Capítulo 58.

111 9 1
                                    

Natalia llegó de urgencias al hospital, mientras que Makis veía como la policía se llevaba a su padre, buscando un auto para que el chófer la lleve a la clínica, así no sea la orden que su jefa había dado.

Olga y Juliana se ocuparon de que nadie sepa, solo las personas cercanas y siguieron con el trabajo junto con los hermanos de Natalia, quienes en más de una ocasión dejaban de escribir para secar sus lágrimas y seguir como si nada.

- Todo va a estar bien.- Susurró María José abrazando a Makis, quien simplemente parecía no poder soportar tanto.

- Por qué todos se van?-

- Nadie se va, nadie se irá, piensa en positivo, Natalia te quiere ver bien, si?- Asintió suavemente, asomándose a ver como su cuerpo estaba demasiado hinchado después de todo lo que habían hecho para estabilizarla.

- Es tan débil y tan fuerte a la vez.-

- Como tú.- Susurró su suegra, intentando no flaquear al ver a su hija así.- Quieres entrar? Así estás más cerca suyo.-

- No podré hacer nada.- Susurró como si no fuera obvio.

- No, tienes razón pero si Natalia despierta creo que es obvio que va a querer verte primero.- Asintió suavemente, entrando en silencio, apoyando su mano sobre la de su novia, quien simplemente parecía estar en un estado que nunca había visto.

Estaba pálida, sus pulsaciones eran normales y su piel no transmitía la misma calidez que siempre había sentido.

Ella necesita tiempo, repitió una y otra vez lo mismo que Natalia pensaba respecto al bebé.

Dejó su cabeza en su hombro, el único lugar que no tenía ningún cable ni un corte como en su vientre, siendo la castaña de esas guerreras que si quitaba su armadura, se encontraría con todas sus heridas.

- Despierta.- Dejó un beso en su mejilla.- Tenemos que hablar.- Estaba intentando encontrar las palabras correctas para hacer que Natalia abra sus ojos.- Si te digo que tengo ganas, haremos el amor? Dijiste que lo haríamos cuando nos casemos y yo sigo esperando que eso pase, desde que te gané en el billar.-

Nada, Natalia no reaccionaba, ni siquiera parecía escucharla porque las máquinas seguían funcionando igual.

- Ahora las dos tenemos que hacer reposo, pero eso no es impedimento para que si yo tengo que cocinar, tú estés ahí para ayudarme y mirarme el trasero.- Susurró dejando otro beso.- Despierta, por favor. Te necesito porque sin ti yo nunca estaré completa.- Secó sus lágrimas rápidamente.- Creo que lo entendí tarde, pero quizás no hace falta un bebé para ser una familia, yo te tengo a ti y con eso ya es suficiente para ser una familia.- Pasó su mano por su frente, acomodando su cabello y verificando que Natalia no estaba ni siquiera cerca de despertar.- Y si el bebé llega, seremos aún más felices, pero contigo yo ya soy feliz, no necesito nada más.-

Apretó su mano, dejando un beso antes de ponerse de pie, dispuesta a salir cuando la castaña buscó a tientas quitar el respirador, haciendo que Makis vuelva a su lado rápidamente.

- Natalia.- Quitó por ella la mascarilla, abriendo lentamente sus ojos, mirándola fijamente.- Hola.- La castaña sonrió, quitando con su pulgar la lágrima que corrió por su mejilla, sin esperar que Makis la vuelva a dejar ahí por esa necesidad de contacto.

- Hola, preciosa.-

- Necesitas algo?-

- Llama al doctor. Te quiero ver el culo mientras cocinas.- Ambas se rieron, haciendo que Makis deje sus frentes conectadas, cerrando sus ojos por inercia.- Te asustaste?- Asintió rápidamente.- Tranquila, que de mi no te vas a separar tan fácil.-

María José observó desde afuera la escena.

- No pienso separarme de ti ni un minuto más.- Susurró quebrada la morena.

- Cómo te sientes?- Lanzó la castaña, mientras le hacían el aburrido chequeo.

- Yo? Y tú?-

- Yo pregunté primero.- Lanzó divertida.

- Idiota, yo estoy bien. Pero estuviste en peligro.-

- Solo es mi corazón, a veces se vuelve un cascarrabias y no me deja ser feliz.- Ambas sonrieron.

- De verdad estas bien?- Makis temía porque Natalia intente demostrarle que estaba bien y que en realidad tenga miedo.

- Me siento tonta.- Susurró divertida.- Deben ser todos los calmantes, no?- La enfermera asintió.- Lo ves? No hay nada de qué preocuparse, o si?- El médico negó, haciendo que Makis se muera de la ternura.- Ya creíste que tendrías todo mi dinero?-

- Tendré que esconder tus pastillas, abuela.- Fingió estar indignada y Makis se rió, haciendo que a Natalia no le sea tan fácil fingir que estaba enojada.

- Me extrañaste?-

- Depende.-

- De qué?-

- Si tendré que limpiar tu trasero porque te hicieron daño y no eres capaz de hacer nada, no.- Ambas rieron.- Pero si sigues siendo independiente, sí, te extrañé mucho.-

- Solo fueron unos minutos.-

- Para ti, yo ni siquiera me pude quedar quieta con mi suegra.-

- Y a dónde está esa vieja loca?-

- Natalia.- Makis estaba de brazos cruzados.- Nos asustaste a todos, si pretendes que hagamos como si nada yo te dejaré internada otra vez.-

- Bien.- Comió todo su almuerzo.- Me das un beso?-

- No.- Eso fue lo peor que pudo escuchar la castaña.- Te daré dos, porque te extrañé.-

- Y yo a ti.-

Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora