54: Pistola go brrr

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— ¡TE EQUIVOCAS! —exclamó ella al explotar golpeando sus manos contra la mesa donde el hombre se encontraba sentado de cuclillas. 

—Me temo que no —dijo él antes de sacar una pistola de un bolsillo trasero de su pantalón inmovilizando a Emma cogiéndola del cuello y luego apuntó a su cabeza. 

— ¡¡¡EMMA!!! —gritamos todos sorprendidos y aterrados. Después de eso ninguno movió un músculo. 

—El peor peso muerto es el de un grupo de payasos haciéndose pasar por amigos. Entregadlo. El boli, niños. Entregadlo ya. Me lo quedaré para que no volváis a poner un pie en este refugio nunca más. Ya vivo en perfectas condiciones, no quiero que nadie me hunda. Lo siento, pero tendréis que iros, este no es vuestro lugar. Dadme el bolígrafo y esfumaos de mi vista. Si no lo hacéis moriréis uno por uno.

Este hombre... ¿Quién se cree?

Los niños se escondieron aún más detrás de nosotros abrazando nuestras piernas. Con cuidado me separé a Christie, Yvette y Mark para poder desatar mi furia.

Estúpido prepotente, bastardo, narcisista, egocéntrico, viejales, cobarde, bueno para nada... Pero, amenazar a mi familia, a Emma... No se lo permitiré. Cogí el arco y tensé la cuerda tras colocar la flecha. ¿Que entreguemos el boli que Norman se sacrificó por obtener? ¿Amenazar a Emma colocando una pistola en su cabeza? ¿Y la charleta de antes qué? Para eso habernos matado de una vez... Aunque es por esto que no me lo puedo cargar, pero sí dejarle en claro que no le tenemos miedo.

— ¿Crees que por una simple intimidación mediocre vamos a ceder?

—Escucha, mocosa. Será mejor que te calles si no quieres...

— ¿No eres tú el que se tiene que callar? —esta vez lo interrumpí yo— Dejar el bolígrafo, la única pista que tenemos de Minerva. Irnos del refugio y quedarnos fuera pasando frío con la alta posibilidad de que nuestros perseguidores estén al acecho. ¿Crees que dejaremos el lugar por una escoria como tú? Escucha, tengo la mejor puntería que te puedas imaginar y esta flecha está deseosa por clavarse en tu ojo izquierdo. A esta distancia es imposible que falle —mentí a medias.

Él me miró con odio en sus ojos, pero no me importó.

—______... —dijo Ray procurando que no haga una locura.

—Esto será fácil. Dejádmelo a mí —mis palabras calmaron a la mayoría.

— ¿Es que no lo entendéis? Estoy apuntando a la cabeza de esta chica con una pistola... Pero cuánto me gustaría que fueses tú y no ella —dijo mirándome y apretando más el cuello de Emma.

—Tch... ¿Te parece bien cambiar de rehén?

— ¡______!

—No pasa nada, chicos. Él es inofensivo, no nos hará nada.

— ¡Tiene una pistola apuntando a Emma! —intentaron hacerme entrar en razón. No les hice caso.

—Inofensivo... A la vez que despreciable —lo miré con asco y luego le hice una seña con los ojos a Emma.

— ¡Cállate! —gritó el señor.

En un visto y no visto, Emma le dio un codazo en los huevos a ese hombre. Todos los chicos hicieron muecas de dolor graciosas y las chicas se quedaron impactadas. Yo solo sonreí burlonamente. Al menos conseguí decirle que no somos unos simples niños al mantener el arco apuntando a su cabeza todo este tiempo. Guardé la flecha contenta y atendí a la situación. El hombre se encogió sobre sí mismo y empezó a soltar quejidos mientras que todos gritaban el nombre de Emma. Ray cogió su brazo y la acercó a su cuerpo para alejarla del señor.

Cambiemos el Mundo [Rayis x The Promised Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora