Cambiemos el Mundo [Rayis x The Promised Neverland]

10: Amigos y traidores

—Seremos capaces de enfrentarnos a ella. Nuestro objetivo es la hermana Krone. Dudo que sea complicado matarla —dijo Norman con una mirada sombría.

Otro día, otra oportunidad para entrenar.

Hoy nosotros cuatro nos encargábamos de las tareas de la casa. Recoger la ropa seca del tendedero, fregar los platos, hacer recuento de provisiones en el almacén y colocar los libros de nuevo en la biblioteca.

Emma y yo sosteníamos las cestas mientras que Ray y Norman bajaban la ropa con los palos.

—"Hay que escapar en pequeños grupos", ¿no? —dije recordando las palabras de Norman— Jugar a Las Traes en equipo.

—Sí —respondió Ray—. La gran mayoría morirá si escapamos individualmente —¡qué frustrante! ¡Ray no se quita esa idea de la cabeza!— A pesar de eso, pienso que han mejorado bastante y hemos recolectado nuevos datos.

—Escapar en grupos es la solución. Y para eso hay que entrenar en equipo —dijo Emma.

—Emma, tengo diez combinaciones de equipo. Memorízalos —ordenó Ray.

— ¿De oído?

— ¿Acaso no puedes? —preguntó burlón.

— ¡Claro que puedo! ¡Será pan comido!

Ellos siempre terminan sorprendiéndome.

—Al intensificar el juego les enseñamos a moverse como lo harían en la vida real, en el futuro antes y después del escape —comenzó Norman—. Para hacer las combinaciones de grupos... Creo que deberíamos contarles a Don y Gilda sobre el escape. Les explicaremos lo que está pasando y cada uno liderará a su equipo.

—Entendido —aceptamos Emma y yo. Ray asintió.

Como necesitamos entrenarlos rápido, Emma se escaqueará de las tareas y se irá al bosque. Nosotros cubriremos su espalda.

— ¡Nos vemos, chicos! —sonrió ella con alegría al despedirse.

— ¡Adiós, Emma! —respondimos Norman y yo. Ray no dijo nada.

Norman se la quedó mirando con una sonrisa de enamorado. Reí un poco al verlo tan colgado por ella.

—Bueno... —llamé la atención de los chicos— más vale terminar rápido si queremos entrenarlos.

Fuimos a la cocina a lavar los platos y cubiertos de la comida.

—Así que... ¿Qué hacemos con ellas? —dijo Ray refiriéndose a Mamá y la hermana.

—Pensemos en cómo remodelar el plan —respondí lavando un cuchillo. Ray asintió.

—Norman y yo somos los únicos que somos capaces de hacerlo. Psicológicamente hablando, es mucho para las chicas y los demás.

—Bueno, ellos no serían capaces de manejar algo así —dijo Norman sonriendo. Luego paró de hacerlo para mirarme preocupado—. Pero, ______...

—No os preocupéis por mí. Puedo con esto, lo sé —le miré seriamente—. Dejadme ayudaros.

Se miraron entre ellos pensando qué hacer. Al final aceptaron un poco dudosos de su respuesta.

—Primero tenemos que separarlas. Luego iremos contra ellas y cortaremos sus alas —planeó Norman.

—Dejarlas fuera de juego, ¿no? —pensó Ray.

—Será más difícil que matarlas.

—Es que no las podemos matar —recordé yo—. ¿Y si a lo mejor se activa una alarma igual como lo haría el transmisor al ser destruido?