Capítulo 34.

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Makis.

Sus caderas se movían sin intenciones de parar, clavando mis uñas en su espalda.

- Deberíamos hacer otra cosa.- Gruñó completamente molesta por lo que dije, volviendo a embestirme.

- No quiero parar.-

- Ya lo sé.- Tomé sus mejillas.- Pero tenemos cosas que hacer.-

- Sí, más sexo.- Dejó besos por mi cuello.

- Tu familia se va a enojar.- Cuando creí que iba a parar, volvió a embestirme, mordiendo mi labio inferior.- Nati.-

- Bien.- Me alzó para llevarme hasta el baño, siendo una mañana completamente diferente luego de volver de Estados Unidos, abrazandola fuertemente cuando llegué.- Basta.-

- No puedo creer que hayas parado.-

- Veo que no contribuyes con mi deseo de seguir y quieres hacer acto de presencia en el cumpleaños de mi hermano como si sería algo importante.- Dejé un suave beso en sus labios, buscando un vestido lo suficientemente cómodo, mientras que ella se sentaba a mirar como me arreglaba.

- Colabora.- Pasé sus manos por las mangas de su camisa, obligándola a ponerse un bóxer antes de encontrar un pantalón.

- No quiero.- Dejé un beso en su frente, notando como ella simplemente se puso de pie para terminar de arreglarse, sin esperar que deje un delicado collar en mi cuello.- Así estarás aún más hermosa.-

- Vamos?- Asintió suavemente, entregándome las llaves.- Esperas que yo aprenda a manejar así como si nada?-

- Puedes aprender.-

- Vamos a llegar tarde.- Suspiró frustrada, escuchando el motor al encender una de sus tantas motos.- Estás loca?-

- Vas a decidirte de una vez qué quieres?- Me subí intentando mantener mi vestido en su lugar.- No te sueltes y abrocha bien tu casco.-

- No quieres ir en auto?- Cerré mis ojos cuando ya habíamos salido, aferrandome a ella fuertemente.

- No querías ir rápido?-

- No así.- Abrí mis ojos solo para disfrutar del camino, girandome hacia atrás para ver como un auto diferente al que tenían sus guardias venía detrás nuestros.- Quién es?-

- No tengo idea.- Aceleró aún más.- No me sueltes.- Solo pude gritar al ver que habíamos pasado por un pequeño camino para llegar a un lago.

- Me quiero bajar.-

- Ahora no.- Siguió su camino hacia el otro lado.- Dile al incompetente que maneja despacio que vamos a casa por la parte de atrás.- Llamé rápidamente, notando como iba más despacio, hasta que de lejos pude ver unos botes y una casa maravillosa.

Me giré para ver dentro de un auto un trasero blanco.

- Quien es ese?-

- Andrés y alguna de sus novias.- Me ayudó a bajar, acomodando mi vestido para que ella simplemente sonria.- Volveremos en mi Ferrari.-

- No vuelvas a llevarme en una moto. Creo que prefiero caminar la próxima.- Dejó su mano en mi cintura, aferrandome a ella para que el resto de su familia nos espere ahí, teniendo el rumor confirmado de que Andrés iba a llegar más tarde.

- Makis, cómo estás?- Su madre me saludó más que emocionada, viendo desde lejos a la idiota que era capaz de manchar mi vestido con su copa de vino.- Qué tal vienen?-

- Bien, supongo.- Se asustó.- Natalia es muy estricta con sus camisas y ya me resigne a lavarlas yo.- Escuché su carcajada.

- O usar otros productos para lavar sus calzones porque sino le irritan la piel.- Asentí suavemente, sintiendo como ella se sentó a mi lado.- Y la boda?-

- Fiesta?-

- Bueno, aún no pensaba decirles formalmente, quería que conozcan a la familia de Makis antes- Eso sería demasiado extraño e incómodo al decir que mis hermanos estaban desaparecidos.- Pero le pedí a Makis que sea mi esposa y ella aceptó.-

- La embarazaste?-

- No, nos cuidamos.- Acaricie el dorso de su mano suavemente.- Estoy segura que con ella quiero discutir y reírme por muchísimos años más.-

- Te ganaste un premio.- Le susurre cuando Daniel comenzó a servir la comida.

- Se llevaron la moto y el auto aún no llegó. Crees poder esperar?-

- Obvio.- Apreté su mano, sintiendo como ella simplemente me miraba como si no existiera nadie más en su vida, si sería su joya más preciada.

- Creí que era una cena familiar.- Lanzó su abuelo en referencia a Sandra, quien estaba sentada frente a nosotras.

- Bueno, si sería una cena privada, María Cristina tampoco necesitaría participar.-

- Claro que sí, Makis ya es de la familia, pronto tendrá nuestro apellido.-

- Además, mamá te invitó pero no nos cambiaba demasiado si venías, es simplemente el cumpleaños de Nico.- Agregó Andrés.

- Bien, creo que sobro aquí.-

- No es que sobres.- Todos miramos a Natalia.- Es algo familiar y es bueno que te sientas unida pero para ti no debe ser la gran cosa el cumpleaños de mi hermano. Diferente sería nuestro casamiento.- Al cual, no pensaba invitarla.

Andrés me miraba como si sabría algo y logró incomodarme, haciendo que Natalia se dé cuenta.

- En el banco vi que hay transacciones por semana a unas personas.- Susurró después de horas de comer y beber hasta que los invitados mayores se habían ido y sus padres estaban dentro de la casa.- Podrías decirme qué haces dándole diez mil dólares por semana a una Adriana Botero?-

- Es mi dinero y puedo hacer lo que quiera.-

- La cuenta de Adriana está ligada a la de Makis y también tienes relación ahí.- Nicolás simplemente escuchaba.

- Es mi madre.- Susurre apretando la mano de Natalia.

- Y por qué le das dinero a tu suegra? Quieres caerle bien porque su hija se va a casar tan pequeña?-

- No te importa.-

- Sí me importa cuando todo esto es una farsa. Cuando ilusionas a mamá con el cuento de la pareja feliz y ella lo único que debe hacer es ser tu perrito faldero y dentro de tu casa se alejan lo máximo posible.-

- No sabes lo que dices.-

- Quizás me equivoco, pero no creo que estoy bastante seguro después de todo lo que pasaste.-

Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora