Capítulo 37

155 18 5
                                    


Tengo dos días de descansar. Despierto con la mejor almohada que puede haber, el pecho de mi amado.

Llevé a mis padres a comer. A comprar y a divertirnos. Realmente extrañaba a mi familia.

Me levanto y abro las cortinas. En la ventana de mi hermana hay un cartel que dice "qué bueno que aprendieron a cerrar las cortinas".

Abro la ventana. El calor se empieza a notar y realmente es algo estupendo.

Voy hacia la habitación de Lin Yi quien sigue roncando. Me tiro sobre ella como costal de papas.

— Auri pesas demasiado, quítate

— No, quiero comer panqueques

— ¡Pero prepáralos!

— ÑO, yo quiero de los que preparas tú— digo haciéndole un puchero.

Mi amiga me tira de la cama.

— Ni te has bañado puerca y quieres panqueques

— Me bañé anoche ...no puedo estar tan puerca — me huelo y no siento nada

— Hueles a Yibo ...

— ¿celos? — digo metiéndome a su cama.

Ella se corre a la otra esquina.

— Si, es que se la pasan juntos y yo no tengo ni perro que me ladre ....

— Te puedo presentar a un actor...

— ¿altura? ¿popularidad?

Miro a mi amiga. Es demasiado exigente, pero se merece lo mejor de lo mejor.

Pienso en a quien le puedo presentar. Xu Kay no, es muy coqueto. Tal vez Meng ...

Tocan la puerta. No hay que ser adivinas para saber quién esta del otro lado.

— ¡Espacio de chicas, nadie más entra! — grita Lin Yi

— ¿Mi mujer está ahí?

— ¿Qué? Estoy sorda ¿Te dijo su mujer? ...que atrevido este pendejo. ¡Esta es mi chica, no la tuya! ¡Pendejo! — le grita la última en español.

Yo me rio y la animo. Es muy gracioso verla así.

Al final deja de tocar.

— Tu familia hoy no tomará desayuno aquí y es mi día libre. Podríamos salir a algún lugar tofos juntos. Hay un pequeño poblado al que podríamos visitar, venden artesanías, ropa es muy lindo

— Me parece ¿Yibo, quieres ir? Se que estas escuchando en la puerta — se escuchan unos pasitos corriendo

Mi amiga y yo volvemos a reír.

Lin yi tenía razón este lugar es muy bello. Yibo prefirió no venir. Las cámaras son unos caos últimamente.

— Amiga te ves radiante. Te ves como una verdadera artista ¿Estas usando la pulsera que te regalo Yibo?

— Si. — me rio al mirar la pulsera, la dejé de utilizar mucho tiempo. Pero ahora que las cosas mejoraron es bueno tener algo de él cerca de mí. — Es un regalo extraño, pero es uno de los primeros obsequios que me entregó.

— ¿pero a quien se le ocurre regalar una joya de rueda? Además ¿se abre y dice Yibo? Mínimo debería decir tu nombre ...no el de él.

Me rio. Mi amiga tiene razón, aun así, es un gran regalo para mí.

Desde el otro lado del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora