Makis.
Abrí un pequeño bolso dentro de su valija, dejando en la cama todo lo que había traído.
- Estas loca?- Guardé los consoladores, encontrando pequeños sobres con ropa interior de encaje.- Estás loca.- Lo confirmé mientras que ella se acercaba lentamente a donde yo estaba.
- Quizás me pasé un poco, pero podemos darle utilidad a todas estas cosas.- Susurró suavemente.- Si no quieres lo puedo guardar y hacer otras cosas más... románticas y que no sólo sea sexo.-
- O podemos hacer ambas cosas.- Asintió suavemente.- Quiero usarlo, no me malinterpretes. Pero como no suele pasar seguido, me asusta un poco.-
- Entiendo, tranquila.- Dejó un beso en mi mejilla.
- Cubre tus ojos mientras decido lo que usaré.- Asintió suavemente, sentándose en el sofá con sus ojos vendados, dejando que se lleven nuestros platos vacíos antes de guardar lo que no usaría, escondiendo debajo de la cama todo para cambiarme.
- Ya puedo ver?-
- No.- Quité sus medias.- Necesito que cierres bien fuerte tus ojos por si el antifaz se levanta.- Estiró sus manos, intentando tocarme.- No hagas eso.-
- Uy.- Pasé mi mano por su erección.- Me gusta.-
- Cierra fuerte tus ojos.-
- Listo.- Quité su sudadera junto con la camiseta, volviendo a cubrir sus ojos, tirando de ella para sentarla en el centro de la cama, esposando sus manos.
- Te ajusta mucho?- Negó rápidamente, acercandome a besarla.
- Me tortura demasiado, no debí hacer esto.- Bajé su pantalón y su bóxer al mismo tiempo.- Ya se viene la acción? Que bueno.- La empujé para que se acueste, girandola rápidamente.- El dildo no es para mi.-
- No usaré el dildo.- Apoyé la bala.- No creo que esto vaya aquí, pero una vez me lo metiste a mi, ahora te toca a ti.-
- Makis.- Gimio levantando aún más su trasero, adentrandolo lentamente, saliendo cuando se tensaba antes de volver a empezar.- Me gusta.- Reí junto a ella, dándole una nalgada.- Creo que seré pasiva toda esta semana.-
- No te llevarás la mejor parte, querida.- Comencé suave, frenando cuando comenzó a gemir.- No puedes gritar así, no estamos solas.-
- Vete al diablo.- Alzó nuevamente su trasero, dándole otra nalgada, subiendo los dos primeros niveles, girandola para besarla, pasando mis uñas por su vientre antes de tomar su miembro con una de mis manos, moviendola lentamente.
- Te gusta?- Asintió rápidamente, notando como si dejaba de tocar su miembro y subía aún más los niveles, algo de semen comenzaba a salir, quitandolo cuando estuvo a punto.
- Vas a rogarme por un orgasmo, María Cristina.-
- Creo que en estos momentos, no te conviene decir eso, querida.- Le di una nalgada, buscando el lubricante para apoyar el dildo en su entrada.- Lista?-
- No.- Lo adentré en ella lentamente.- No, para.- Lo quité rápidamente.- Duele.-
- De verdad?- Se aguantó las ganas de reírse.- No lo usaré, entonces.-
- Perdón.- Se giró rápidamente.- Cambió tus planes?- Se sentó en un intento por buscarme.- Te fuiste?-
- Sigo aquí.- Noté como se relajó cuando hablé.- A este no lo usaremos.- Susurre dejando el dildo listo para limpiarlo, acercandome lentamente.- Sigo?-
- Si no te enojaste, sí. Sigue por favor.- Sonreí levemente, tomando sus labios suavemente, liberandola de las muñequeras de velcro, levantando su antifaz para encontrarme con sus ojos cerrados.
- Ya puedes mirar.- Abrió lentamente sus ojos, sintiendo como sus manos se posaron en mi cintura, detallando el encaje de las bragas que combinaban con el brasier.
- No sé qué carajos hice para merecerte.- Acarició mis mejillas.- Eres... la persona más sexy y hermosa del mundo.-
- No exageres.-
- Te juro que no exagero.- Sentí sus brazos rodearme.- Eres perfecta, Makis.- Susurró desprendiendo mi brasier.- Un poco celosa, pero perfecta.-
- Tengo miedo de que no me prefieras.-
- Mírate.- Conectó nuestras miradas.- Si te pierdo por creer que otra me hará feliz, te juro que no me lo perdonaré ni siquiera a mí misma.-
- Basta.- Me escondí en su cuello.
- Es la verdad.-
- Te amo.- Dejé un beso en su mejilla, subiendo lentamente.
- Dejaré que flageles.- Me comencé a reír y ella parecía demasiado decidida.
- Ya entendí.-
- Eso espero.- Dejé mis bragas a un lado, meneando mis caderas sobre su miembro.- Dios, te amo.-
- Y yo a ti, si no fueras una pervertida que solo habla de idioteces si me pierde.-
- No son idioteces, yo estoy segura de que ahora que te encontré, no te quiero perder.-
N/a: si les interesa, en mi perfil pueden encontrar una historia nueva.
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Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]
Fiksi PenggemarLo que debería ser un trámite más, podría volverse algo romántico, una forma de conocer a alguien completamente desconocido y, quizás, coincidir; sin importar las edades, ni las posiciones sociales, ni las personas que insistían en separarlas. (G!P)