Epílogo.

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Como suele ocurrir en algunas historias con finales felices, las cosas mejoraron; ambas se unieron más que nunca y así Natalia no haya recuperado todo su dinero, a Makis no le importaba en absoluto, ella se encargaba de demostrarle que con menos de diez dólares podían comer incluso mejor que esos platillos costosos y que incluso llegaban fríos.

Juliana venció el miedo a sus suegros y logró vivir con Camila cuando terminó la universidad, quien no podía creer que alguien mayor que ella sea tan... infantil y activa sexualmente como para tener sus hormonas siempre arriba al estar cerca suyo.

Con el tiempo, a ellas se les dio por tener un bebé al cual, Natalia y Makis se encargaron de malcriar al intentar por mucho tiempo tener hijos que perdieron las esperanzas y terminaron por disfrutar de su vida solas, conociendo el mundo y cumpliendo todos sus sueños, sin hijos.

Bueno, la verdad que tuvieron cerca de seis, nunca se puede estar seguro teniendo a Natalia cerca y no, no hablo de bebés humanos, cualquier perro de la calle o que se encontraba en adopción, Natalia se las ingeniaba para terminar adoptandolo, hasta que todos se murieron de viejos y a Makis se le dio por traer un gato, haciendo que el disgusto de Natalia sea notorio, llevando otro perro pero que en vez de pelear, terminaron siendo mejores amigos.

Natalia disfrutó de las facetas de Makis, desde una inocente niña hasta una mujer que la volvía completamente pasiva.

- Te quiero abrazar para dormir, ya vienes?- Preguntó la primera vez, durante su luna de miel.

- Dame un minuto.- Respondió del otro lado del clóset, sorprendiendo a la castaña en ropa interior y con unas esposas en sus manos.

Quieren más? Bueno... se volvieron más atrevidas.

- Y podríamos cenar hamburguesas en...-

- Para aquí.-

- Quieres cenar aquí? No hay nada.-

- No, ven.- La obligó a bajarse.

- Makis, estamos en el medio de un parque.-

- No hagas ruido, idiota.-

- Hey.- Le dio una rápida mirada, haciendo que siga caminando.- Qué hacemos aquí.-

- Shh.- Se arrodilló cuando había parado, bajando sus pantalones rápidamente.

- Pero...-

- Solo intenta no hablar tanto.- Asintió rápidamente.

También se dejaron llevar como para terminar en algún bar gay de Lisboa, perdiendo por un momento a Makis para encontrarla besando a otra mujer, terminando las tres en una cama de hotel.

- Dios mío.- Makis solo podía festejar por Natalia.- Se la puse a alguien que no conozco.-

- Y yo la toqué.-

- Dios mío.- Repitió cerrando fuertemente sus ojos.

Sus amigas tampoco se salvaron, durante la despedida de soltera de Juliana y Camila; Makis le envió la dirección de su propia casa a una muchacha, haciendo que Natalia sepa rápidamente de quien era el regalo, pero no le fue infiel a Makis, simplemente se la imaginó en el traje que tenía la chica, mientras que a Camila le bailaba un muchacho fuerte y atlético, sin llegar a enloquecerla como Juliana.

- Y? Qué tal?- Susurró Natalia dando un suave golpe en la puerta.

- Nada.- Susurró en uno de sus tantos intentos.- Negativo.- Se habían hecho tantos estudios y todos daban bien, no entendían lo que habían hecho mal para que no pueda llegar ese bebé.

- Y si adoptamos?- Lanzó Natalia mientras Makis cepillaba sus dientes, lista para dormir.

- Segura?-

- Ya no tengo ganas de nada de eso, pero podemos hacer feliz a alguien, sin que sea nuestro hijo biológico.- La morena asintió.- Quizás yo soy el problema y si vamos a una clínica...-

- Ya lo intentamos, donaste tu esperma, intentamos hacer que yo quede embarazada y nada pasó.- Suspiró frustrada.- Hasta aquí llegué, Nati.- Se acunó en su pecho.- Lo siento.-

- Sé que tuvimos años para pensarlo, pero creí que podríamos hacerlo.-

- Somos felices, no?- Asintió rápidamente.- A mi no me molesta. Si no se nos dio lo del bebé, nos tenemos a nosotras, si?-

- Si, obvio.- Dejó un beso en su cabeza.- Además, sé que no lo dijiste porque si, hace tiempo piensas en dejar de buscarlo?-

- Si... no sé si dejar de buscarlo, pero ya intentamos tantas cosas que ni siquiera sé qué más podemos hacer.-

- Entiendo.- Dejó un beso en su frente, secando sus lagrimas rápidamente.

- Podríamos ir a conocer niños, dame tiempo para eso.-

- Makis, ya vas a cumplir cuarenta y tres, no me importa esperar más.-

- Solo... no tuvimos suerte con eso, no todo es tan malo, tenemos salud y dinero y somos felices juntas. Podremos buscar a ese niño o niña.-

- Eres fuerte, sabias?-

- Tú también.- Apoyó su mano sobre su vientre, aumentando ambas más de veinte kilos mientras estuvieron juntas, aprendieron comidas extravagantes y no les importó tanto su figura, pero, sobre todo, disfrutaron todos los días de despertar y desayunar juntas; ir al trabajo y almorzar algo rápido para seguir planeando estrategias y tener un poco más de tiempo para salir antes y ver películas, jugar a juegos de mesa, aprender una receta nueva, leer algún libro extraño y terminar igual que despertaban, en la misma cama, abrazadas y, sobre todo, juntas y felices.

Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora