26: Querer vivir

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Ellos tres han conseguido llegar, pero es demasiado tarde.

— ¡Qué bien, estáis todos! Os daré la noticia. Los de la central me han contactado —dijo Mamá—. Felicidades, Norman. Se ha decidido la fecha de tu recogida. 

¿Qué?

Norman... ¿Será cosechado? ¿¡Mañana!?

La muerte se acerca y no podemos detenerla.

—Mamá... —habló Ray sin aliento y señaló a Emma— ¿Qué le pasó a la pierna de Emma?

—Oh. Está completamente rota. De hecho, fui yo quien se la rompió.

Gilda y Don se sorprendieron, estaban asustados. Ray mantuvo el entrecejo fruncido totalmente enfadado. Si a mí me golpeó varias veces no me sorprende que hiriera de gravedad a Emma. Aun así, sigue siendo impactante.

— ¡Pero no se preocupen! —Mamá volvió a abrazar a Emma— La rompí de forma limpia. Con el tiempo sanará completamente. Lo malo es que tendrá que quedarse en cama por un tiempo. Yo diría que por uno o dos meses. A tiempo para tu doceavo cumpleaños, ¿no, Ray?

¡Qué rabia!

Mamá levantó a Emma y la sostuvo en sus brazos.

—Norman, asegúrate de colocar esas cuerdas que tienes en tu mano en mi oficina. ¿Podrían ayudar a ______ a limpiarse y caminar, por favor? Como ven, tengo las manos ocupadas... El resto de vendas están en mi otro bolsillo. Ahora, niños, regresemos todos juntos a casa.

Ray cogió de mala gana las vendas y limpió la sangre de mi mejilla, no tuvo el valor de mirarme a los ojos. Pero observé que ponía una mueca. Luego se dispuso a vendar mi cuello. Esas son mis heridas más visibles.

Pero... No lo entiendo. ¿Mañana? Debe ser un error. Sí, seguro que es eso.

Aunque la pierna de Emma, el despido de Ray, mis heridas, la mirada perdida de Norman y la sonrisa de Mamá digan lo contrario...

¡Me niego a aceptarlo!

Cuando Norman se acercó para ayudarme, no lo soporté más y me eché a sus brazos, abrazándolo fuerte. Comencé a llorar. Nadie dijo una sola palabra.

No quise separarme de él, pero la mirada de Mamá me inquietaba. Ray y Norman colocaron sus brazos por debajo de mis hombros y me ayudaron a caminar.

Norman le pasó las cuerdas a Don para poder ayudarme mejor. Ahora, Don sostenía las cuerdas con una mano, mientras que con la otra abrazaba de lado a Gilda que tenía los ojos llorosos. Después de unos minutos en completo silencio con excepción de algunos de nuestros quejidos, llegamos al orfanato.

—Woah —dijo Thoma sorprendido y asustado, al igual que Lannion al ver cómo llegábamos a casa Emma y yo.

— ¿______? ¿Emma? —Nat y Anna también estaban sorprendidos, pero sobre todo aterrorizados.

—No pasa nada, niños. Vuestras hermanas mayores se cayeron del árbol al intentar perseguir una ardilla. Con el tiempo se recuperarán —mintió Mamá.

Al llegar a la enfermería, Mamá me ordenó a sentarme en una de las camas. Norman y Ray se fueron. Cuando me senté, ella dejó a Emma en la cama opuesta a la mía. Después se dispuso a tratar la pierna de Emma con cariño. 

¿Cómo puede sonreír como si nada? ¡Esto es una locura! 

Vivimos en una granja camuflada como orfanato y la madre que creíamos adorar es nuestro peor enemigo... Solo queremos la libertad, pero... En este mundo solo nos ven como ganado y Mamá hará lo que sea para mantener el control. ¡Hasta el punto de matar a la hermana Krone, encerrar a Ray, dejarme herida, romperle la pierna a Emma y dictar la muerte de Norman! ¡Esta mujer no tiene límites! 

Cambiemos el Mundo [Rayis x The Promised Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora