Capítulo 11.

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Natalia.

Empujé una vez más la puerta, notando como se empezaba a partir, dándole otra vez.

La alcé rápidamente, notando como aún respiraba, recostandola en el sofá para buscar la manera de despertarla, pero ella no respondía.

- Makis.- Removí su cuerpo.- Makis.- Busqué reanimarla, pero no hacía falta si respiraba, tomando un vaso de agua, mojando su rostro para que se levante rápidamente.- Quédate acostada.- Susurre sintiendo ese pequeño alivio de saber que estaba bien, quitando mi mano cuando alejó su rostro por simplemente querer acariciar su mejilla.

- Me iba a morir.- Negué rápidamente.- Y ahora me vas a castigar.- La abracé y así su cuerpo se resista, solo me pude aferrar a ella.

- Ven.- Negó cuando tiré de ella, alzandola para intentar callar sus gritos, sentandola en el comienzo de mi cama, dejando sus zapatos a un lado.

- No.- Volvió a llorar, buscando una de mis camisetas para escucharla gritar como si fuera un animal al que estaban a punto de matar.- Por favor, no.- Cubrí su ropa interior, quitando mi ropa para que ella se aferre a su propio cuerpo.

- Tranquila.- Negó repetidas veces cuando quise dejar mi mano en su mejilla.

- No te volveré a gritar, ni siquiera te hablaré, solo que por favor, no me lastimes, por favor.- Besé su mejilla, haciendo que se quede en total silencio, completamente confundida.

- Quien te dijo que iba a lastimarte?- Me acosté de mi lado de la cama.- Me abrazas?- Se veía tierna con sus mejillas rojas, mirándome atenta.- Harás que duerma sin tus brazos?-

- No me harás nada?-

- Si, pero ahora quiero dormir.-

- Cuando lo harás?-

- Te quieres escapar cuando eso pase?- Negó agachando su cabeza, acercándose a mi lado, rodeandola con mis brazos.- A dormir.-

- No quieres hacerlo ahora? Así ya no tengo que seguir esperando a cuando lo hagas.-

- Duermete.-

- No te enojes.- Volvió a llorar.- La cerradura se falseó, yo no quise que eso pase, yo no... me iba a morir ahí.-

- Basta.- Susurre llamando su atención.- Quiero dormir contigo, sí? No te voy a castigar ni quiero discutir, duermete.-

Y no, no quería hablar del tema y todo porque me asusté tanto con la idea de que la estaba perdiendo como para querer salvarla lo antes posible.

Pasé mi mano por su mejilla suavemente, aprovechando que estaba dormida para disfrutar de ese momento en el que ella no se alejaba de mi, escondiendome en su cuello para inhalar su perfume y deleitarme ante la idea de ser la primera persona que lo olía, que lo recorría y que la escuchaba jadear con ese deseo naciente.

A ella de verdad le parecía atractiva, porque sino no me respondería de la forma en la que lo hace ni disfrutaría tanto escuchar cuando se queda sin aire o cuando aprieta sus dedos en mi espalda porque le gusta lo que le hago y si no la calentaria ni un poco, ella me alejaría sutilmente y sobre eso ya aprendí demasiado.

- No.- Tomó mi cabello.- Qué haces?- Me desperté rápidamente, notando como ella estaba demasiado sonrojada, pasando mi pulgar por su labio inferior.

- Hola.- Aclaré mi garganta.- Hey.- Volvió a llorar y solo pude sentir como se aferraba a mí, dejando su cabeza en mi pecho, cerrando mis ojos por inercia.

- No me hagas nada, por favor.- Sollozo completamente ahogada y con su cuerpo no dejaba de temblar.- Yo no te gritare más, pero por favor no me hagas nada, no le hagas nada a mi familia, no le digas a mi padre.-

- Te pediré solo una cosa.- Su rostro parecía querer hundirse en mi pecho.- Quiero que dejes de decir que te voy a lastimar, si?-

- Pero...-

- Yo no te haré nada, solita creíste eso.- Conectó nuestras miradas y solo pude sonreír.- Si, estaba furiosa y quería desquitarme pero necesitaba pensar en frío para poder salvarte y si quisiera ser una hija de puta, te hubiera dejado ahí sin problema, pero quería cuidarte, quería sacarte de ahí lo antes posible.-

- Perdón.-

- Ya entendí que estás celosa, no necesitas seguir.- Negó rápidamente.- Encima me lo niegas?- Piqué sus costillas.- Sé que desconfías de mi, pero esa idea que tienes, intenta oprimirla hasta que me conozcas completamente y ahí sabrás cómo soy.- Asintió dejando sus manos en mi pecho, dejándolas encima, sin esperar que baje su mirada para ver las cirugías que tenía.

- Y fue rechazado tu corazón?-

- Si, pero hace más de diez años que tengo uno que nunca falló.- Asintió suavemente.- Además de tener que beber medicamentos todos los días.-

- Y cuando tienes sexo?- Frunci mi ceño.- No te hace mal?-

- No.- Sonreí levemente.- Sigue funcionando igual.- Acaricie sus mejillas.- Quieres probar?- Cambié las posiciones, escuchandola reírse, tomando sus labios suavemente.- Bajamos la calentura?-

Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora