Makis.
- Es en serio?- Asintió sonriente.- De verdad acaba de morir?-
- Si.- Reí junto a ella.- No te lo esperabas?-
- Creí que lucharía un poco más por ella.-
- Muchas veces no todo es como la realidad.- Alcé mis cejas, terminando las palomitas mientras escuchábamos la canción acompañada de los créditos de la película.- Iré a buscar otra cerveza, quieres más gaseosa?-
- Hay que preparar la cena.- Sonrió besando mi frente.- No moriré de hambre, Natalia.-
- Son las ocho.- Susurró mirando el reloj de pared.- Y pedí una pizza para dentro de una hora y media.-
- Qué haremos durante una hora y media?- Me tiré hacia atrás, escuchando su carcajada cuando empecé a patear porque sabía que nos aburririamos esperando.
- Ver otra película, podemos jugar a algo, puedes quedarte así y que yo esté encima tuyo.- Me senté rápidamente.
- Qué juegos tienes?-
- Ping pong, billar y creo que algunos juegos de mesa.- Me levanté rápidamente.
- Soy muy buena en el billar, crees que aguantas?-
- De verdad?- Asentí rápidamente.- Estás ante una campeona.- Se acercó lentamente.- Espero que no hagas trampa y que aceptes tu derrota.-
- No cantes victoria tan rápido.- Apoyé mi mano sobre el piano al dar pasos hacia atrás.
- Vamos?- La seguí detrás, llegando a otra habitación que nunca vi, encontrando muchos libros y ambas mesas, eligiendo el mejor palo.
- Sin trampas.- Acomodó las bolas y me dejó empezar, recorriendo su cuerpo con mi mirada, comenzando con las lisas.
- Sin trampas.- Emboque las tres primeras, desconcentrandome cuando dobló las mangas de su camisa y abrió un botón de la misma, haciendo que sea su turno.
Cuando empatamos, dejé mi abrigo a un lado y nuestros ojos se encontraron.
- Sin trampas.- Repetí dejando mi cuello a disposición al correr mi cabello.
La estaba tentando tanto como ella lo hacía. Sería válido hasta que se deje llevar y yo también y... ya saben, sexo.
- Tu turno.- Se apoyó detrás mío, dejando su mano en mi cintura para pegarse a mi, tragando en seco al sentir su erección, logrando concentrarme.
- Casi.- Levanté mi trasero, alejandome para embocar una más.- Dos.-
- No todo está perdido aún.- Sonreí mirándola fijamente mientras dejaba mi última bola.
- No?- Negó metiendo sus manos dentro de sus bolsillos.- Apostamos?-
- Lo cumplirás?- Mordí mi labio inferior.
- No serás mala, no?- Pregunté con mi voz más inocente.
- Quizás solo un poco.- Alcé mis cejas.
- Cuál es tu apuesta?- La verdad era que yo no tenía nada en mente, pero seguro ella me daría a entender si quiere sexo o alguna idiotez.
- Si ganas, te pediré que te cases conmigo antes.-
- Y si ganas?- Pregunté un poco más seria.
- Pierdes tu virginidad antes del matrimonio.-
- Está noche?- Asintió abriendo su cinturón, apuntando al ocho.- Te tocará buscar el anillo, mi amor.- Había ganado y solo pude escuchar su carcajada, mientras se acercaba lentamente a mí lado.
- La pizza debe estar por llegar.- Quité su cinturón, llevándolo junto con mi abrigo, corriendo a esconderme para intentar relajar mis hormonas, sentándome frente a la piscina al saber que se había convertido en uno de mis lugares favoritos.
No lo medite demasiado apenas escuche sus pasos.- Crees que esto sea para siempre?- Ya estaba bañada y pareció pedir permiso antes de sentarse.
- Quizás.- Suspiró.- Tú qué crees?-
- Creo que este encantamiento que tienes en estos momentos se irá pronto y yo con él.- No me atreví a conectar nuestras miradas.- Mi padre me dio a entender que si en algún momento algo hace que te enojes, que nos llevemos mal o simplemente nos separemos, será por mi culpa y yo estoy intentando no tener la suficiente confianza contigo para que te guste, pero al mismo tiempo quiero hablar de millones de idioteces y que me sigas escuchando o que yo lo haga.-
- Como unas amigas.-
- Bueno, se podría decir que somos amigas, no?- Asintió suavemente.- Con la diferencia de que nos vamos a casar pronto porque te gané- Reí junto a ella.- y que nos damos besos y no creo que todas las amigas hagan eso.-
- Casi me acuesto con mis dos mejores amigas.- Alcé mis cejas, mientras ella reía.- Estábamos molestando y nos habíamos tomado un solo vaso de vino, cuando me di cuenta ellas se estaban besando y me querían integrar ahí.- Noté su sonrisa.- Y estuve a punto de acostarme con Juli, éramos esas adolescentes que creíamos que nadie nos quería y que sería mejor si perdíamos nuestra virginidad con alguien de confianza.-
- Fue en su caso pero no en el tuyo, así no lo hayan hecho.-
- Llegó un chico con el que duró tres meses y solo fue para eso.-
- Bueno, yo no perdí mi virginidad, si eso te hace sentir mejor.- Escuché su carcajada, chocando nuestras manos.
- Me caes bien.- Sus ojos y el brillo de la luna eran una imagen perfecta que solo yo tenía el placer de poder ver.
- Si?- Asintió suavemente.- Bueno, también me caes bien.- Ambas reímos, cayendo en la tentación de besarla, haciendo que ella mantenga su sonrisa, mientras dejaba sus manos en mi cintura, perdiendo mis dedos en el cabello naciente de su nuca.
El timbre sonó, haciendo que nos separemos.
- Llegó la pizza.- Susurró sobre mis labios, sentandome en el sofá con más bebida, mientras ella dejaba la caja frente a mí, buscando otra película.- Me gusta este plan, te puedo mirar tranquila y no te darás cuenta.-
- Me miras?-
- Por qué dudas tanto de si te puedo querer o no?- Alcé mis hombros.- Te quiero, lo entiendes?- Asentí suavemente.- No lo repetiré, tienes que aceptar mis cumplidos porque tengo buen gusto.-
- Pero te cogiste a una vieja.-
- Quieres empezar?-
- Lo hacía bien?- Suspiró tomando una porción de pizza, comiendo las aceitunas al no ser de mi agrado.
- No hablaré de ella contigo, ya hablamos demasiado y de seguro discutimos por ella.-
- La última pregunta.-
- No me gusta, hace años no la toco, solo cogimos y es parte de mi pasado, no volvería con ella y no pienso en ella, te quiero a ti, te pienso a ti y tengo fantasías contigo, contenta?-
- Me das un beso?- Logré que baje su enojo.- O más.-
- Te doy.- Me besó con demasiada exigencia, no sabía cómo seguirla.- Y te daré mucho más, ya verás.-
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Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]
Fiksi PenggemarLo que debería ser un trámite más, podría volverse algo romántico, una forma de conocer a alguien completamente desconocido y, quizás, coincidir; sin importar las edades, ni las posiciones sociales, ni las personas que insistían en separarlas. (G!P)