61: Come hombres

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—Saciad vuestra sed de una vez. Ahora vienen las manadas de bestias come humanos ocultos en el bosque. Te ven, te mueres. Vamos antes de que se oculte el sol...

El señor se adentró en el bosque. Nos miramos entre nosotros un poco dudosos hasta que Emma dio el paso hacia delante. Ray y yo la seguimos inmediatamente. Si uno de nosotros va, el resto se apunta. No dejaremos a nadie morir.

Da igual lo terrible o grotesco que sea el camino, solo puedes avanzar si quieres llegar a tu objetivo.

Lo árboles eran distintos a los que vimos con Mujika y Sung-Joo porque los troncos parecen estar hechos de piedra en vez de madera. Además, de ellos colgaban lianas que parecía más bien un bosque de cera derretida. El suelo es compacto y sin muchos altibajos, aceptable para correr y no resbalarse. Distintos pájaros volaban sobre nuestras cabezas, desde unos con gran tamaño y de colores parecidos a los troncos o las lianas hasta pequeños, pero con aspecto aterrador.  Tenían tanto plumaje que pensé que tenían una peluca en la cabeza.

—Los come hombres no tienen fin —dijo el señor refiriéndose a los demonios—. Los de esta área no son inteligentes, pero saben cómo formar manadas, siempre se mantienen en grupo. Es imposible que te encuentres con uno solo, el resto estará escondido cerca. Hay tanta variedad de come hombres que tengo algo por seguro... Estáis muertos si os ven. Llamarán al resto y os comerán hasta los huesos.

Los tres nos asustamos. Sé que es verdad, ¡pero solo nos lo dice con ese tono para meternos miedo! No caeremos en sus provocaciones.

—Solo hay una forma para solucionar el problema... Mandarlos al infierno antes de que se atrevan a llamar a sus compañeros —hizo señas como cortándose el cuello—. Aunque... ¿Imbéciles como vosotros? ¡No me hagáis reír! Moriréis antes de llegar a Minerva.

Ocultarse de los demonios y procurar alejarnos de ellos... Eso es lo primordial. Avanzaremos todo lo que podamos para no dormir con un nido de demonios al lado.

— ¿Cómo vamos de tiempo? —preguntó Emma.

Ray sacó el reloj de su bolsillo.

—Quedan alrededor de dos horas para que oscurezca.

—Ya veo... Entonces, ¡hagamos nuestro mejor esfuerzo!

—Seh, la distancia no está mal —comentó el señor—. Hasta ahora el viaje ha ido bien...

Demasiado bien diría yo. Miré al señor intentando descubrir sus intenciones ocultas. ¿Cuál será su siguiente movimiento? ¿Cómo puedo evitarlo? ¿Cómo debo actuar si ya es demasiado tarde?

Esto me recuerda a la granja... Estar varios pasos más allá de tu enemigo para ganar...

Pero... ¿¡Cómo puedo saberlo si no ha hecho nada sospechoso hasta ahora!? Varias veces intentó engañarnos con palabras, pero no con actos...

—Ahora a la derecha —indicó él.

Ray se detuvo y observó el suelo.

—Derecha, ¿verdad?

—No, izquierda.

Miré al suelo. Ray tiene razón, el señor intentó engañarnos de nuevo. Había pisadas recientes de demonios en la derecha.

Mierda. No lo vi.

— ¡Buena esa, Ray! —elogió Emma— Yo no me di cuenta.

—Gracias —respondió él.

Tan centrada en observarlo y no me di cuenta que la pisada en el suelo tiene literalmente el tamaño de mi cabeza. ¿¡En qué estaba pensando!?

—______, concéntrate —dijo Ray—. Es muy raro que tus pisadas sean las más ruidosas, además que no viste la huella del demonio... Eres muy observadora y...

Cambiemos el Mundo [Rayis x The Promised Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora