Capítulo 2.

195 14 3
                                    

Makis.

- Vamos?- Asentí subiendo a buscar mis cosas, mientras mamá se acercaba sonriente, abrazandola fuertemente.

- Vas a estar bien.- Susurró besando mi frente.- Natalia te va a cuidar.-

- Y ustedes?-

- Vamos a buscar otra casa y buscaremos a tus hermanos, donde sea que estén y mientras, necesito que no la hagas enojar, y si te golpea, me dices o intentas hacerla entrar en razón.- Asentí suavemente.- Nunca le pegues ni le alces la voz.-

- No mamá.- Besó nuevamente mi frente.- Me das tu cuaderno con las recetas?- Las dos reímos, mientras ella sonreía.

- Fue lo primero que dejé en tu bolso.- Sonreí levemente.- Cuando llegue el momento en el que ella te pida algo más...-

- Ya lo sé, mamá.- Corté tomando mis cosas.- No le diré nada y aceptaré lo que me pida que haga.- Asintió rápidamente.- Te amo, mamita.- Me volvió a abrazar, sabiendo que lo que hacia así sea la peor idea de todas, era lo correcto, porque ellos necesitaban dinero y yo igual podría seguir hablando con mi madre sobre todo.

Me habían educado para ser cortés y aceptar que lo que la persona con la que me casaría sería la que me diría cómo actuar en cada momento y cuando era mejor callarme y quedarme en la habitación o cuidando un posible bebé para el cuál también había aprendido y que, al fin y al cabo, era para lo que yo había venido al mundo, a cumplir lo que alguien más decía o pedía.

- Todo listo?- Asentí suavemente.

- Te llamaré todos los días.- Susurre besando la mejilla de mamá, quien asintió secando sus lágrimas, sin ni siquiera saludar a papá, quien nos había metido en esto desde hace muchos años, perdiendo a Santiago y a Juan Pablo en alguna parte del país y ahora, yo era la que debía casarme con una persona cualquiera que tenga dinero y que pueda sustentar a mi familia.

O lo que quedaba de ella.

- Nunca vine por esta parte de la ciudad.- Susurre al ver las universidades, mientras ella simplemente conducía hacia no sé donde.

- Yo estudié aquí.- Señaló un edificio viejo.

- Y qué eres?-

- Soy licenciada en marketing y publicidad digital, además de que tengo socios y mejores amigos con los que hicimos una empresa y soy la jefa, después está Olga que es la CEO y Juliana que está en la parte de finanzas.- Asentí suavemente.- Y tienes alguna amiga?-

- Camila.- Asintió bajando la velocidad cuando llegamos a un barrio privado.- Nos conocemos desde pequeñas.-

- Y sabe de esto?- Negué rápidamente.- Cuando tus padres cumplan su palabra y tú la tuya, la podrás invitar aquí.- Estacionó a las afueras de una casa hermosa.- Mientras tanto, dile que se mudaron a otra casa con tus padres y no tienen lugar para invitar a alguien más.-

- Y cuándo iremos al juzgado y se harán todos los trámites?-

- Aún no.- Abrió la puerta, aferrandome a mi bolso de mano, mientras ella llevaba el resto de mis cosas.- Primero quiero por lo menos saber lo básico de ti.-

- Hace falta?-

- Me voy a casar contigo, quizás sea para toda la vida y sí, quiero saberlo.- Abrió la puerta de una habitación en el segundo piso, abriendo las puertas de un pequeño clóset, dejando mi bolso ahí.- Ahora, ve a dormir.- Asentí suavemente.- Mañana te llevaré al colegio y tendrás mi número para avisarme si necesitas algo o cuando quieras que te busque.-

- Puedo volver caminando.- Negó rápidamente.

- Es largo el camino y quiero estar segura de que no te chocaras con alguien y te volverás a raspar las rodillas.- Me entregó una pequeña bolsa que había encima de un escritorio.- Feliz cumpleaños.-

- No hacía falta.- Alzó sus hombros, arrodillandose frente a mí para que al abrir la caja de terciopelo encuentre una esclava dorada.- Es maravillosa.-

- Es una forma de confirmar que de ahora en más eres mía.- Asentí suavemente.- Puedo...-

- Toma.- La sacó de la caja, dejándola perfectamente acomodada en mi tobillo izquierdo.

- Eres mía.- Besó el dorso de mi mano- Si necesitas algo, golpea la puerta antes de entrar, estaré en la habitación de al lado.-

- No dormirás conmigo?- Negó mirándome fijamente.

- Hasta que no estemos casadas, no.- Asentí suavemente.- Y si no puedes dormir, ve a la heladera y toma leche, quizás te relajes.-

- Gracias.- Salió rápidamente, dejándome en un silencio incómodo, en la soledad de mi nueva habitación, tomando mi celular.

Mamá
(Última vez hoy a las 23:46)

Ya llegamos.

Y me iré a dormir.

Todo bien?

Si.

Es... extraño.

Ya te vas a acostumbrar, supongo.

Eso espero, mamita.

Se enoja?

No.

Es demasiado tranquila.

Y me animo a decir que rara.

No le digas eso😆

Quizás, es hasta que se conozcan.

Si, quiere conocerme antes de que pase algo más.

Entonces no te tocó.

No.

Y ahora que estoy sola puedo estar más tranquila, tengo miedo de que reaccione de la nada y me deje tirada todo el día en su cama.

Eso no pasará.

Ella trabaja mucho.

Y si tienen tiempo a solas te va a conocer, para después quizás preguntar si quieres hacer algo más.

Eso espero.

Yo también.

Si te grita, golpea o abusa de ti, dímelo así no podamos hacer mucho.

Si, mamita.

Descansa, te quiero.

Tú igual, mi niña.

Y suerte, que quizás la necesites.

Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora