Capítulo 22.

121 12 2
                                    

Natalia.

Cerré la tapa del piano cuando bajo lentamente las escaleras, dejando de cubrir su desnudez con mi camisa para besarme, alzandola sin problema alguno.

- No quería tocarme.- Acarició mis mejillas suavemente.- Soñé contigo.-

- Y me quieres contar?- Negó rápidamente, abriendo el preservativo con mis dientes.

- Lo haré muy pronto.- Junté nuestros labios, besandola con desesperación para apoyar mi glande en sus labios, sintiendo como estaba demasiado húmeda.

Me adentre sin ningún problema en su interior, levantando un poco más sus piernas para quedarme completamente dentro suyo.

- Natalia.- Tiró de mi labio inferior, meneando sus caderas.

- Eres una bruja.- La volví a penetrar más de una vez, como dos animales intentando aparearse.- Lo levantas como Matilda.- Sonrió sobre mis labios, volviendo a gemir.

- Oh.- Clavó sus uñas en mi espalda, apretando uno de sus pechos, sintiendo su vagina apretarme, notando como se contenía a venirse aún.

Frene en seco, haciendo que ella me mire mal.

- Tócate.- Sus ojos se abrieron y su boca cayó pesadamente.- Quiero que te vengas así, sin contenerte.- Tomé su mano llevando dos de sus dedos a mi boca para succionarlos frente a su atenta mirada, notando como un jadeo involuntario se le escapó de sus labios.

- No creo que pueda.- Dejé besos por su cuello.

- Cierra los ojos.- Ella simplemente cumplió, bajando su mano junto con la mía, apoyandola para dejar que ella termine por perderse en su intimidad, levantando sus piernas para alejarme lo suficiente, teniendo una perfecta imagen de ella tocándose sin pudor.

- Natalia.- No encontró mi mano, aferrándose a las sábanas, teniendo sus nudillos completamente blancos.- Wow.- Intentó regular su respiración y solo pude quedarme ahí, mirando como por el reflejo de la luz de la luna, su cuerpo se estiraba completamente relajado, fijando su mirada en mí.

- Eres perfecta.- La senté en mi regazo.- Eres perfecta.- Solo pude abrazarla, repartiendo perezosos besos.

- Soy tuya.- Tomó mi mentón, conectado nuestras miradas para pensar en lo sexy que sería recostarme con ese deseo de que una diosa como lo era ella se vuelva a mover sobre mi.

- Te adoro.- Me alejé rápidamente de sus pechos cuando ella alejó sus manos de mis hombros.

- De verdad?- Acaricie su mejilla suavemente, pasando mi pulgar por su labio inferior para que ella siga igual de estupefacta.

- Si.- Noté como su sonrisa, rozando nuestras narices.- Las razones me sobran.- Sentí sus brazos rodearme.- Haces bien tu trabajo.- Escuché su carcajada.

- Yo no hago nada.- Apretó mis mejillas.- Yo solo soy yo.- Fue inevitable reír, notando como ella simplemente alzaba sus hombros.- Y también hiciste que cambie y que todo esto de estar juntas sea más fácil, pero no me esperaba estar en tu trabajo y que discutir sea tan lindo.- Frunci mi ceño.- Porque siempre que solucionamos el problema es como si me diera cuenta que de verdad eres importante para mí como para intentar superar mis celos y ser mejor.-

- Aceptas que tienes celos.- Reí junto a ella.- Mañana vendrán Olgui y Juli, quieren usar la piscina y podrías invitar a Camila.- Alzó sus cejas.- No quieres?-

- Estarán en bikini?-

- Si.-

- Y verán esto?- Señaló mi vientre, asintiendo suavemente.- Entonces no vendrá nadie.-

- Habrá música y haremos una barbacoa, beberemos cervezas y ellas quieren tomar sol, puedes hacerlo también, yo te miraré con esa bikini que te dije que me gustaba y me quedaré en el agua para que no vean mi erección.- Escuché su carcajada, ganandome besos por todo mi rostro, siendo maravilloso.

- Bien.- Suspiró recostandose de un lado de la cama.- Tócate solita, yo ya no quiero.-

- Hey.- Quité las sábanas que cubrían su cuerpo.- Me encanta estar a solas contigo, pero también tenemos amigas y no quiero que se enojen conmigo cuando sepan que te prefiero antes que a ellas.- Noté como ella simplemente sonrió, volviendo a cubrir su cuerpo.- Me vas a dejar así?-

- Si.- Mordi tentativamente su cuello.- Si mañana verás culos, yo te dejaré a medias.- Apoyé mi mano en su trasero.

- Harás que te castigue y mañana tengas tu culito rojo?-

- Tengo sueño.-

- Uno más.- Negó rápidamente.

- Son las tres de la mañana y si tendremos que despertarnos temprano, no llegaremos a hacer todo.- Apoyé mi erección en su muslo.

- Llamaré a Sandra.- Busqué levantarme, pero ella había tomado mi brazo y me empujó nuevamente a la cama, abrazandome para que no pueda levantarme.- Celosa.- Me aguanté el grito de dolor cuando apretó mi pezon.

- Nada de Sandra.- Besé su frente.- Porque te voy a esconder los preservativos y si no te aguantas las ganas tendrás que hacerte cargo de un bebé y dejarás de pensar en ella.-

- Piensas en ella más que yo.- Susurre acariciando suavemente su mejilla.- Porque aunque la nombre, te tengo a ti a mi lado, se me olvida todo y solo puedo pensar en lo loca que estoy por ti.-

Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora