59: Elige tus armas

455 72 36
                                    

—Esta es nuestra última parada antes de partir mañana —murmuró el Señor—. Es hora de encontrar a Minerva.

Al bajar por las escaleras de palo nos miramos asombrados. Un armamento completo. Más de las armas que creía encontrar. Ahora empieza lo chido.

Esto sí que es un armamento. Pistolas, escopetas, revólveres, cuchillos, escudos, rifles, bombas, dinamita, artillería pesada, cuerdas, machetes... William Minerva dejó todo esto a los niños ganado.

—Fue por casualidad que mis compañeros y yo descubrimos el mecanismo del piano. Estaba un poco desafinado cuando lo tocamos por primera vez... Así que prácticamente si eres un inútil es imposible que sepas que existe esta habitación.

— ¿Cuál era el motivo oculto de Minerva? —preguntó Emma mirando con desconfianza algunas armas amontonadas.

—Ni idea —le quitó importancia el señor—. Solo escoged lo que queráis. No hay límite. Los objetivos de Minerva me importan un rábano. Este cuarto fue creado para que alguien haga uso de él. ¿no? Todo cambia en el territorio enemigo. Los bosques lejanos a las granjas ni le pisan los talones a los cercanos. Es el infierno en vivo, la tierra de los demonios —él se acercó a un cubo lleno de pistolas—. Las armas no les hacen nada, pero es mejor que ir con el culo al aire y las manos vacías. No os ayudaré, solo coged lo que creáis que os mantendrá con vida por más tiempo.

Cogió una de las pistolas y me la lanzó a las manos... o más bien a la cara. Suerte que estaba atenta. Él cogió otras dos y se las pasó a Emma y Ray.

Esta pistola pesa más de lo que creía...

— ¿Cuál es vuestra sensación? —preguntó Ray.

—Creo que... —murmuró Emma— Algo más liviano me vendría mejor. Sung-Joo nos lo dijo, ¿verdad?

La clave para sobrevivir es escapar. Si os encontráis a un demonio, pensad solo en una cosa: huir de allí inmediatamente.

—No quiero que algo me entorpezca cuando escape. Incluso si no pesa creo que es mejor explorar lo más liviano posible.

—Tienes razón —dijo Ray.

¿Entiendes? Escapar es mejor que matar. Sin embargo, sería perfecto que ni siquiera noten vuestra presencia.

Sé que tener muchas armas entorpece el camino, pero de solo pensar en ir casi desarmada me pongo nerviosa. ¿Y si nos acorralan a pesar de nuestros intentos por no ser vistos? ¿Cómo saldremos de esa situación?

—Señor, ¿qué harás? —preguntó Emma inocente.

—No quiero explicar. Mira y aprende.

¡Este hombre me pone más nerviosa que ir sin armas al exterior!

Pero... Si quiero vivir... Mira y aprende.

El Señor cogió un arma grande, alargada y delgada, dos recargas de balas extra y un cuchillo. ¿Si no tomó ninguna pistola pequeña típica de policías es porque son demasiado débiles contra los demonios? Bueno, en el área de las armas mi información se queda corta así que creo que se me hará difícil entender por qué escogió esa y qué arma será la que utilice en el exterior.

El señor no nos volvió a dirigir la palabra hasta que subió por las escaleras a punto de salir de la habitación.

—Escoged lo que queráis y volved arriba. Tocad algo en el piano para salir de aquí —salió de la habitación y cerró la puerta.

—Se fue... —murmuró Emma.

—Cumple su palabra de no ayudarnos... —comentó Ray.

— ¿Y qué esperabas? Ese viejales nos tiene en la mira de su pistola —dije quitándome la mochila—. Lo único que podemos hacer es observar y copiar lo que hace.

Cambiemos el Mundo [Rayis x The Promised Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora