, además si lo hubiera hecho, que incomodo fuera ¿Quién mierda pide permiso para besar?

Tiene razón.

—Ya déjalo, sigo sin entender porque lo hiciste.

—¿No es obvio?

—Para mí no, no es coherente que después de estar ignorándome vengas y me beses, así de la nada.

—Te quiero.

Arqueo ambas cejas.

—¿Que?

—Te quiero, Dakota.

No me había dicho eso antes, es frio con todo el mundo, hasta con Alejandra y conmigo a pesar de ser "sus amigas". Nunca nos ha dado un abrazo, y si es nuestro amigo es porque básicamente vivimos cosas parecidas.

Siempre ha sido Alejandra y yo, cuando él se integro fue porque los tres vivíamos situaciones parecidas en las que nos hacían mierda cada día.

Estábamos jodidos de las peores maneras; Alejandra cuidando de su madre alcohólica, Evan y vivir con el hecho de que su padre era un alcohólico y sufría maltratos de parte de él como también su madre los vivía y yo la que sufre maltratos de todo tipo a base de su madre sin tener salida de ellos.

—Tu ni siquiera un abrazo o buenos días me dices, ¿Él te quiero a que viene?—pregunto con ironía.

—Pues que te quiero, Dakota.

Ruedo los ojos.

—Que comediante amaneciste hoy, Evan Sallow—me echo a reír, pero el sigue serio—alzo la cara—, ¿No es broma?

Niega.

—¿Entonces?

—Es esto.

Se me acerca una vez más y junta nuestros labios en un beso un poco más intenso, él parece necesitado más yo sigo sin entender que carajos le paso por la cabeza esta mañana como para venir a decirme que me quiere. ‹Apuesto hasta mi vida asegurando que esta mañana se cayó de la cama y se golpeó la cabeza›

Mas no dejo de admitir que el sabor de menta en sus labios me agradan, aunque no soy experta besando, disfruto de sus labios y el beso.

Situó mis manos en sus hombros mientras él se encarga de forjar más fuerza en mi cintura. Estaba comenzando a disfrutar el momento.

De pronto cae una gota sobre mi frente, me alejo de él y escucho como hace un mohín. Miro al cielo y está nublado, no en su totalidad, pero las nubes están grises y con solo mirar eso me trae a la mente los malos recuerdos de esa vez. Hace un momento había un sol que casi me dejaba deshidratada.

Ojos de Miel © [Completo ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora