Capítulo 24

255 25 24
                                    


Narra Auri.

Despierto con un fuerte olor a alcohol.

¿De cuando las paredes de la pieza de Flor son tan blancas? Trato de pararme pero mi cuerpo está cansado y adolorido.

Mi boca tiene un sabor a óxido así que toco con mi lengua mis mejillas.

— ¿me mordí?

Cabo en cuenta de que estoy en una cama de hospital ¿Qué me pasó?

— cariño despertaste

— Mamá, porque estoy en el hospital?

— Hace dos noches tuviste fiebre por lo que te tuvimos que traer. Llevas dos noches durmiendo.

Entiendo. Probablemente me resfríe por salir tan temprano con Yibo.

"oh Yibo"

Debe estar preocupado.

— Mamá y ¿Dónde está Yibo?

Mi mamá me mira confundida.

— ¿Quién?

— Yibo mamá, mi novio

— Aurora, tú no tienes ningún Novio que se llame Yibo.

— ¿QUEE?

Siento que se me baja la temperatura, como que no tengo ningún novio que se llame Yibo.

¿Y mis aventuras en China? ¿Y mi trabajo en China, mis conocidos, mis amigos...? No, no puede ser todo un sueño es todo real... No.

— Ma... Ma... Pe... Ro cómo que no...

Mi mamá me sigue mirando confundida hasta que veo que comienza a hacer una mueca.

Y se pone a reír.

— ¡Ya! Corten... No puedo aguantar más.

De detrás de unas cortinas sale Florencia con una Cámara.

— ¡Pero mamá! No pudiste aguantar cuatro minutos más... Ya estaba que lloraba.

Me vuelve el alma al cuerpo.

— Hay debiste ver lo pálida que te pusiste al pensar que no tenías a tu Yibito. — Dice Florencia

— ¿Y dónde está?...

Se miran una con otra. Hasta me que mamá habla.

— Fue con tu padre a tomar una ducha, ha estado estos dos días cuidándote.

— Si, debiste olerlo

— ¡Florencia! La regaña mamá

­Dos días antes (narra Florencia)

Todos estamos más calmados, pero para Yibo es la primera vez.

Siento su tensión a mi lado, aprieta sus manos hasta que sus nudillos quedan blancos y luego vuelve a a hacer lo mismo.

Trato de sujetarle la mano pero se da cuenta y lo aparta, se levanta y va nuevamente a la puerta de urgencias.

— ­­­­Deberías calmarte - le habla papá.

El asiente y pregunta dónde está el baño, para ir.

— Él está muy preocupado, pareciera que no es una aventura cualquiera - dice mamá.

— Ese chico, aunque tenga cara de adolescente, se vea tierno... Tiene una gran fuerza y siento que quiere demasiado a Auri... Cariño —le sujeta la mano a mamá —él es el ángel que ayudará a nuestra Auri.

Desde el otro lado del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora