Capítulo 12.

164 14 0
                                    

Natalia.

- No, no, no.- Estiró la última "o", ganandome repetidos golpes en mi espalda, saliendo de su cuello.

- Quieres o no?- Apoyé intencionalmente mi muslo en su entrepierna.- O nos casamos mañana y...-

- Mañana me tiene que bajar.- Me alejé rápidamente, notando su sonrisa.- No pensabas usar preservativo?-

- Si, pero no me esperaba que... nada, olvídalo.-

- Te asustaste.- Escuché una pequeña risa de su parte y solo pude tomar sus piernas para acercarla a mi.- No, otra vez no.- Aproveché que mi camiseta le quedaba grande, llegando a dejar besos más abajo que en su cuello, subiendo a tomar sus labios.- No.-

- No.- Negué junto a ella.- Para nada.- Negó repetidas veces, apoyando mi erección en su centro, ambos cubiertos por nuestra ropa interior.- O si?-

- No.- Lanzó a duras penas, alejandome para volver a apoyarme.

- No?- Negó mordiendo su labio inferior.- La puntita?-

- Ni lo pienses.- Se sentó en el borde de la cama y solo pude arrodillarme frente a ella, sintiendo como sus manos se posaban en mi cabello, dejando mi cabeza en sus muslos cuando empezó a rascar mi cuero cabelludo, sin entender porqué me gustaba.

- Qué te gustaría hacer?- Noté su ceño fruncido.- Podemos ir a tomar un café y pasear por el centro.-

- Haces eso los sábados?-

- Trabajo todo el fin de semana y ahora lo quiero aprovechar para estar contigo.- Alzó sus cejas y solo pude tomar sus labios, sintiendo como acariciaba mis mejillas.- Me iré a duchar y después vemos lo que hacemos.- Asintió suavemente, metiéndome en el baño para que al salir, ella haya dejado ropa para mi.

Salí al pasillo para encontrarla en el sofá usando su celular, notando como lo dejaba rápidamente cuando bajé las escaleras, abrochando mi camisa.

- Entonces?- Tomé su teléfono, dejándolo a un lado.- Qué hacemos?-

- Podemos ir a una librería, conoces la que también tiene una cafetería?-

- Vamos.- Tomé sus labios, sintiendo perfectamente su suspiro, mientras tomaba mis mejillas.

- Basta.- Me alejé levemente.- Porque vas a querer más.-

- Quiero más.- Le di un pico.- Pero no insisto, ya lo sabes.-

- Si.- Tiré de su labio inferior.- Ya lo sé perfectamente.- Noté su sonrisa.- Basta.- Asentí siguiendo con los besos.

- Si yo no paro, vas a parar?-

- Si.- Dejé besos por su cuello.- Porque al paso en el que vamos, me das a entender que después de cogerme tu trato con mis padres se termina.-

- Inteligente.- Succione su pulso.- Aunque no haya estado en mis planes.- Sentí como ella fue la que tiró de mi labio inferior, rozando nuestras narices.- Ya sabes porqué acepté este trato, eres mi única opción.-

- De verdad?- Negué riendo junto a ella.

- Te tengo tantas ganas que no quiero que ningún hombre te vea, quiero que tengas un anillo y te proclame como mía, que todos sepan que puedo salir con alguien, que tengo una vida.-

- Ahora te harás la inocente?-

- Oh.- Mordí su mentón.- Yo de inocente no tengo nada, cariño.-

- Eso me queda bastante claro.- La dejé boca abajo, levantando su trasero.

- Hay un problema aquí.- Apreté su cintura, pegandola a mi pelvis.- Creo correcto darte un castigo por querer burlarte de mi.- Metí mis dedos dentro de su pantalón, sin moverme demasiado.

- Quizás deba ser a la noche.- Se levantó para dejar mis manos en su vientre, tomando mis mejillas.- Porque ahora, quiero buscar un libro.-

- Cierto.- Besé su hombro, tirando de ella para intentar hacer rápido y disfrutar de sus gemidos, pero ella también llevaba un diablo adentro suyo...

Makis.

Serví la cena, sin esperar que deje de tocar el piano, estando descalza y sin camiseta, caminando por la casa para simplemente buscar una botella de vino y sentarse a mi lado, devolviendole la sonrisa.

- Vas a intentar emborracharme?-

- Quizás.- Me sirvió la mitad de lo que había servido en su copa, detallando sus movimientos mientras comía, notando como cerraba sus ojos y suspiraba ante cada mordida que daba, o quizás yo la estaba viendo en cámara lenta.- No tocaste tu plato.- Dejé mi tenedor a un lado, como si fuera algo malo comer.

- Y si no le caigo bien a tu familia?- Lancé después de guardarlo por tanto tiempo.

- Bueno, ellos se lo pierden.- Le dio un sorbo a su copa.- Y si no aceptan que se equivocan al hacerlo, nosotras podremos superarlo igual.-

- No creo que alejarte de tu familia por mi sea algo lindo.- Suspiró.- Yo soy algo mínimo y lo nuestro se podría disolver con la misma facilidad con la que se unió.-

- Crees que es una obligación estar conmigo y si mañana decidimos terminar toda clase de tratos con tus padres, yo te dejaré ir como si nada?-

- Que nos separemos significaría que todo el tiempo que perdí en que me eduquen para que esté contigo ya no lo recupere.-

- Soy una pérdida del tiempo para ti?-

- No.- Me puse de pie.- Yo no elegí estar contigo y no quiero ni siquiera suponer que esto se va a terminar porque si mañana me dirías que puedo hacer mi vida, que quieres que me vaya de tu casa, yo estaría perdida, porque ni siquiera tendría algo para hacer fuera de aquí, no me estoy preparando para entrar en una universidad como mis amigos, ni los voy a ver y mucho menos voy a disfrutar esto si vamos a vivir discutiendo como lo hacemos cuando pasamos más tiempo juntas.-

- No terminamos de hablar.- Me siguió detrás.

- Si sería una conversación seria e importante, tendrías una camiseta, yo no me sentiría sucia y nuestra ropa sería completamente diferente y ahí sí me iría cuando hayamos terminado de hablar, pero ahora quiero quitar el estupido nudo en mi garganta y esperar a que una vez más vengas con algunas de tus cosas y me castigues como lo hacía esa mujer contigo.-

- Quieres largar todos los temas juntos y mezclarlos? Quieres hacerme sentir mal y que yo como una idiota vaya a pedirte perdón? Me quieres como una estupida cosa con dinero a la que le sonries y esta cosa tiene sentimientos y...-

- Cuánto te puedo importar?- Grité mirándola fijamente.- Cómo esperas que crea que me puedes llegar a querer y que si mis padres deciden terminar con esto y yo no estoy obligada a estar contigo no me vas a echar? Cómo crees que me siento todos los putos días al tener miedo de despertarme y ver mis cosas listas para que me las lleve y espere que por alguna extraña razón alguien llegue y diga que se quiere casar conmigo.-

- Te vas a arrepentir.-

- Ojalá así lo sea, pero también sabes que me puedes desechar con demasiada facilidad.-

Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora