37: Libertad

1K 138 20
                                    

Miré una última vez el muro. Mamá estaba de pie mirándonos marchar. Por primera vez se desató el moño. Su pelo largo y oscuro danzaba con el viento junto con las cuerdas desatadas.

Me di la vuelta y corrí hacia el interior del bosque, a la par que todos mis hermanos.

Adiós, Grace Field.

Adiós a nuestro querido hogar.

Pero hay que seguir mirando hacia delante.

Todos nosotros corríamos por un bosque desconocido, alejándonos de nuestra casa. Cada uno de nuestros pasos resonaban en el suelo.

Ya está. ¡Lo hicimos, Norman! ¡Estamos en el otro lado!

Han pasado tantas cosas desde que Conny fue asesinada. Pasamos varios obstáculos. Los transmisores, la llegada de la hermana Krone y Carol, entrenamiento de Las Traes, el traidor, cuando la hermana Krone nos atrapó, los libros de William Minerva, secretos desvelados, planes de fuga, el movimiento de Mamá, heridas latentes, la pierna rota de Emma, la cosecha de Norman, el incendio de Ray, el acantilado, dejar atrás a los más pequeños...

Y estoy aquí, viva, en el exterior. Aquí no hay más cosechas, no hace falta pasar por ese dolor de perder a un ser querido otra vez.

¡También salvamos a Ray! No veremos a nadie más morir. Y yo no dejaré que ninguno de ellos muera en el mundo exterior.

El mundo exterior...

¡Somos libres! ¡Finalmente somos libres!

¡Grandes masas de agua llamados océanos, tan inmensos que nunca se acabarían! Tierras heladas, llanuras de arena, aguas de fuego y gigantes de roble. Variedad de culturas y especies, ciudades enormes...

Recordé las palabras de Krone.

—El mundo exterior está lleno de cosas maravillosas. Admirarlo con las personas que te importan... Eso es lo que quieres... y no puedes ver, ¿cierto?

¡Quiero perseguir mi sueño!

Pero este no es el final.

"Cállate y ven, te enseñaré algo increíble."

— ¡Ahhh!

Me di la vuelta. Yvette se había tropezado y cayó al suelo.

En el exterior sigue habiendo una gran sociedad de demonios que estarán dispuestos a comernos.

Me acerqué a Yvette y le tendí la mano.

— ¿Estás bien?

Ella me sonrió.

— ¡Sí! No es nada, ¡puedo seguir corriendo!

—Entonces, ¿a qué esperamos?

Nuestros hermanos sonrieron. Cuando Yvette se levantó todos empezamos a correr de nuevo.

Vivir en el mundo exterior significa que constantemente estaremos arriesgando nuestras vidas.

Ya no tenemos casa. No tenemos comida. No hay una sociedad en la que podamos vivir. Desde ahora en adelante lo obtendremos todo de nuestras propias manos, esforzándonos siempre para cumplir nuestro objetivo.

Solté una risita. La libertad... Qué cruel y tan hermosa puede llegar a ser.

Incluso si es muy duro, sobreviviré. Sobreviviré junto con mis hermanos.

Y dentro de dos años definitivamente volveremos a por el resto de nuestros hermanos. Salvaremos a Eugene, Phil, Sherry, Marnya... Los salvaremos a todos. ¡Estoy segura!

Poco a poco, una luz brillante se asomaba entre los árboles.

— ¡Mirad! —gritó Don.

Llegamos a un punto alto del bosque donde los árboles desaparecían por un momento para dejar ver una increíble vista del amanecer.

Hoy dimos nuestro primer paso.

Todos miramos fascinados el panorama ante nosotros.

El sol saliendo entre los árboles del horizonte es algo magnífico. La luz del sol hacía que el río que estaba en la lejanía brillara. 

—Este es nuestro primer amanecer siendo libres —sonrió encantada Emma.

—El primero de muchos más —completé yo.

15 de enero del año 2046, dieciséis niños escaparon de la casa de Grace Field. El comienzo de una sucesión de hechos históricos.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Extra 1:

Tic. Tac. Tic. Tac... Tic... El reloj que despertaba a los niños por la mañana se detuvo para siempre.

Consumido en llamas, el reloj de Grace Field no volvió a marcar la hora. Pasaron muchos años desde que estaba en funcionamiento... Hasta que de un día para otro lo dejaron allí, completamente olvidado.

Pero... Eso está bien. Significa que ningún niño será cosechado ahora, porque el tiempo se detuvo en ese orfanato después del incendio.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Extra 2:

Corrimos rápidamente fuera de la casa después de quitarnos los transmisores.

Los niños menores a cuatro años estaban en un lugar seguro. Todos menos Phil.

Él apareció delante de nosotras cuando estábamos por adentrarnos en los árboles.

—Phil... —murmuró Emma.

Ella corrió hasta él y se tiró al suelo. Luego lo abrazó queriendo llevárselo consigo.

Esa escena hizo que mi corazón se rompiera un poco más.

— ¡Emma!

—Regresaremos, Phil. Te lo prometo —decía ella.

— ¡Sí! ¡Os esperaré aquí!

Ellos se sonrieron y después se separaron.

Me acerqué al pequeño Dios y le revolví el pelo.

—Confiamos en ti, Phil —sonreí—. Cuídalos a todos.

— ¡Lo haré!

Cambiemos el Mundo [Rayis x The Promised Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora