Capítulo 29

171 24 7
                                    

Pasa una semana. Puedo hablar, aunque no gritar mucho, bueno lo intento pero a veces no puedo controlarlo.

he vuelto a mi trabajo y a mis estudios. La universidad de artes teatrales ha sido muy flexible para con mis horarios y lo agradezco.

Yibo recibió un nuevo proyecto así que nos vamos a grabar a Hong Kong. Su nuevo papel Será una revolución, meditamos muy bien antes de aceptarlo, los pros y los contras de esto.

— ¿Leyó el guion señor Yibo? — pregunto mirándolo directamente.

Me mira y corre hacia mí. Me tira al sillón afirmando mis muñecas. Su mirada es fría y calculadora.

Miro directo a los ojos oscuros y una fría corriente recorre mi espina dorsal. Mis cabellos se erizan mientras Yibo pasa su rostro cerca de mi piel. Se detiene en mi cuello. Puedo oír su respiración.

Agitada, descontrolada ....

Me pongo a temblar. Él lo nota. Lo que hace que se separe de golpe

— Lo siento me olvide de que....

Yo lo miro con un rostro aterrado. Superficialmente, en el fondo estoy encantada. Respiro antes de cambiar mi expresión.

— ¡¡Ahhhhh!! ¡¡Eso fue...hay dios!! INCREIBLE

Yibo me mira desconcertado.

— Esta película será un éxito rotundo. Eres estupendo cariño , el mejor villano del mundo. Superaste mis expectativas.

Yibo sonríe. Se acerca y me abraza.

— No grites tanto, te estas recuperando. Pero muchas gracias, no sabes lo feliz que me haces cada día.

— Y tú a mí.

El horno suena.

— Espera te preparé algo par antes del viaje

— ¿Cocinaste? ¿Te dio el tiempo?

— Mijo, soy Auri García, la mujer que entre millones fue escogida por el King de China. Te aseguro que incluso desarrollé super poderes.

Me agacho y hago la pose de Spiderman.

Él sonríe y me da mil años de paz. Saco mi pastel de choclo del horno.

— Huele muy bien.

— Gracias.

Saco uno. Los platos de greda los envió mi mamá hace unos meses. Huele a mi país , huele a mi casa. Saco un trocito con la cuchara y le doy a probar a Yibo.

— ¿Qué tal? — pregunto con tono ansioso.

Yibo cierra los ojos y traga.

Cuando abre sus ojos me tira la mano y hace que caiga en sus piernas.

— Podría vivir toda la vida probando tu comida.

Me sonrojo. Le doy un beso en la frente.

— Toda la vida parece mucho tiempo­— le digo susurrando

El me mira, no puedo descifrar que es lo que piensa. Se acerca y me da un leve beso en los labios.

— ¿acaso temes aburrirte de mí?

Suelto una carcajada. Yibo, EL YIBO, me está diciendo que yo , una simple mortal me puedo aburrir de ÉL ...

Me levanto.

— Almuerza antes de irnos. Mientras comes me iré a bañar.

— Ya te hacía falta.

Desde el otro lado del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora