Capítulo 38.

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Natalia.

Acomodé mi ropa para que ella deje la suya en el lugar que ocuparía en un futuro, buscando mi pijama para sentir como sus manos se posaron dentro de mi camiseta, tomando mis labios suavemente.

- Qué pasa?- Acaricie sus mejillas, volviendo a besarla.

- Estamos a punto de encontrar a Santiago.- Detallé su labio inferior con mi pulgar.- Y sé que es probable que después de unos meses, no haga falta ninguna clase de sustento de mi parte para tu familia.-

- Yo quiero seguir contigo.-

- Si?- Asintió rápidamente.- Me lo prometes?- Enseñó su meñique.

- Te lo prometo.- Lo tomé rápidamente.- De esta y de cualquier manera.- Me abrazó y solo pude aferrarme a ella una vez más.- Si tan sólo pensaría en dejarte tendría que pensarlo una vez más, recordar lo lindo que es estar en tus brazos, ver el brillo en tus ojos y volver a probar una y otra vez tus labios.-

- Te amo.- Rozó nuestras narices.

- Yo también te amo.- Besó mi mentón.- Mucho.-

- Mucho.- Ella se rió y mi corazón estalló en mi pecho, temiendo porque se escape.

- Quieres?- Enseñó una de sus cremas, tomándola rápidamente para pasarla por sus piernas, detallando su pijama de seda, dejando besos por sus muslos antes de acercarme a besarla.

Seguí por sus brazos, terminando por alzarla para que se quede en el centro de la cama, recostandome encima suyo.

- Crees que él quiera estar cerca de ustedes o le gusta más la vida que lleva?-

- Nati, lleva una vida que ni siquiera tú aguantarías.- Levanté mi cabeza rápidamente.- Consigue comida con suerte y si no lo echan del lugar por su apariencia.-

- Qué crees que él pueda hacer?-

- Nos vas a seguir ayudando?-

- Obvio.- Besé su mentón.- O como tienes un poco de mi trabajo, puedes hacerlo por mi. Lo que él pueda hacer y lo que a ti te guste.-

- Será el nuevo jefe.-

- Bueno, eso lo tendrías que discutir con Olgui y Juli y la ultima palabra siempre la tiene Olga.-

- Entonces, buscaré algo más tranquilo.- Reí junto a ella, tomando sus mejillas para besarla.- No te duermas, esa cosa me está tocando demás.-

- No es mi culpa, será tuya por ser tan hermosa y sexy.- Reí junto a ella, tomando sus labios suavemente.

- No es justificación suficiente.- Alcé mis hombros, cerrando mis ojos cuando acarició mi cabello, quedándome dormida cuando quería esperar hasta que ella lo haga para ir a trabajar un poco más, despertandome en la madrugada después de escuchar unas voces.

- Makis?- Bajé hasta la cocina, encontrandolos a los bebiendo leche caliente, volviendo a subir para trabajar dentro de la habitación, sintiendo un delicioso olor a café.

- Te traje esto para ti.- Me giré para recibir la taza.- Vi tus pies cuando bajaste y supuse que estarías haciendo esto.- Dejó un beso en mi cabeza, detallando su cuerpo de espaldas a mí, sabiendo que en realidad no estaba durmiendo.

- De qué hablaron con tu hermano?- Escuché como si estuviera sollozando, confirmandolo cuando se giró.- Qué pasó?- La abracé fuertemente.

- Yo... ellos.- Intentó relajarse pero parecía imposible.

- Tranquila.- Dejé un beso en su mejilla.- Yo te voy a escuchar.- Sequé sus lágrimas, así ella siga llorando.

- Juan Pablo tampoco cree que nosotras estemos toda la vida y que quiere que lo piense bien antes de ser algo más contigo.-

Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora