29: ¿Por qué regresaste?

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—Bien, niños. ¡Es hora de la cena!

¿Cómo puede actuar tan amablemente cuando sabe muy bien lo que de verdad está haciendo? ¿¡Es que no le importamos ni un poco!?

Después de preparar la comida subí a entregarle la cena a Emma. Ella me agradeció y volví a bajar para comer.

Al terminar el día decidí hacer una ronda por la casa. Los niños pequeños corrían por toda la casa cargando con sus toallas. En un momento de esos, Chamberlain, que seguía a Jasper, se cayó golpeándose la espalda contra el suelo. Me acerqué y le ayudé a levantarse.

—Ten más cuidado la próxima vez, pequeño.

—Sí. ¡Gracias, ______!

Chamberlain se fue corriendo al baño, seguido de Hans.

— ¡Te pillaré! —Gritó Don.

Hans se rio y corrió en dirección contraria. Don le dejó un poco de ventaja al saludarme con la mano. Le devolví el saludo y volvió a correr detrás de Hans.

En mi habitación, otros pequeños terminaban de vestirse y secarse después del baño. Mamá les ayudaba a secarse el cabello con una toalla. Cuando terminó con Phil sonriendo adorablemente, la fila avanzó.

—Bañarse es genial... —murmuró Tom

— ¡______! —Exclamó Eugene al verme.

Los de tres años se me acercaron con sus toallas en sus manos.

— ¡ ______! ¿Me ayudas a secarme el pelo? —preguntó Tom.

— ¡Y a mí!

— ¡A mí también!

— ¡Claro que sí!

Se colocaron en una fila y les fui secando el cabello uno a uno.

—Toda una madre, ______.

—Gracias, Mamá —acepté el cumplido de Mamá e ignoré que ella es la que matará a uno de mis mejores amigos.

Después de secarles el pelo a Eugene, Tom, Nina, Damdin y Vivian, me despedí de ellos. Pasé por la biblioteca y me encontré con Ray y Anna leyendo en la misma mesa. Me acerqué a Ray porque era el más próximo y coloqué mi mano en su hombro.

— ¿Qué lees?

—Astronomía.

Asentí y me dirigí al lugar de Anna. Tal vez él quiera guiarse por las estrellas cuando escapemos. Cuando Ray lee es mejor no molestarlo.

— ¿Y tú, Anna? ¿Qué lees?

—Oh, estoy leyendo sobre medicina.

— ¿Medicina?

—Sí. Me he dado cuenta de que no sé lo suficiente sobre esta rama cuando no supe cómo curaros a Emma y a ti. Quiero ayudar de alguna forma. Por eso leo este libro de medicina.

—Me impresionas, Anna —dije orgullosa—. Me gusta que te preocupes por los demás.

Ella me sonrió tiernamente.

—Debo hacerlo, soy de las mayores, tengo la responsabilidad de cuidar de mis hermanos tan bien como lo hace Mamá.

—Seguro que lo logras, Anna. Buenas noches. ¡Y no te quedes tan tarde leyendo! ¡Tú también, Ray!

Él pasó de mí y Anna se rió.

—Buenas noches, ______.

Le di un beso en el frente a Anna y luego la abracé fuertemente. Al pasar por el lado de Ray, palmeé su espalda dos veces. Él gruñó, pero después me sonrió un poco. Salí de la biblioteca y recorrí el resto de la casa.

Cambiemos el Mundo [Rayis x The Promised Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora