Makis.
La luz se encendió, sentandome rápidamente en mi cama, notando como eran las 4:30 (pasada) de la mañana.
- Qué cara...-
- Levántate.- Su rostro no tenía expresión alguna.- Hay cosas que hacer.- Me puse de pie rápidamente, notando como me entregaba una caja y simplemente se iba.
Era incómodo, pero tenía que aceptarlo, quizás si nos llevábamos así, no sería tan difícil alejarme de ella en un futuro.
Me acerqué a su despacho, intentando acomodar mi falda, mientras ella revisaba demasiados libros al mismo tiempo y sumaba en su calculadora.
- Tu desayuno está servido.-
- Qué haremos tan temprano?-
- Ve a desayunar.- La vena de su cuello parecía sobresalir, sentándome en una de las banquetas para intentar no dormirme así me haya dando una ducha con tal de despertarme aún más.
Se acercó arremangando su camisa, mientras su corbata iba de un lado a otro, sin esperar que pase a mi lado y tome una caja para agregarle una cerradura a su nueva puerta, notando como ponía seguro y se quedaba con la llave en su bolsillo.
- Tienes prohibido entrar ahí sin que yo te lo permita.-
- Ya lo sé.- La miré fijamente.- Ya sé que debo golpear y esperar a que me abras.-
- Después de todo, sigues queriendo discutir.-
- Si me vas a despertar sin razón alguna a las cuatro de la mañana, si, voy a discutir todo lo que quiera.-
- Terminaste con eso?-
- Si vas a venir a hablarme, no puedo desayunar tranquila.- Suspiró apretando sus puños.- Ya sabes lo que ocurrirá ahora, por qué no me tiras aquí y simplemente lo haces?-
- Porque te dije que no lo haría.- Cerró sus ojos, regulando su respiración.
- Crees que a mi me cambiará en algo lo que hayas dicho? Si es lo que quieres y lo que te gusta, hazlo.-
- No hagas que pierda la poca paciencia que me queda.-
- Y tengo que tenerte miedo por eso?- Me acerqué lentamente.- Si tan enojada estás, sácalo, dímelo o demuestralo.-
- No lo haré.-
- Qué carajos te importa, solo hazlo.-
- No.- Alzó la voz al igual que yo.- No lo haré, no te pondré un dedo encima.-
- Pero a la mujer esa sí.-
- No sabes lo que dices.-
- Entonces dime que estoy equivocada, gritame o simplemente haz algo, pero dame una puta explicación.- Tomó mi cuello, pegándome a una de las columnas.
- Porque te quiero.- Mis manos se posaron en su muñeca.- Te respeto.- Parecía dolerle y a mi ni siquiera me estaba haciendo daño el hecho de que si ejerce un poco más de fuerza, me ahogue.- Y si seria una hija de puta como ella, desde el primer día te trataría como quiero, pero en lugar de eso vienes con tus sonrisas y tus humor y no puedo dejar de pensarte, de pensar lo lindo que sería nuestro futuro juntas.- Se alejó para darme una última mirada, tomando el blazer que había tirado en uno de los sofás.
- Natalia.-
- Sé que no lo sientes, sé que ni siquiera puedes creer que sea tan fácil para mí quererte, pero crecí sin cariño, crecí sola y con unos padres que me dieron lo que pudieron y es fácil para mí confiar y querer a la primer persona con la que me dé un poco de cariño, pero no sabes lo mucho que disfruto tenerte aquí y que si fuera por mi y esto no fuera una obligación para ti, yo igual pensaría en pasar el resto de mi miserable vida contigo, así discutamos todos los días y sé que por lo menos, dormiremos en la misma cama y podré tenerte cerca.- Agache mi cabeza, escuchando perfectamente como sus zapatos retumbaban hasta la puerta.- Vamos? Hay algo que quiero que hagas.-
Me estaba esperando con la puerta abierta y solo pude cerrarla para en un rápido movimiento tomar sus labios, sintiendo como sus manos se fijaban en mi cintura, bajando más de la cuenta para apretar mi trasero, acariciando sus mejillas suavemente, ganandome un gruñido que terminó por desaparecer cuando nos volvimos a besar.
- Yo también te quiero.- Temí lo peor al decirlo, pero ella me volvió a besar y yo supe que hice lo correcto al ser sincera.
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Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]
FanfictionLo que debería ser un trámite más, podría volverse algo romántico, una forma de conocer a alguien completamente desconocido y, quizás, coincidir; sin importar las edades, ni las posiciones sociales, ni las personas que insistían en separarlas. (G!P)