35: Cuéntaselo

1K 148 65
                                    

—Don, ______ y yo subiremos primero. Después ayudaremos a los demás —dijo Emma.

—Estaremos bien siempre y cuando hagamos lo que entrenamos, ¿de acuerdo? —siguió Don.

— ¡Nuestra hora de libertad ha llegado! ¡Saldremos todos de aquí enseguida! —completé yo.

— ¡Sí! —exclamaron y corrieron a sus puestos como lo planeamos.

Emma y Don ya subieron a su manera. Faltaba yo.

Terminé de atar la cuerda al árbol y suspiré intentando relajarme.

— ¡Tú puedes, ______!

— ¡Solo un esfuerzo más!

Sonreí ante los gritos de Anna y Nat al acordarse de mi miedo.

Sí, miedo a las alturas. Sí, después cruzaré un acantilado con escasa seguridad. Pero hay momentos en los que debes enfrentar tus miedos para seguir avanzando.

Me agarré fuerte. Utilicé la cuerda como una liana y salté al vacío. Cerré los ojos con fuerza.

— ¡Suéltate ahora, ______!

Abrí los ojos y solté la cuerda. Pero me petrifiqué a mirar al suelo. Sentí que me quedaba suspendida en el aire por unos segundos. El miedo me impidió agarrar las manos extendidas de Emma y Don.

— ¡¡¡______!!!

Me pregunto... ¿Cómo será la vista al otro lado? ¿Cómo se verá?

Todo a mi alrededor se ve en cámara lenta. ¿Y ya está? ¿Este es el final?

¡NO! ¡Yo quiero vivir! ¡Quiero vivir todo lo que pueda y un estúpido miedo no me alejará de mi sueño!

La vista desde arriba es algo que no podré ver por mi cuenta. Pero, si no estoy sola...

— ¡______!

— ¡Emma!

Extendí mi mano y agarré las de Emma. Ella estaba boca abajo, colgando del muro. Nos hubiésemos herido de gravedad si Don no estuviera sujetando los pies de Emma.

— ¡Agárrate bien! —gritó Emma —¡Don, aguanta un poco más!

Don tiró de nosotras. Se estaba esforzando demasiado, su cara lo demostraba.

Apoyé un pie en el muro e intenté escalar con ayuda de Emma. Terminé de subir completamente mientras que Don acababa de subir a Emma. Nos miramos los tres con respiraciones entrecortadas. Luego sonreímos.

— ¡Hacemos buen equipo! —dijo alegre Don. Nos reímos con él.

Después, Emma se asomó por el muro para avisar a los demás.

— ¡No se preocupen, estamos bien! ¡En unos segundos dejaremos caer las cuerdas!

Me levanté lentamente del muro. Un gran acantilado con una altura que te provoca un gran dolor de tripas. Pero ya basta de mirar hacia abajo, hay que mirar hacia delante.

Y lo vi.

La continuación de un inmenso bosque repleto de color verde y el cielo nocturno estrellado. Mi primera vista al exterior. Cerré los ojos y respiré profundamente. Ya queda poco. Queda poco para la libertad.

Alguien colocó delicadamente una mano en mi hombro.

—Ten más cuidado la próxima vez, ¿sí? —Anna me sonrió dulcemente. 

Asentí con una pequeña sonrisa. Mientras ella ponía unos vendajes en mi oreja, Emma y Don ayudaban a los demás a subir el muro.

—Todos... —murmuró Ray— ¿Dónde están los más pequeños y los bebés?

Cambiemos el Mundo [Rayis x The Promised Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora