Cambiemos el Mundo [Rayis x The Promised Neverland]

24: Buen perro

Debemos destruir el mundo en el que no hay esperanza y crear uno nuevo en el que todos los niños vivamos libres.

Es la una en punto de la tarde. Inicia la investigación sobre el mundo exterior.

Hay que escalar el muro, mirar más allá de él y decidir qué haremos en base a los resultados. Hay que darnos prisa. Cuanto más rápido terminemos esto, más rápido estaremos en el mundo exterior. ¿Qué habrá más allá del muro?

—Ray distraerá a Mamá y tú le ayudarás si algo va mal —dijo Don intentando poner en orden sus pensamientos—. Mientras que Norman y Emma hacen la inspección, nosotros estaremos atentos a vuestra señal y correremos hacia el muro para detener la investigación si algo sale mal...

—Por favor, que funcione —Gilda estaba preocupada, para calmarse acariciaba al bebé de un año que tenía en sus brazos—. Espero que todo salga bien...

—Si sucede algo, tened en cuenta que podemos lidiar con todo. Nos adaptaremos a cualquier circunstancia. ¿Está bien? —intenté tranquilizarlos.

—Sí... Buena suerte, ______.

Asentí y corrí hacia la casa. Lo primero que me encontré fue a Anna, Nat, Eugene y Dominic jugando a los rompecabezas. Genial. Con esta situación puedo hacer tiempo si Ray no consigue completar su misión.

Puedo coger una de las piezas del puzle, hacer un drama para que Mamá busque la pieza perdida con nosotros y ganar tiempo. Por lo menos el suficiente para que avisen a Norman y Emma.

Me senté al lado de Dominic y me dispuse a ayudar a resolver el puzle.

— ¡______, ______! —gritó Eugene subiendo a mi regazo– ¿Cuál es la palabra del día?

—Veamos... —murmuré colocando un dedo en mis labios— ¿Qué tal... Sempiterno? Mi amor por ti es sempiterno, Eugene.

Le sonreí cariñosamente a la vez que Anna levantaba la mano con entusiasmo.

— ¡Oh, esa me la sé! Lo leí en un libro de romance donde el chico le dedicaba poemas a su amada —dijo con expresión de enamorada.

— ¿Y qué significa? —preguntó Eugene.

—Que dura para siempre, se prolonga tanto que parece no tener principio ni fin —contestó Nat.

Todos lo miramos desconcertados.

— ¿Nat sabe la respuesta? —alucinó Dominic.

— ¡Hey! ¡Me siento completamente ofendido!

Inmediatamente soltamos grandes carcajadas.

Todo iba bien hasta que escuché pisadas rápidas en las escaleras. ¿Qué habrá pasado? ¿Se cancela la misión?

Me disculpé con ellos y fui a averiguar. Subí un poco las escaleras y llegué en el momento exacto en el que Ray abrió la puerta de la habitación de la hermana Krone.

Es cierto, él se acaba de enterar de que la hermana Krone ha muerto. Eso significa que la situación con Mamá es complicada.

Las cosas de la hermana Krone junto con las sábanas de la cama ya no están. No parecía como si alguien hubiese ocupado esa habitación hace horas.

Mamá se colocó detrás de Ray y se agachó a su altura, tocándole el hombro. Yo me acerqué un poco, atenta a cualquier movimiento brusco.

Pero, ¿qué hago? ¿Aviso a Gilda y Don? ¿Sigo pendiente de lo que dicen?

—Ya no la necesito, así que la eliminé. Lo mismo pasa contigo —dijo Mamá con voz tenebrosa.

— ¿Qué? —Ray se libró del agarre de Mamá y la encaró.